EL SLEAZE NO MURIÓ EN LOS 90´S
O si no, que nos lo pregunten a cualquiera de los que nos acercamos el viernes al bolo programado en Sala Cantabria. El cartel se repetía: cuatro años atrás nos habían visitado Jolly Joker por primera vez, también acompañados por los Street Vipers en el que supuso su primer concierto.
Durante estos últimos años, he tenido la suerte de seguir de cerca a Street Vipers, y es increíble la evolución que han experimentado desde aquella primera vez sobre las tablas. Con la incorporación de Germán como guitarra rítmica, y Brendo a las voces, el grupo ha ganado dinamismo, solidez, y sobre todo carisma. Poco tiene que ver el sonido de aquella primera maqueta con el EP que sacaron el año pasado, “Devil’s Doorbell”, donde podemos apreciar composiciones más maduras y trabajadas.
Pero si el disco ya de por sí deja buen sabor de boca, es en directo donde estos chavales le exprimen todo su jugo. Su puesta en escena y actitud son 100% macarras, como cabe esperar en este estilo de música. Brendo, oculto siempre tras unas enormes gafas de sol, enseguida se mete al público en el bolsillo tirando de clichés: sexo, drogas y rock ‘n’ roll. No hace falta más.
Descargaron temazos como “Tapping Hard”, “Tearing My Body Appart” (que habla de drogarse), “Bourbon ‘N’ Tequila” (que con ese título no puedo imaginar de qué trata) o “Bad Bitches Never Die”. A mitad de actuación, se subió junto a ellos Lazy Lane –el vocalista de Jolly Joker, o como Brendo le definió: “la mejor voz del sleaze en España”- a marcarse una versión del “Bathroom Wall” de los Faster Pussycat. Un momento que puso de manifiesto el buen rollo existente entre ambas bandas. Otro de los momentos divertidos de la noche, fue cuando Brendo invitó a los asistentes a subir al escenario para acompañales en su mítico “Wild Ride”, la canción que da título a su maqueta. Tampoco faltó “Devil’s Doorbell”, que poco a poco se va convirtiendo en un himno entre sus seguidores. El final del concierto vino marcado por una versión de “Sweet Dreams”, clásico con el que siempre se despiden.
Los Vipers dejaron el ambiente perfectamente caldeado para continuar la fiesta de la mano de los valencianos Jolly Joker, que ya son todo un referente en el hard rock y sleaze estatal. Sin mucha demora saltaron sobre el escenario con “Sidewalks”, de su último disco “Here Come… The Jokers!!” (2015). A lo largo de la noche, fueron alternando temas de este y del anterior “Sex, Booze & Tattoos” (2013), con el que se dieron a conocer. Lazy Lane encarna el prototipo perfecto de rock star angelina, con un chorro de voz que puede recordar a cantantes como Phil Lewis o Axl Rose. Es innegable que el sonido de esta banda bebe de los grandes del género de los 80 (Skid Row, Mötley Crüe, Guns N’ Roses…), aunque influenciado también por esta nueva ola de hard rock procedente del norte de Europa (Hardcore Superstar, Crashdiet, Crazy Lixx…).
Toda la sala bailó al ritmo de “She Starts”, “Rockin’ In Stereo” “Sucker” o “No Way Out”, entre otras; aunque el punto álgido del concierto fue cuando todos alzamos nuestro dedito corazón al grito de “Fuck It All”, quizá su tema más conocido. Y al igual que hicieron los Vipers, también invitaron a estos a acompañarles en su versión de “Rip and Tear” de L.A. Guns.Un concierto de los Jolly Joker siempre es divertido, y es por eso que entre tanto bailoteo y los increíbles solos de guitarra de Yannick, el tiempo pasa volando. Sin darnos cuenta se encendieron las luces en la sala, y aunque hubo que recortar un tema del setlist por cuestión de tiempo, aun dio tiempo a disfrutar de una canción más.Espero que no vuelvan a pasar tantos años hasta que los valencianos nos visiten de nuevo. Sin duda el espectáculo que ofrecen es algo digno de ver, tanto para nostálgicos de los 80, como para aquellos que siguen las nuevas tendencias. Y en cuanto a los Street Vipers ¡ojito a estos chavales!, que viendo su evolución estoy segura de que en los próximos años van a dar que hablar. Definitivamente, el hard rock está más vivo que nunca.
Crónica y fotos by Lía Lawless.