Judas Priest – Painkiller (1990)
La adolescencia es una edad maravillosa para descubrir la música que te gusta. Y si lo haces con tus amigos, mejor aún. Esos amigos con los que jugábamos al rol, al Spectrum, al Amstrad CPC o a la Mega Drive. Esos amigos que veías cada día en el instituto, con los que compartías el recreo con los que pasabas las tardes de los fines de semana en los recreativos y las noches en uno de los pocos garitos donde ponían Heavy Metal.
En aquellos años descubrías la música por cintas que te dejaban. Descubrías bandas que ahora con los años te das cuenta que marcaron nuestras vidas.
Y a ese grupo de amigos de Benidorm, a principios de los 90, los riffs de Judas Priest vaya si les marcaron.
Painkiller visto desde los ojos de Jose
Estamos ya mayores y la memoria juega malas pasadas. Es posible que Painkiller no fuera el primer disco de Judas Priest que llegara a nuestras manos, tal vez fue Metal Works ’73–’93, al menos así lo recuerdo yo. En ese Metal Works había un tema que por encima de todos me hacía dar cabezazos cuando sonaba en mi walkman: Painkiller, el tema que abre el disco que nos ocupa.
Sería el verano de 1993 cuando leías en la Heavy Rock que Bruce se despedía de Iron Maiden y Judas Priest, también decían adiós. Maldita sea, ¡llego tarde a todo lo que mola! Pensó mi yo de 16 años. Pero la música queda y Painkiller se quedó y estará siempre conmigo.
Leather Rebel, Metal Meltdown, Night Crawler, este disco era un puñetero greatest hits con temas nuevos. Y lo sacaron después de ¡doce años en activo!
Un tema tras otro era una sangría de puro heavy metal, con una producción alucinante para la época, no sé qué huevos tenía pero sonaba como ningún otro casete que hubiera puesto en mi walkman. Incluso a día de hoy no sabría decir exactamente cual es la fórmula que usaron en el disco, pero escuchado ahora me parece que ha envejecido como pocos. Metal Meltdown es de esos que te piden subir el volumen y te dan ganas de comprarte una moto y una chupa de cuero. Night Crawler que arrancaba la cara B con su pegadizo estribillo e inconfundible melodía y sobre todo ese interludio casi al final que parece bajarte a los infiernos y luego con esa batería machacona y su desgarradora guitarra. La alucinante A Touch of Evil, de esos temas que me pusieron los pelos de punta una y otra vez cuando sonaba en mis cascos a todo trapo…
Empezaba con el Metal Works, y creo que es un detalle importante que cuatro temas de este Painkiller estén presentes en ese recopilatorio. Y es que si un recopilatorio incluye cuatro temas de tu último trabajo, es que hay pocos temas de relleno en él.
Painkiller visto desde los ojos de Ángel
Yo creo que recibí a los Judas en mi vida un año antes, justo con el disco Painkiller, solo que por aquel entonces no sabía ni el título de las canciones. Y digo esto porque recuerdo que me llegó en un relleno de una TDK, que para que la gente se haga una idea, ponía “Albatros” en vez de Hell Patrol. El nivel de Inglés en EGB era el que era, de ahí lo de Ana Botella. También comentar que debido a dicha grabación, para mí el CD terminaba, hasta unos años después que me compré el original, en Night Crawler, acontecimiento que me ha marcado mucho, porque no concibo otra canción como punto final de ése disco.
Una vez escuché a alguien decir que el disco Painkiller debería de estar en el diccionario al lado de la definición HEAVY METAL. Creo que no hay mejor forma de definirlo, si viniera E.T. a verme y me preguntara ¿qué es el heavy metal? directamente le pondría este disco. Y es que de principio a fin no hay una sola nota que no suene a metal en todo el disco.
Para empezar he de decir que para refrescar la memoria para realizar la reseña, me llevé el CD al coche, y cuál fue mi sorpresa al ver que pude subir el volumen a tope sin que distorsionara y se podían distinguir perfectamente las dos guitarras. La guerra del volumen todavía no había llegado.
El disco empieza con la mejor (para este humilde Metalhead) intro de batería de toda la historia del Metal. Ese sólo de batería con el que empieza el disco es brutal, ¿quién no ha intentado emularlo? te adentra en un mundo que no puedes abandonar hasta 47 minutos después. Dicen que ese sólo fue la llave que le abrió la puerta de la banda a Travis. También tendría algo que ver el que Scott Travis estuvo tras el grupo todos los conciertos desde que se enteró de lo de Dave Holland.
Estoy seguro que la patada en la boca que da el disco tiene parte de culpa el cambio de batería, la sección rítmica de Judas Priest no sonaba así hasta entonces. La otra parte de culpa la tiene Halford, que exprime su garganta al máximo, cosa, por otra parte, que no le hizo mucha gracia a mucha gente de una generación anterior a la mía. Recuerdo que al propietario de “la parroquia” que solíamos morar, no le gustaban nada los agudos que salían de la garganta de Halford en éste disco.
Un par de cosas que me he enterado, años después, es que la figura del Painkiller viene a ser algo así como un ser que viene del cielo (“A savior comes from out the skies“) a librarnos del mal (“Evils going under deadly wheels“) una especie de ángel exterminador que viene a darnos nuestra dosis de analgésico para aliviarnos de todo el mal que nos asola.
Y en la letra de Hell Patrol parece que le pegan un tirón de orejas a los marines yankis, “they are Devil Dogs“, sobrenombre por el que se les conoce, lo que no sé si se referirá a un acontecimiento en concreto.
Por cierto, como curiosidad decir que se ha sabido hace poco, por una a entrevista a Don Airey, que fue él mismo el que metió las líneas de bajo, a parte del teclado en una canción que no recuerda cual fue, mientras Ian Hill estuvo enfermo. El bajo lo tocó a través de un sintetizador Moog y en algunas partes del disco está mezclado con el bajo de Ian Hill. Esto explica el extraño sonido que tiene la pista de bajo, por ejemplo, en el Painkiller:
En definitiva, un disco que no puede faltar en casa de todo aquel que tiene chaleco con parches.
Notas finales
Ese año tuvo que competir con grandes lanzamientos, el Rust In Peace, Cowboys from Hell, Persistence of Time, Cause Of Death…. pero “Los Judas” nos pegaron un bofetón a mano abierta. Y es que venía de hacer un disco, Turbo, que no triunfó mucho por esta parte del planeta con tanta guitarra sintetizada, y aunque intentaron remontar con el Ram It Down, no fue hasta dos años después que volvieron a conseguir poner a Europa a sus pies
Hay discos que son capitales en la historia de la música, y Painkiller es uno de ellos por méritos propios. Cinco temas por cada cara, una de las obras maestras del Heavy Metal. Un género que parecía ya haberlo dicho todo en la década de los 80 hasta que llegaron unos de sus padres a darle una patada en las pelotas a todo aquel que podía pensar que el metal era sólo una moda pasajera.
Ángel y Jose, el de Alemania.