ROCK BEER THE NEW de Santander, 28 de octubre de 2023
Había muchas ganas de ver a Karonte presentando su nuevo disco. Para mí, que estuve en los ensayos cuando se estaba fraguando y todavía eran 4, ha sido como un parto largo y el bebé que deseas conocer… Adelanto que este bebé es muy oscuro y se alimenta del cordón umbilical del Death más Old School y del Trash moderno.
El ambiente enseguida se caldeó y el New se llenó de gente que estaba ahí por ellos, por el regreso, por el nuevo disco. Son 20 años los que llevo enamorada de Karonte, y no porque sean de mi pueblo, si no porque sus letras calan hondo y su música es brutal. BRUTAL sería la palabra perfecta para definir la noche del sábado en el New. Reunión con viejos amigos e incondicionales de la buena música.
Y mientras hay músicos que se ablandan con la edad, KARONTE son como el buen vino, mejoran y se encrudecen, se vuelven más jartos con el paso de los años, de las decepciones y de las despedidas.
Abrieron la noche de Death Metal melódico con un Aleluya que nos sacó a todos los presentes una sonrisa. Y es que por fin podríamos disfrutar de una de las bandas más veteranas del metal extremo de Cantabria, y además una banda de calidad que nunca defrauda.
KARONTE son death acicalado de pinceladas trash con partes más melódicas, pero siempre oscuros en sus letras y un poco pesimistas y depresivos, con ese tinte doom que los hace tan especiales, reflexivos. Poesía para los sentidos y preguntas para el alma.
Abrían la noche con Ni los animales presente en su demo del 1995 (Uno más) y en la del año 1997 (Karonte), y reeditado en Vivo y Resucitado en 2014, para llamar nuestra atención y prepararnos para la noche de metal extremo que nos esperaba.
Ahogado en sangre, fue el primer tema de su nuevo álbum y uno de los motivos por lo que acudimos el sábado noche. Desde el segundo 1, la voz gutural de Kini rompió el eco del silencio, los acordes del bajo de Isma rápidos y demandantes junto con las baquetas de Rochar marcaron un ritmo contundente que nos hizo sonreír satisfechos. La sangre hirvió con riffs de guitarra machacones y sucios, que con el avanzar de la canción dejaron paso a notas melódicas, donde Kini las acompañó con su voz susurrante y más lenta. «Comienza el viaje, tu cuenta atrás. Cartas marcadas, perder y ganar…»
Rey de muertos, comenzó potente quebrantándonos las cervicales, aquí los riffs eran más melódicos y la voz menos oscura, donde Kini se esforzó por hacerse entender. La batería de Rochar más rítmica, acoplándose con el bajo y la guitarra en una pieza rica en partes melódicas que nos dio un poco de tregua para inhalar un poco de aire entre la oscuridad. «Rey de muertos, triunfador. Rey de muertos, aquí estoy yo» La banda deja claro que su silencio es sinónimo de trabajo duro, de resurgir de las cenizas frente a los problemas y de luchar frente a todas las adversidades, seas cuales sean.
Víctima, «Arrogancia, Víctima. Huelo tu miedo al despertar». Un tema 100% marca de la casa, con una batería old school, parones al finalizar las estrofas mientras la música va decayendo, voz grave, riffs melodiosos y pegadizos, y el tintineo ronco del bajo de Isma.
Paraíso sin fe, una de mis piezas preferidas desde hace tiempo, ponía la guinda de los temas antiguos. «Despertar y ver que no hay recuerdos, descubrir que nunca hubo fe, en cada árbol oír como grazna el cuervo, arrancar sus alas y gritar: Fe, fe, fe, sin fe… » y la seguiría otro tema viejo Gris.
El último de los creyentes, empezaba con aires de balada para después despedazarnos y partirnos por la mitad. Es una canción con personalidad, con carisma, donde los medios tiempos y las partes más melódicas se entremezclan a la perfección con cañita de la buena y pedales old school. «Esperanzas que agotan el tiempo, Confundir temer con creer, Sus arcas se llenan de diezmos, Una vida esperando nacer.»
La noche siguió avanzando entre sonrisas cómplices, abrazos reconfortantes con viejos amigos y el deleite de disfrutar de una gran noche de esa música que nos reparta el alma.
Karonte continuaron con Cuando eras eterno, una melodía densa, de susurrar lento, de esas que se paladean despacio y hacen la sangre más espesa. «Siempre hubo en mí piadosa ignorancia, Nadie piensa en el fin si no cesa la calma. Trazo que se borra nunca acaba. No escucho lamentos ¿es el último verso?» y con Viajero, «Viajero vas sin rumbo, no encuentra tu final.» antes de regresar hacia atrás en el tiempo y recordarnos dos temas de su split Ep junto a la banda donostiarra BLOODY BROTHERHOOD, llamado “Alliance for death domination”.
No hay vida sin dolor y Dominación nos anunciaban que iba llegando el final.
Canto en la cruz «En mi cara soy inmune al dolor, sufre más mi ejecutor» nos devolvió al presente y continuaron con una canción de esas que se cuelan dentro:
Alimento de mil moscas, un canto repleto de odio, oscuridad y realidad. Hay muchas personas muertas en vida que acaban convirtiéndose en carroña de alimento para los insectos y las moscas, para aquellos que necesitan alimentarse de otras almas para sobrevivir. «Putrefacción, coágulo humano, Alma fermentada con carne en reacción. Inhalas por momentos tu propio hedor, Esperando a que cese tu último estertor. ¡Muerto en vida!»
Terminaban la presentación del nuevo disco con un tema de los que dejan una huella imborrable.
Nacer-sufrir-morir, una pieza potente, de guitarra rápida y a veces melódica, de acordes de bajo que acompañan a la batería de Rochar que no da tregua para respirar. Líricamente hace reflexionar sobre el tiempo perdido en lugares que no nos corresponden. «Soñador apostaste tu vida a una carta, Ilusión cargada de logros a la felicidad, Miseria acompaña a tu alma en el camino, La Vida es un embuste cruel para un triste final.»
Repta Humano de Paraíso sin Fe, donde una vez más como humanos que a veces no entendemos la sociedad en la que vivimos, nos dedicamos a reptar entre desolación, caos y tinieblas, donde la verdad siempre está oculta, por mucho que creamos que sabemos todo . «Y es tu sombra la que oscurece lo demás, en tinieblas no es completa la verdad…»
El ocaso, presente también en el Split, marcó el final de una noche apoteósica que nos dejó una gran sonrisa en el corazón.
No importan las hostias de la vida cuando te la amenizan los KARONTE.
Gracias chicos, por poner banda sonora a mi alma.
Texto: Rebeca Bañuelos
Fotos: Sonia Toledano
Vídeo: Oskar Sánchez