Brick y Maggie forman un matrimonio que no pasa por sus mejores momentos: Brick se ha vuelto alcohólico y no quiere tener hijos con Maggie, aunque esta lo desee. Luego, se trasladan a la gran mansión familiar para celebrar el cumpleaños del padre de Brick que está al borde de la muerte por una grave enfermedad. De todo esto se intentará aprovechar otro de sus hijos, Gooper y su mujer Mae.
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