Una mañana, después de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa trata de levantarse para asistir a su trabajo, pero se da cuenta de que durante la noche se ha transformado en un insecto; al darse cuenta de lo tarde que es, intenta comenzar sus actividades diarias habituales, pero al estar acostado sobre su espalda, no logra levantarse de la cama.
Su familia (su madre, su padre y su joven hermana Grete) acaba de preguntar sobre su estado. Gregorio ha cerrado las tres puertas de su habitación e intenta tranquilizarlos, pero ninguno se da cuenta de la singularidad de su voz.
El gerente de su trabajo llega a casa de Gregorio después de preguntar la razón del retraso tan inusual en Gregorio. Después de largos y penosos esfuerzos, Gregorio, cuya voz peculiar, «una voz bestial», trata de engañarlo y rechaza abrir la puerta y asomar la cabeza por el resquicio. El gerente se impacienta por la falta de explicaciones de Gregorio y comienza a agobiarlo con reproches por su falta de rendimiento, pero, al verlo convertido en un insecto, huye horrorizado. La familia de Gregorio se aleja de él y su madre lo evita en particular. Nadie comprende que Gregorio, pese a su apariencia, comprende y piensa todavía como un ser humano. Ciego de ira, el padre de Gregorio toma el bastón que dejó el gerente y lo conduce de nuevo a su habitación donde lo encierra.