Me toca en suerte hacer una reseña del “salve” de La Polla Records y me encuentro de partida con varias contradicciones que me temo que me impedirán reseñar en linea recta y me harán divagar un poco. Bueno, está bien, es la ocasión de recuperar algunos recuerdos y días lejanos. Lo de la Polla Records es una cuestión que personalmente necesito enfocar desde varios ángulos porque trasciende lo musical y conecta con algo casi íntimo. Así que mano a la obra, vivan las reseñas patateras mecaguen…. De entrada “salve” no es mi disco preferido de la LPR, me temo que ahora mismo no estaría para mi en el top de su obra que creo que situaría, sin menoscabo de los anteriores en el tramo Donde se habla /Ellos dicen mierda / Negro / Hoy es el futuro. Con lo que vino después por diversas razones me costó y me cuesta más conectar.
1. Negros pensamientos.
Mi primer contacto visual con LPR se produjo, cómo no, en las páginas del BID de Discoplay, la portada de su primer directo ya me provocaba cierta fascinación temerosa porque parecían una cosa fiera los muchachos para mis ojos infantiles. Sin embargo el primer contacto auditivo se lo debo a mi hermano que un día vino del colegio con una mixtape tripartita Distorsión-Siniestro Total-LPR. A algún compañero de clase le habría llamado la atención la epatante lírica de Distorsión, la acidez surrealista de Siniestro Total o el vocabulario directo de LPR, no sé, el caso que es que cayó en mis manos y en mis oídos de metalhead, en aquel momento mucho más pendientes de Iron Maiden, Judas Priest, Metallica o Scorpions. No obstante y a pesar de la falta de “caña” (ejem) le encontré un algo agresivo que se me pegó como un chicle en la cabeza. De la triada aquella desde luego lo que me más llegó fue LPR, por las letras y musicalmente. No lo sabía aún” pero eran canciones de “Salve”. A las pocas semanas adquirí con mis precarios fondos culturales una cutre cinta recopilatorio que aun debo tener por ahí y que ya incluía canciones de “No somos nada”. Un poco más tarde y ya en los primeros trapicheos musicales de patio de instituto un amigo que se convirtió en amigo entre otros asuntos por nuestra afición común a LPR me pasó ya alguna cosa más y por no dar más la vara, a partir de ahí llegó el resto.
2. El conjunto.
Completada la fase acercamiento me entregué devotamente a la banda, me gustaba lo que decían aunque se me escapaba bastante del discurso y también el guitarreo que se gastaban. Porque serían punks pero tenían, de eso estoy más convencido ahora que entonces, una sensibilidad un poco más amplia que los famosos tres acordes en cuestión de influencias, originalidad, personalidad y melodía. Serián muy limitados técnicamente, el batería tocaba raro y blah blah pero eran un conjunto con mayúsculas y con todas las virtudes de la palabra. Ahí está el riff de entrada de VENGANZA efectivo como un cohete y la parte final en la que rockean por vericuetos un poco más clásicos, sospecho que propios de quien antes de punk se había escuchado mucho a los dinosaurios. DOVE un poco más festiva, mantenía la tensión y tenía una letra que hablaba de cosas cómo sucias. De repente se marcaban un quiebro para acercase al sonido de otros contemporáneos suyos como Hertzainak en TOPE BWANA, dotada de una rima que nos hacía mucha gracia porque parecía que pasaba del porno hetero de Dove al porno gay. Seguíamos sin captar de momento el contexto. Volvía el punk en forma y espíritu con una ofensiva iconoclasta anti star System que nos avisaba del gran timo del rock and Roll. Silencio y a por uno de los puntos álgidos del disco, DELINCUENCIA, con su inconfundible y algo jebuto diría yo. Aparte del gancho musical de la canción, aquí ya se entendía todo, los puntos estaban sobre las respectivas ies y cada palo aguantaba su vela. La audiencia adolescente tomaba ya notas para la asignatura de sociología. LOS 7 ENANITOS relajaba el tono para volver al cachondeo envenenado que te hacia chasquear los dedos exclamando, joder , la lucha de clases!!. NUESTRA ALEGRE JUVENTUD la veo dentro de una de las vertientes temáticas del Mr. Páramos, la más desencantada y derrotista, de nuevo cierta gravedad y dramatismo en el ambiente. CRÍTICOS también era acción directa narrativa nada ambigua. La radiofórmula, el sistema, el enemigo, al ataquerrrrr. MUY PUNK otro tema recurrente, los clichés, la comedia social, el ego y la competición, la tontería en suma. Muchas veces comentaban en entrevistas que siendo una banda residente en un pueblo donde al personal le resbalaba el punk y toda su teología era más fácil no perder la perspectiva. Hay que tener en cuenta que la época (y no hay más que revisar fanzines y publicaciones del momento) era muy dada a debates y polémicas surrealistas. HERPES TALCO Y TECNO POP no me parece especialmente inspirada así que a otro momento álgido: SALVE, depositaria de una larga tradición ibérica de anticlericalismo que a finales del siglo XX adoptaba forma de rock, de punk, del idioma que la chavalería habría elegido para volver a ciscarse en los mismos trasuntos sacros que sus abuelos y bisabuelos. COME MIERDA sonaba muy escatológicamente vacilona, tampoco era una cúspide de la literatura mundial pero hay que señalar su acertada visión macrobiótica. EL GURÚ le pasaba la segadora a los restos de los 60. Los tiempos eran duros y la meditación trascendental no es remedío para el caos terrenal ni para las patadas por debajo de la cintura, aunque sean falta y no fuesen al balón. TÚ ALUCINAS es una reflexión menos oscura y nihilista que las que se gastaban sus compañeros generacionales que no amigos Eskorbuto en “Es un crimen” con su carga política antipolítica instintiva y horizontal, avisando por las buenas. EL SEPTIMO DE MICHIGAN, otra tonada directa para ponerte al día en la realpolitik de la Guerra Fría y del imperio del momento que por entonces además de echar pulsos a los soviéticos arrasaba con especial saña América Latina. CANCIÓN DE CUNA volvía al tono de DELINCUENCIA y NUESTRA ALEGRE JUVENTUD pero en punto intermedio, desencanto sí pero nada de deprimirse, mala leche también. Otra vez asomaban algunos ribetes clásicos en las guitarras y su pelín de ¿épica?. Para mi otro highlight al que seguía REVISTAS DEL CORAZÓN, otro tema marchosillo que se reencontraba con el mundo que describía el 7 DE MICHIGAN y su convivencia con la dimensión de la memez rosa. No hay nada nuevo bajo el sol, hubiese sido muy celebrada en el asalto a las Tullerías. Cerramos con TXUS una canción que TAMBIÉN he voceado cómo el LOROLO coreable que es. Además todos identificábamos y glorificábamos la ebriedad adolescente que por alguna razón absurda nos parecía muy meritoria e irreverente con TXUS. Sinceridad, es una rato mala.
3. Hoy es el futuro.
Destripado el disco vamos un poco al poso personal. Es evidente que con otros grupos LPR fue para mucha gente el primer balbuceo de una autoeducación política y activista, el primer acto dentro de una concatenación de relaciones causales. A nivel más de tripas sus canciones fueron también un desahogo evasión de una realidad que a medida que sincronizábamos nuestra percepción y conciencia de la realidad eran cada vez más cruelmente veraces, posiblemente sea esto que comento una de las razones de su longevidad más allá incluso de la existencia del grupo. No creo que exagere si digo que muchas/os directamente sus discos activan un resorte emocional que difícilmente desaparecerá, la juventud, la rebeldía, la inocencia, el desencanto, todo cabe un poco cuando me da por escuchar ahora sus discos, la retrospectiva y la perspectiva son así de inclementes, te enfrentas a las cosas vergonzantes y risibles que has perpetrado y al tiempo te das cuenta de que hay convicciones y certezas que siguen aquí. Unos dicen mierda y otros amén, algo queda del perro salvaje mientras la vida sigue su curso a un tiempo cruel y extraña, implacable y hermosa, juntando y separando gente. Ya comentaba al principio que aunque el segundo directo y “carne para la picadora” me parecen buenos discos ya no conecté tanto. Simplemente mi cabeza e inquietudes musicales estaban en otras historias y me temo que les sobraron unos discos, aunque sea una opinión muy discutible.
4. ¿Qué pasó con los héroes?
A veces compadezco al señor Paramos porque estoy seguro de que debe estar en posesión de algún record en aguante de chapas insufribles. También tengo mi ramalazo con nuestro Charlie Harper ibérico pero estoy convencido de que nunca pidió tanta atención ni haber sido el protagonista involuntario de la vida de Bryan versión punk. Me sigue cayendo bien por honesto, incisivo y rápido de reflejos. Visto y oído en la distancia parece que la vida le ha ensombrecido un poco el aura, a el y a todos me temo. Mitomanías al margen se agradece haber tenido en la adolescencia algún referente que estimulase un poco la vida inteligente. Algún día me gustaría hacer mi aportación a su record imbatible y agradecerle (y a LPR en su nombre) unas cuantas cosas.
Comentario por El Animal sin Nombre