Los vínculos entre Cantabria y Dre Gipson siguen creciendo y afianzando su música en nuestra región. Ayer vivimos el lujo de ver en directo como esos lazos se hacen cada vez más fuertes.
Tras uno de esos días de verano que a veces nos regala la primavera se desató la tormenta y a las veintidós horas, hora prevista de inicio del concierto, hacía una noche de las de serie y manta. Nos armamos de valor porque ya habíamos quedado y no era cuestión de echarse atrás. Tras dosmil vueltas en coche y finalmente optar por el parking nos acercamos al Niagara.
Debe ser la tercera vez que Dre Gipson visita Cantabria. Para quien no le conozca, es reconocido por haber sido teclista de los míticos Fishbone entre los años 2004 y 2013, aunque también tiene un interesante bagaje musical en otras bandas de fusión y reggae como Kanswer. La última vez que le vimos por aquí venía acompañado de los franceses Dätcha Mandala que además de su propio concierto servían de backing band para las canciones de Dre. En esta ocasión en cambio se había creado una banda Ex Profeso con músicos de Cantabria provenientes de bandas como Hannah, Marcellus Wallace o SexπR, que se han bautizado a si mismos como The Black Joke Cannons.
La velada fue curiosa, porque tuvo cierto aire de Jam. La distancia geográfica así lo obliga, habían ensayado juntos en tres ocasiones antes del bolo, y eso nos transmitió cierta sensación de estar viendo algo fresco y en cierta forma irrepetible, como si te hubiesen invitado al local a ver lo que están tramando. Osea, se podía apreciar claramente que los temas estaban montados hace poco tiempo por los cruces de miradas y sonrisas cómplices, sin embargo los defendieron con una gran solvencia, abriendo por momentos la puerta a lo que podría ser muy grande si siguen colaborando juntos. Los cántabros aportan la solidez y experimentación de su largo bagaje en distintos proyectos y las tablas del músico Angelino suman un plus que eleva lo sucedido a una liga superior. En petit comité nos contaron que la idea es repetirlo con cierta frecuencia, así que esperamos irlo viendo crecer y que esto sea sólo el principio de una gran amistad.
Junto a temas de Dre Gipson, que ya vamos conociendo, como Pressure Drop o Dying Wish, sonaron también un par de versiones: Un aceleradísimo “Know your Enemy” de RATM o un “Let’s Dance” de Bowie, que habían decidido apenas unas horas antes, con la banda incluyendo partes raggamuffin y un chulísimo solo de batería, todo sobre la marcha. De lo mejor del concierto.
La noche tuvo un ambiente especial ya que, por si los motivos musicales no fuesen suficientes se unieron un par de celebraciones de cumpleaños que hicieron que la sala estuviese aun más concurrida. El único pero que se le podría poner es que empezaron a tocar una hora y cuarto más tarde de lo que apuntaba el cartel, aunque, lo cierto es, que como sólo era una banda y el repertorio no fue muy largo, la cosa se alargó sólo lo necesario. Eso sí, como postre, cumpleañeros y amigos se subieron al escenario a ofrecer un bis con versiones de Radiohead, Faith no More, Blur… en un espontaneo combo que puso un divertido broche a una jornada memorable.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.