La calle es nuestra. De la gente. Como bien recordaba Paco Vorágine es nuestro derecho utilizarla, proponer y desarrollar actividades en ella. Nosotros también pensamos que no hay que esperar a que llueva maná, si no más bien calzarse el buzo y ver por donde empezar a trabajar. Por eso nos entendemos tan bien con La Vorágine. Por eso, y por tener el centro de atención en lo cercano y en lo diverso. Por haber aprendido a darle el valor que merece el vecino de enfrente, en lugar de deslumbrarnos siempre con rutilantes estrellas lejanas.
El enfoque de las dos jornadas en el Dique de Gamazo ha sido espectacular. Charlas, música, literatura… para sacar una libreta y apuntar, porque esto debería suceder todo el rato. En cada pueblo.
Aunque nos apetecía todo muchísimo al final aprovechamos que el domingo íbamos a participar en una mesa debate junto a Esteban Ruíz y Manuel López Poy para quedarnos a ver el concierto de Lil. La verdad es que mirando la agenda del fin de semana también hubiésemos querido ir a ver a Los Estanques al Palacio de Festivales y a Los Zigarros en Torrelavega, pero el tiempo es el que es y aunque a veces parezca mentira hay otras cosas además del Rock and Roll, como quedarse en casa alguna vez echando la siesta para no morir de agotamiento, o jugar al Sushi en familia. Eso sí, ver las fotos del concierto de Javi Lost, Tudanca, Los Castos o de Mujeres Cantan a Mujeres nos ha puesto los dientes larguísimos.
A LIL las conocemos desde que participaron en Notas al Margen, otra iniciativa de La Vorágine que presentaba a algunas bandas locales actuando en la propia librería, y recogidas en audio y vídeo por Álex Pis. Al parecer de hecho se juntaron expresamente para ello, y a partir de ahí parece que Maki se está animando a desarrollar las composiciones que tenía en el armario para funcionar con este formato. Nos alegramos infinitamente.
Si empiezo diciendo que de los trece temas que tocaron tres eran versiones de Bo Diddley, Robe Iniesta y Carlinhos Brown (con percusionistas invitadas) tal vez me sirva para explicar más rapido la cantidad de colores y matices que forman parte de la música de este trio, que pese a su formato semiacústico (con percusión) tiene una asombrosa capacidad para manejar las dinámicas y las intensidades. Otro de los puntos a su favor son las armonías vocales, no se ven muchos coros últimanente en las bandas, y aquí son una pieza fundamental, aparte de que aunque la voz principal es la de Maki hay momentos en que cede ese protagonismo. Muy impactados hemos quedado con el bolo. Mucha energía, mucho contraste, muy buenas canciones, y la posibilidad de un crecimiento exponencial a poco que lo rueden. Lo de tener la bahía de fondo de escenario ya es para matricula de honor. Quedamos a la espera de un disco que esperemos llegue más pronto que tarde.
Palabras y Vídeo: Oskar Sánchez
Fotos: Juanin Stant, Vorágine, Omar Sánchez, Oskar Sánchez