“Aquí está Little Richard”, tal como reza el título, es en sí una declaración de intenciones, y sin duda alguna te encuentras ante una leyenda del rock and roll con nombre propio.
El álbum, ópera prima del artista, rezuma la esencia con toda la grandeza del pequeño Richard, con su peculiar estilo vocal e histrionismo escénico que hizo de sí mismo una seña de identidad que ha ondeado cual bandera al viento durante toda su carrera. Dicen que se encontraba en un estudio cantando “Tutti Frutti” cuando pasaba por allí Robert “Bumps” Blackwell, que fascinado, decidió meterse de lleno en la producción de un buen puñado de canciones, que grabadas entre 1956 y 57, con la propia “Tutti Frutti” como punto de partida, conforman el set del disco. Este corte, co-escrito por el propio Little Richard junto a Dorothy LaBostrie, no tardó mucho tiempo en convertirse en un “standard” e icono del rock and roll de los 50, con su célebre y reconocible frase onomatopéyica “abambabulubabulambambam” contando con posteriores y también célebres versiones a cargo de artistas de la talla de Elvis Presley, los Beatles o MC5. Además de este corte clásico, entre los otros once títulos que lo acompañan en el álbum, nos encontramos con otros tantos reconocibles y célebres ejercicios de rock and roll, como “Jenny, Jenny” (escrita por Little Richard y Enotris Johnson), “Ready, Teddy” y “Rip it Up” (escritos ambos por el tándem compositivo del propio productor Robert Blackwell y John Marascalco) o el reconocible y mítico “Long Tall Sally”(escrito también por el propio Little Richard junto a Blackwell y Enotris Johnson), que también ha gozado de una larga lista de versiones posteriores, convirtiéndola en otro “standard”, a manos y voces de Elvis Presley, Kinks, Beatles, Cactus, Gene Vincent, Wanda Jackson, Eddie Cochran, Pat Boone… Un disco imprescindible para entender el rock and roll en su vertiente más cercana al Rhythm’n’Blues, como contrapunto a la tendencia rock-a-billy, por ejemplo, que caracteriza a otros reconocibles artistas de la época como Roy Orbison, Warren Smith o Carl Perkins, o el carácter “blues” de Chuck Berry.
Comentario por Dako