Según se nos van muriendo y retirando iconos con los que hemos crecido vamos siendo más conscientes de que cada visita puede ser la última. Se podría esperar a unos Judas Priest en horas bajas, tocados y casi hundidos al acelerarse el proceso de la enfermedad de Parkinson que sufre Tipton, pero contra todo pronóstico han grabado su mejor disco en casi tres décadas, con el prestigioso músico, ingeniero y mezclador Andy Sneap como sustituto demostraron que están absolutamente engrasados en directo. No podíamos perdérnoslos.
Como banda invitada traían a Lords of Black, la banda de los Ex-Saratoga (entre otras cosas) Tony Hernando y Andy C. con Dani Criado acompañando al bajo y la voz del Chileno Ronnie Romero. Para quien no les conozca podemos contar que tienen tres álbumes, el último de ellos Icons of the New Days de 2018. Llevan funcionando desde 2014, pero fueron el centro de todas las miradas a finales del ‘15 cuando Ritchie Blackmoore se fijó en Ronnie como voz para los conciertos de reunión de Rainbow.
Personalmente tengo que reconocer que musicalmente me parece que les falta un puntín en composición, es Hard Rock / Heavy Metal del de toda la vida tal vez se eche de menos algún punto más distintivo, pero es probable que eso sea cuestión de gustos, ya que en las primeras filas había fans desenfrenados cantándose cada sílaba. En el otro plato de la balanza hay que decir que en directo son muy potentes (pese a que tuvieron problemillas con la guitarra en algunos temas, y con el micro de coros), y Ronnie es un prodigio cantando. Cierran con un homenaje al Stand Up and Shout y si cerrabas los ojos parecía que tenías a DIO delante de las narices.
El de Lords of Black lo hace mejor que el holograma.
Publiée par Noche de Rock sur Jeudi 28 juin 2018
Después de recargar las cervezas, pillamos posición y flipamos con el potente comienzo, después de la intro abrieron con Firepower, el single que abre su último álbum, desde el primer minuto Halford a demostrado que está en muy buena forma a pesar de la edad y no paro de arengar al público junto a Ritchie Faulkner que ha cogido mucho protagonismo, desde la baja de Glen y está claro que le gusta ese protagonismo que trasmite al público. Le siguió Grinder otro buen tema con mucha energía del British Steel.
Judas Priest
Publiée par Noche de Rock sur Jeudi 28 juin 2018
Comenzaron los cambios de chaqueta de Halford, que ya sabemos que son parte importante del espectáculo, con vestuarios extremos que van desde chupas metalizadas hasta largos chalecos cubiertos de parches. En Sinner se empieza a ver la compenetración de Andy y Ritchie y la buena conexión que existe entre los dos. Un pequeño parón y Scott con sus bombos de apoyo al público para la caída del 2° telón (a partir de aquí ya teníamos la pantalla gigante con sus míticas interpretaciones de cada canción) y entramos con The Ripper uniéndose con otro tema esta vez del nuevo disco Lightning Strike que quedó fantástica. Nuevo cambio de chaqueta y a otro set muy interesante con Bloodstone y Saints in Hell, temas muy compactos y con un Halford que se le ve muy bien y con mucha energía, mención a parte tiene Ian Hill, aunque está siempre detrás y parece que tienes las botas clavadas a la tarima no para con su bajo y te hinoptiza a seguirle. Entramos con Turbo Lover de un disco criticado pero que ahora es de las más veneradas, en su momento fue machacado por el uso excesivo de sintes, y ahora sin embargo nos suena deliciosamente retro y ochentero, cosas que tiene el paso del tiempo. Ahora venía un set de temas “tranquilos” como Rising from Ruins del Firepower y otro tema épico como Night comes Down del Defenders of the Faith que todos coreamos y para acabar con poco de velocidad del mismo album Freewheel Burning. Otro parón para corear con Halford y entrar con un tema mítico You’ve Got another thing coming, a estas alturas te das cuenta que ya no queda tanto para terminar y sin embargo el grupo sigue en muy buena forma. Se oye el estruendo de la Harley que después de unas buenas runfadas da el inicio a Hell Bent For Leather del Killing Machine, una arenga de Scott Travis y entra el Painkiller el tema más estático de Halford sobre todo por la dificultad que tiene alcanzar esos tonos tan complicados pero que cumplió con creces, es de agradecer que se deje tantas energías en este tema y no lo quiten del set, en el solo se hizo un guiño a Glen con unas imágenes antiguas en la pantalla que la gente vitoreó.
Halford aparece de nuevo en el escenario ataviado con una chupa que lleva el símbolo de British Steel, y nos llevamos una gran sorpresa cuando aparece Glen Tipton dispuesto a tocar los bises junto a Ritchie y Andy, sin duda un momento muy emocionante con una fuerza increible que nos transmitió una sensación de tremenda fortaleza y energía, al verle tan achacoso pero dejándose sus últimas energías sobre el escenario hasta el último aliento. Desde ese momento toda la atención se centro en él y cayeron clásicos como Metal Gods, Breaking The Law y Living After Midnight y cuando parecía que se terminaba el show se arrancan para terminar esta vez definitivamente , con Victim of Changes que fue un colofon increíble para la gran noche de Judas.
Para unos asistentes que abarrotaron el Cubec, desplazándose un día laborable fue una noche para recordar en una sala acogedora con buen sonido, buen espacio en la pista que te permite verlo cómodamente desde cualquier punto y excelentes servicios de bar, aseos, puestos de comida y organización en general (a excepción del habitual atasco a la salida con los tickets de aparcamiento). Andy Sneap cumplió las expectativas ya difíciles de suplir a Glen, que Halford se mantiene en forma para entregarse a su publico, que las bases con Hill y Travis siguen siendo demoledoras y que la escenografía sigue siendo muy buena.
Curiosamente Judas Priest siguen siendo una de esas bandas que están entre los altares de cualquier aficionado al metal y son de sobra conocidas entre los aficionados a la música, pero permanecen ocultas al gran público, estamos seguros de que cualquiera se quedaría con los ojos como platos al ver un despliegue como el que ofrecieron.
Texto por Oskar Sánchez y Yoni Harald.
Fotos por Oskar Sánchez y Unai Endemaño