Por fin se han destapado los archivos que han permanecido ocultos por más de cien años sobre la verdadera historia del Proyecto Borghia. Y supongo que querais que os cuente cómo empezó todo. Yo me he enterado aunque no debería saberlo y tampoco creo que sea bueno que sepais todos los detalles porque podría llevaros a la locura y porque en lugar de una carta tendría que enviaros un paquete. Así que seré breve. Al principio hubo una gran explosión. Poco a poco algunos bloques de materia se enfriaron y todavía no sé cómo narices surgió la vida. Lo cierto es que la Gea, le esencia de la tierra según los griegos, con la ayuda de los Dioses del Olimpo acabó alzando una raza de monos superior al resto en barbarie y vicio. Con el paso inexorable del tiempo y con la consecución de los inescrutables caminos del Señor el mono perdió pelo, ganó en maldad, se hizo más débil pero lo suplió con muy mala leche. La evolución lo llevó por distintas etapas de destrucción hasta arribar el homo sapiens resapiens. Pasado el tiempo, y con los derroteros apocalípticos que estaban tomando los acontecimientos no es de extrañar que una nueva raza de monos surgiera, aunque fuera por accidente. Hablamos de un nuevo paso en la evolución, una especie nueva de homo semprerectus que estaba llamada a gobernar la tierra. Por supuesto, como no podía ser de otra manera de vivir, me estoy refiriendo, por muchos dolores que tenga Lola, al homo nonsapiens borghius. En algunos aspectos, según se narra en los informes secretos del CESID, este nuevo hombre resultaba incluso más básico que su predecesor. Pero en otros, ay en otros, en otros no tenía parangón ninguno. Y os preguntareis a qué se debe este cambio cualitativo y sinceramente, cuantitativo, en la evoclución humana. Pues bien, este nuevo sendero antropológico tuvo su inicio una noche de noviembre del año 2000 a raiz de un experimento secreto del servicio de inteligencia español. Según el informe Borghia Project, aquel día fue uno de los más lluviosos de la década. Antes del cambio climático y de la desertización de este país, los ángeles dejaban caer todos sus llantos sobre lo que un día fue verde. Haciendo un pequeño inciso ¡cuán mal han pasado los años! Hoy los pequeños niños asexuados y alados sólo eruptan y dejan un plomizo sabor a hiel esparcido por todos estos rincones. Pues bien, la nueva era en nuestra historia, el momento cero, comenzó cuando uno de estos nuevos espécimenes que cambiarían la faz del mundo corría bajo las calles esquivando los paraguas de la gente y la intensa lluvia que escupían las nubes. Ludwing Borghia se encontró en frente a las puertas de su mansión victoriana con tres pobres indigentes, (Jimmy, Davis y Pier), que sólo buscaban un techo donde resguardarse y dicho sea de paso, beber las botellas que escondían en unas bolsas de plástico. Media hora después todos discutían sobre el futuro de la música y de las múltiples formas de arrreglar un planeta enfermo de seres humanos. Y me preguntareis ¿qué tiene que ver esto con la evolución? ¿Por qué nos cuenta éste la historia de unos hijos de la generación de la litrona? Pues bien, tranquilos, en la sala contigua, el CESID, tenía un laboratorio supersecreto donde se estaba experimentando algo que desconozco. Pero algo salió mal. Aquellos cuatro seres humanos recibieron una radiación mortal que les alteró genética y sexualmente. Los enloqueció y, también extrañamente, se produjo un efecto colateral que consiguió vaciar sus botellas del todo. Cuando tambaleándose consiguieron salir de aquella habitación se dieron cuenta de que uno de ellos tocaba la guitarra, de que el otro la bateria, de que el tercero era bajito y de que el cuarto, bueno, pues era el cuarto. Aquella misma noche y entre más licores que pudieran apagar los efectos de la radiación decidieron vengarse de la sociedad y comenzaron una campaña para infectar al resto de la población con sus males. Al día siguiente incluso cogieron varias armas, algunas de seis cuerdas otras de cuatro, y compusieron varios himnos para la lucha. Hoy han muerto. Son sólo polvo. Pero sus espíritus y su carga génetica han sido suficientes para cambiar el signo de una sociedad putrefacta, injusta, morosa y sucia y convertirla en una sociedad absurda del todo y sin solución posible. Pero bueno, esta parte de la historia ya la conoceis así que no me voy a extender. No os voy a volver a contar sus trabajos para Ana Rosa Quintana, sus inversiones en Gescartera, su hotel en las montañas de Afganistán, o la degeneración que consiguieron en el tejido social con una consigna clara: ¡Rock y kalimocho gratis y año de prostitución obligatoria! Así que queridos padres, después de conocer los detalles más íntimos de este grupo, no os pienso vomitar, bueno… no os piendo transmitir las interioridades de estos desgraciados y sólo me queda una cosa… pintarme los labios, teñirme el pelo y correr desnudo por la playa hasta que me funda con el mar en un abrazo definitivo que me lleve a donde estén Los Borghia. En su defecto, me compraré su maqueta. Firmado: Sir William Gull. INFO DE SU PÁGINA WEB