PASADOS POR AGUA: Las fiestas de Polanco optan por un cartel diverso formado por grupos locales y aledaños, una buena iniciativa con la que ni siquiera la intensa lluvia pudo. Esperamos que se repita en próximos años.
Dentro de todos los planes que había para el fin de semana el que más asequible nos quedaba eran las fiestas de Polanco, concierto al aire libre anunciado para las nueve menos cuarto, bollo preñado y cerveza gratis, genial para los que ya vamos empujando carrito y tenemos que hacer piruetas para ver música en directo. Al final no nos salió tan redondo como estaba planeado, la hora de inicio se retrasó bastante y el cambio entre una y otra banda otro tanto, con lo que no pudimos quedarnos a ver toda la actuación de Los Bonitos del Norte, pero el rato que estuvimos lo pasamos muy bien, así que una vez más agradecemos a los ayuntamientos que se mojan en traer a bandas para poner música a sus fiestas.
A Wormy Goat no les conocíamos. Por lo que he podido averiguar entre ayer y hoy, son una banda bastante joven, con influencias sobre todo del thrash metal, pero también con algunos toquecillos que pueden provenir de estilos tan diversos como el Death/Black o el J-Rock. Como aspecto peculiar hay que decir que llevan dos bajistas, aunque uno de ellos también hace funciones de teclista en algunos temas, un aspecto al que supongo vayan sacando más partido según el grupo vaya madurando y encontrando su sonido definitivo.
Durante su concierto ya había empezado a llover un poco y la lluvia se fue intensificando, además al parecer el escenario no disponía de una buena toma de tierra con lo que el riesgo de sufrir un calambrazo serio hizo que Los Bonitos del Norte tuvieran que tomar una decisión extrema, desmontar todo del escenario y trasladarse a la carpa del bar de la comisión donde una poquita gente nos habíamos refugiado. La verdad es que fue un acierto, porque nadie parecía dispuesto a recorrer los cien metros que separaban el escenario del asubiadero más cercano, así que riesgo de calambres aparte, si la montaña no viene a Mahoma…
Como digo, se nos había hecho un poco tarde, y aunque el pequeñajo se lo estaba pasando pipa, nos parecía que las doce ya era hora de acostarse, así que nos tuvimos que retirar en plena crecida, porque el concierto comenzó caliente y mucho más cercano de lo que hubiese sido con los 100 metros libres de por medio. En el momento en el que nos piramos, (Justo después de alguien mangase el par de paraguas que ibamos a usar para llegar hasta el coche) Los Bonitos instaban a la gente a levantarse de las mesas de primera fila y ponerse a bailar, seguro que se lió una buena. En el enlace inferior os dejo un video para que os hagáis a la idea.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.