A cargo de las compañías “Les 7 Doigts de la Main” de Montreal y “Thèatre Republique” de Copenhague, esta representación mezcla teatro, circo, música y animación por ordenador para dar vida a las obras del fantasioso pintor. Una pantalla al fondo y otra transparente delante, sumergen a los acróbatas actores en escenas entresacadas de los cuadros, extraños paisajes con personajes y bestias aún más sorprendentes. En ocasiones, actores e imágenes intercambian su realidad, dando aún más unidad al conjunto.
El hilo conductor de la historia es la relación de una niña y su padre, un investigador de la obra del pintor, mientras está de viaje para dar una importante conferencia. A ello se añaden sueños y pensamientos, que se entremezclan con la vida y muerte del pintor.
Dalí, un asombrado aprendiz, pasea por el escenario viendo y viviendo sus obras, tomando apuntes para crear escenas surrealistas que sorprenderán al mundo siglos después.
Jim Morrison es otro personaje que invade las pinturas, inspirándose en las extrañas imágenes para escribir algunas de sus no menos oníricas canciones.
La música de The Doors anima varias escenas, mientras otras se acompañan con instrumentos medievales o sonidos de la naturaleza. Incluso se cuela alguna entrevista realizada a Dalí, con su particular verborrea.
Un original espectáculo con una impecable puesta en escena. Las acrobacias, si bien no están a la altura de El Circo del Sol y similares, son de un buen nivel y perfectamente integradas con la historia, en ningún momento parecen metidas a la fuerza. Se agradece el esfuerzo de los actores por hablar español, lo que permite seguir la historia sin perder la atención.
Reseña por Alberto Cifrián