Cantaba Gardel, en el famoso tango, aquello de ”veinte años no es nada” . Sin duda, no podemos estar más en desacuerdo con el maestro, pues a Los Tupper ese tiempo les ha dado bastante de sí.
De aquella primera formación de Tupperguarros (viajen hasta finales de 1995) todavía hoy sobreviven la dupla compositiva y fuerza motriz del grupo, compuesta por Raúl Real y Manu Gastado; amén de la primera parte del nombre, por el cual siempre fueron reconocidos por sus seguidores. Aquellos furiosos años, donde el sonido de la banda era sustancialmente más urgente y acelerado,sirvieron como tóxico entrenamiento de lo que aún estaba por venir. Después de publicar un par dereferencias vinílicas y participar en unos cuantos recopilatorios, eliminan su apellido ”-guarro” y selanzan a la grabación de ”Mala Fama”, disco de transición y que a la postre será su despedida del castellano.
Luego llegaría ”Sardinista” (Sunthunder 2010) , álbum en el que darán un giro definitivo a su imaginario. Con esta nueva vuelta de tuerca nos encontramos con los ingredientes que los seguirán acompañando en sus posteriores lanzamientos: Sonidos más envolventes, slides, secciones de vientos ; guiños a Gram Parsons, Johnny Thunders, Willy De Ville o los Stones de ”Sticky Fingers”.
Éste disco, no exento del característico y ácido sentido del humor de Los Tupper, es recibido con entusiasmo por algunos medios especializados. También, en este punto de su carrera, comienzan a colaborar con otros músicos de la escena rockera internacional, artistas con los que en un futuro inminente estrecharán lazos. Encabezando esta lista encontramos a Dave Kusworth, dandy de los
bajos fondos ingleses e integrante junto a Nikky Sudden de los muy añorados Jacobites. El flechazo surge en ambas direcciones y aparte de efectuar una serie de conciertos juntos, entraran al estudio para registrar ”Throwing Rocks in Heaven” (Sunthunder 2012), álbum que retoma las mejores composiciones del músico de Birmingham, bajo la producción de los propios Real & Gastado. De esta misma forma, también publicarán un puñado de canciones acompañando a uno de los guitarristas más pintorescos de las islas británicas: Darrell Bath, músico con un curriculum tan extenso como su propio talento a las seis cuerdas. De todas formas, Los Tupper no perderán comba, y aparte de seguir componiendo, aprovechan estos intervalos para seguir actuando por diferentes lugares de la península y Francia. Con estos bocetos y una ligera resaca, regresan a su estudio de grabación habitual: Drive Division, dónde meticulosamente trabajarán en su nueva referencia, que verá la luz bajo el título de ”Yesterday’s Pizza” (Sunthunder 2014). Para su elaboración contarán con dos músicos ya afianzados en el seno de la banda: Jesús España (batería desde Sardinista) y la nueva incorporación de Pepe Terán (hammond y pianos). Este álbum recibirá el aplauso unánime de la crítica, encabezando las listas de lo mejor del año en varios medios especializados como Ruta 66 (donde también fue elegido disco del mes). La original presentación (la edición en vinilo incluía una autentica caja de pizza serigrafiada con el logo de la banda) hizo que la mayoría de las copias se agotaran en apenas unos meses y que Los Tupper ampliaran su circuito, lo que les llevaría a Londres en Noviembre de aquel mismo año.
En el año 2015 se sumergirán en un emocionante proyecto, que se verá culminado con la posterior edición del ep Ruins, junto al excelso orfebre del pop norteamericano Kevin Junior. Desgraciadamente, esta obra verá la luz a título póstumo, pues el malogrado artista fallecería en Enero de 2016. La huella que deja en la banda es imborrable. El resto de 2016 se centrarán en la composición y grabación de su siguiente disco: ”Hotel Debris” (Sunthunder 2017). Con un ojo puesto en sus más admirados artistas ingleses como Kevin Ayers o Ray Davies, y el otro apuntando a los bayous de Luisiana, el artefacto ha vuelto a cocerse a fuego lento, costumbre habitual de la casa. Obviamente, ellos aseguran que nos encontramos ante su mejor obra. Todos los músicos dicen lo mismo. Eso es cierto. Aunque habría que fiarse, porque grupos hay muchos, pero de su especie quedan pocos.