Su primer viaje, como cirujano de a bordo, es en el Antílope, que zarpa de Bristol en mayo de 1699. En las cercanías de la Tierra de van Diemen (actual Tasmania) el navío naufraga y Gulliver llega a la costa después de nadar, cae en la playa y se queda dormido.
Al despertar, descubre que ha sido hecho prisionero por una raza de personas de un tamaño doce veces menor que un ser humano, es decir de menos de 15 cm de altura, habitantes del país isleño de Liliput.
Después de prometer un buen comportamiento, obtiene la libertad y se convierte en el favorito en la corte. Desde este momento, el relato recoge las observaciones de Gulliver en la Corte del soberano de Liliput, modelada sobre la contemporánea de Gran Bretaña. También se le autoriza a caminar por la ciudad con la condición de no dañar a los súbditos.