No era un día cualquiera, se avecinaba una noche de rock and roll emocionante; era, al menos para mí, la primera noche de concierto sin estar pegados a sillas y sin distancias. Como si estuviésemos en 2019 y prácticamente (a excepción de las mascarillas) no hubiese pasado absolutamente nada. Pintaba muy bien y así fue.
Comenzó La Perra Blanco, un trío gaditano liderado por Alba Blanco, bien cargados de actitud y rollo. Lo suyo es el rockabilly y lo dejaron bastante claro durante su actuación, no sólo estéticamente, si no también en cuanto a actitud, cualidad de la que iban sobrados. Presentaron su trabajo Bop & Shake, interactuando con el público y dejándonos con ganas de más. Andan inmersos en una gira por toda la península, si los tienes cerca no los dejes pasar!.
Llegó la hora de Los Zigarros, cuarteto de rock valenciano liderado por los hermanos Tormo a las guitarras y voces, Natxo Tamarit al bajo y coros y Adrián Ribes a la batería y coros. Los Zigarros salieron con todo dando una lección de rock and roll. Lo tienen todo; temas de calidad, actitud, pose, energía, técnica, sonido contundente (suenan como un tiro)… ¿!joder, no se que más quieres!?.
Repasaron temas de sus tres álbumes, sonando por ejemplo “A Todo Que Si”, “Como un puñal”, “Apaga la Radio”, “Espinas”, “Odiar me gusta”, “Cayendo Por El Agujero”, “Tenía que probar” con una parte que han añadido que suena a Allman Brothers que se te va la pinza, y por supuesto, cayeron las versiones que tienen integradas en sus discos; “No Obstante lo Cual” de Riff y “Mis Amigos”, de los Flying Rebollos, entre muchas otras. Todas estas con un público a tope de entregado, bailando, saltando, cantando y en general, eufórico por volver a disfrutar lo que no hemos podido disfrutar durante todo este tiempo.
Una gran noche, cargada de pasado (hasta 2019) y futuro (2021 en adelante) que nos hizo a muchos recordar, y esperar más movidas así, bailando, de pies, con un cachi hasta arriba, y disfrutando de rock and roll.
Texto: Mikel Marina.
Fotos: Sonia Toledano.