Cuando desde el mundo del rock echamos la vista atras a las músicas que dieron origen al género, y más concretamente al blues, la tendencia suele ser fijarse en los pioneros del country blues, seguramente por su relación directa con el blues eléctrico de Chicago posterior, así como por la reivindicación que se hizo de ellos por jovenes blancos rockeros en los años sesenta. Sin embargo hubo otros fenómenos igualmente reseñables, y que en su momento incluso fueron mucho más conocidos entre el gran público. En concreto me estoy refiriendo a cantantes femeninas que provenían del mundo del vodevil y de los espectáculos itinerantes de variedades que fueron incorporando dentro de sus repertorios composiciones de Blues y dieron origen a lo que se dio en llamar “Race records”, discos de 78 rpm de artistas afroamericanos destinados a ese mismo público. Seguramente las más conocidas son Bessie Smith y de quien trata esta reseña y mentora de la anterior, Ma Rainey, pero hubo otras. De hecho la primera en grabar un registro fonográfico fue Mamie Smith, cuyo éxito, en cierto modo casual e inesperado con “Crazy blues”, el primer tema de blues grabado por un artista negro, en 1920, abrió la puerta a otras cantantes que llevaban años trabajando y, mas allá, inició la explotación comercial de la música popular afroamericana a través de los mencionados “Race records”. Ese fue el caso de Ma Rainey que tenia ya una larga y consolidada trayectoria cuando inició su carrera discográfica en 1923. Hasta 1928 grabó más de un centenar de temas, y obtuvo un considerable éxito. A esto ayudó que Rainey supiera mantener el control económico de su carrera a pesar de los handicaps que entonces suponía ser mujer y negra. A finales de los años 20 los gustos del público cambiaron y la era de las cantantes clásicas de blues terminó, Ma Rainey continuo trabajando en directo hasta mediados de los 30 en que se retiró a su Georgia natal hasta su fallecimiento en 1939.
De la gran cantidad de recopilatorios editados hemos seleccionado el de 1992 llamado “Ma Rainey” dado que tiene una calidad de sonido aceptable, considerando que son grabaciones de prácticamente un siglo y además de Paramount, que no eran conocidos precisamente por la calidad de sus ediciones. En cualquier caso el objetivo de estas reseña es que el recopilatorio sirva de entrada a alguna de las ediciones de su discografía íntegra, que proporciona una visión más completa de su obra. Además, este recopilatorio incluye muchos de sus temas más representativos como “ See see rider blues”, “Prove it on me” o “Ma Rainey’s black bottom”. También nos presenta una muestra de los diferentes formatos de grabación que utilizaba Rainey, desde los acompañamientos más modestos de guitarra y sabor más puramente bluesero en canciones como “Runaway blues” o “ Black cat blues”, y en general toda la parte final del disco, a los arreglos mas sofisticados con banda y vientos cercanos al jazz primigenio de sus temas mas conocidos. En cualquiera de los casos, suele estar siempre muy bien acompañada, ya sea por guitarristas tan fundamentales como Tampa Red en la parte bluesera como figuras básicas de Nueva Orleans como Louis Armstrong o Sidney Bechet en la jazzera. Esta dualidad hace que su influencia posterior se extienda en ambos géneros y abarque de Billie Holliday a Big Mama Thornton, llegando al mundo del rock a través de Janis Joplin y su devoción por Bessie Smith.
Mención aparte merece el apartado lírico, en el que muestra un desparpajo y una libertad hablando de sexualidad que no volverían a verse en la música comercial en décadas. El ejemplo más conocido es “Prove it on me” y sus referencias lésbicas. En las letras de Rainey se incluyen alusiones a ambos sexos, dada la presumible bisexualidad de la cantante. Lo cierto es que Ma Rainey fue toda una pionera, tanto por la independencia y control que ejerció tanto sobre sus finanzas como en su vida artística y personal.
Asi pues, Ma Rainey es una figura fundamental sin la que no se puede entender el desarrollo posterior de las divas de la música popular en multitud de géneros, ni el origen del rhythm and blues como etiqueta derivada de la “Race Music” ni en general de toda la historia de la música negra del siglo XX en general y femenina en particular.
Oscar G. del Pomar