“Burn My Eyes”, la bomba de relojería que cambio el Metal de los 90.
El increíble álbum de debut de Machine Head llegó a mí unos meses después de escuchar por primera vez su segundo disco, el apabullante “The More Things Change”. En aquella ocasión aluciné diez veces más que con su segundo plástico. “Davidian” y “Old” son alucinantes, podría tratarse de los hit singles definitivos del mundo del Metal. “Davidian” fue un clásico instantáneo, un tema que les catapultó al estrellato en Europa casi de manera inmediata. Aunque según declaró Robb Flynn a la revista Kerrang en 1996, aquel tema tardó mucho tiempo en gestarse y quedar como todos los fans lo conocemos.
“Si llegases a escuchar la primera versión de Davidian… ¡¡es horrorosa!!, jamás creí que saldría un buen tema de aquella especie de aborto de canción que parimos en el local de ensayo. Pero después le fuimos puliendo y al final quedó un tema estupendo. Aunque siempre que la toco no puedo evitar acordarme de aquella primera versión”.
Pero “Burn My Eyes” no es solo “Davidian”, en mi opinión está plagado de temas perfectos, todos ellos son precisas bombas de relojería. Mis preferidas son “The Rage To Overcome”, “A Nation On Fire” y en especial “Blood For Blood”. ¡¡Por Dios que pedazo de tema!! se trata de una avalancha sónica que me levanta la moral al instante.
Opino que la razón del éxito de “Burn My Eyes” se encuentra en la magistral producción de Colin Richardson y en esos descomunales riffs y toques groove para menear las melenas. Sin menospreciar esas maravillosas letras sobre la corrupción religiosa y política y esas melodías opresivas con estribillos reconocibles y tarareables. Esta fórmula creo un disco brutal pero accesible que fue la llave maestra de la banda para llegar al gran público.
Toda esta popularidad les llevó a ser elegidos por Slayer para telonear en 1994 la gira Divine Interventión. Se dice que fueron elegidos por encima de bandas del calibre de Napalm Death y Obituary. Ellos lo agradecieron borrando a sus padrinos del escenario en muchas ocasiones, los muy gallitos incluso incluyeron en su repertorio una versión del “South of Heaven” de Slayer.
“Salimos con la intención de destruir a Slayer encima del escenario cada una de las putas noches que tocamos junto a ellos, y Slayer intentaron patearnos el culo sobre el escenario siempre que tuvieron ocasión. Eso hizo que los shows fuesen matadores, era como presenciar una buena pelea de dos boxeadores súper pesados.” (Robb Flynn)
El concierto final de su gira con Slayer tuvo lugar el 12 de marzo en Mesa Arizona. Aquel concierto fue grabado para el vídeo en directo de Slayer “Live Intrusión”. La canción con la que estos angelitos cerraron el show fue una brutal versión del “Witching Hour” de Venom interpretada por Tom Araya, Robb Flynn, Chris Kontos y Kerry King.
La gira junto a Slayer les consagró de manera definitiva en el viejo continente y les proporcionó el privilegio de poder liderar su propia gira europea como cabezas de cartel en 1995.
El enorme éxito de aquella gira les llevó a tocar delante de 135.000 personas en el Dynamo Festival de 1995, y poco después “Burn My Eyes” consiguió el disco de platino en Inglaterra. Tuve la ocasión de ver el vídeo de aquel concierto unos cuantos años después y aluciné con el estado de la banda en aquellos momentos.
“Burn My Eyes” también fue el disco de debut más vendido por RoadRunner en aquella época.
Pero como viene siendo tradición en el seno del grupo, los problemas no tardaron en aparecer.
El éxito masivo y las largas giras estaban haciendo mella en todos los componentes de la banda, pero fue el batería Chris Kontos el que se llevó la peor parte.
Las cosas comenzaron a ir muy mal y al final tuvo que ser expulsado del grupo. Así se lo contó Robb Flynn a la revista Kerrang en 1996:
“El problema fundamental es que Chris no se dio cuenta de que Machine Head había logrado un status bastante alto en el negocio en muy poco tiempo y que “Burn My Eyes” estaba funcionando de maravilla y esto nos obligaba a girar a tope y a rendir en el escenario al cien por cien. Él lo llevaba muy mal, después de la gira americana del 95 llegó el momento de embarcarnos en la europea y Chris comenzó a quejarse a menudo y a decirnos que estaba muy cansado. Le dijimos, vale descansa y luego haremos la gira.
Cuando por fin nos pusimos a ello todo fue de puta madre, pero cuando llevábamos unos veinte conciertos acojonantes y llegó el momento de embarcarnos en la gira inglesa, el muy cabrón nos dijo que no podía hacerla, que estaba enfermo. Cancelamos la gira inglesa y perdimos tanto tiempo que no pudimos embarcarnos en la australiana. Ante la imposibilidad de girar, la compañía comenzó a presionarnos para grabar un nuevo álbum, y cuando por fin comenzamos a grabar el cabrón solo venía a una de cada cinco sesiones. Había un mal rollo con él acojonante. En medio de toda aquella mierda nos invitaron a tocar en Donington 1995 y el muy hijo de puta dijo que no podía venir. Le dije: “Si no actúas con nosotros en ese concierto no nos sirves, vete a tomar por el culo, estas fuera de la banda. Y se marchó.”
Chris Kontos fue sustituido de inmediato por el ex batería de Sacred Reich Dave McClain. Este gran percusionista bordó el álbum “The More Things Change” y lleva en la banda desde entonces.
Chris Kontos tuvo la oportunidad de defenderse de las acusaciones de Robb Flynn en el libro de Joel McIver “Inside The Machine Head”.
“Estuve de gira con Machine Head 22 meses. Apenas tuve tiempo libre y estuve enfermo durante los últimos seis meses: tenía piedras en el riñón y una infección viral en mis glándulas salivales.
No producían saliva sino pus. Sufría ataques muy dolorosos, y tanto mi familia como yo estábamos muy preocupados. Aguanté como pude los conciertos de España, Irlanda y Escocia. Pero no estaba funcionado, aparte también estaba bebiendo muchísimo y fumando mucha marihuana. Y tampoco estaba comiendo bien porque la comida en aquella gira era una puta mierda. Robb sufría una leve neumonía, una hernia discal en la espalda y había contraído conjuntivitis. El nunca debería haber continuado con aquella gira, pero no puedes convencerle de lo contrario, así que allí estaba.”
Después de leer esto no me cabe duda de que la voluntad de acero, el tesón y las pelotas de Robb Flynn son cualidades que han hecho de la marca Machine Head lo que es hoy en día.
En agosto de este año se cumplirán 25 años de la publicación de “Burn My Eyes”, y en mi opinión el álbum no solo no envejece, sino que está más de actualidad que nunca. Sus letras siguen hablando de los temas que nos preocupan a diario: políticos corruptos, religiosos pedófilos endiosados, conflictos bélicos, drogas, depresión y desesperación humana.
Se ha escrito mucho sobre Mr Flynn, durante años se le ha tachado de ser un personaje hostil y dictatorial que gobierna Machine Head con puño de hierro llevándose por delante a quienes no están a la altura de sus planes e intereses. Quizás esa sea la razón por la que a día de hoy el bueno de Robb se ha quedado solo y la continuidad de su banda pende siempre de un hilo.
Lo que está muy claro es que sin el empuje, los traumas, las vivencias, el carisma, el mensaje y el gran estilo guitarrero de Robb Flynn jamás se hubiese llevado a cabo mi disco favorito de la banda. Y aunque a este les siguieron unas cuantas cagadas que es mejor olvidar, no me cabe duda que Mr Flynn siempre ha puesto todo lo que tiene en Machine Head y por eso la banda siempre tendrá un lugar destacado en mi discoteca y en mi corazón.
Nacho García Álvarez