Nuestra cita anual con el Magosta se vio reducida en esta edición a uno de los dos dias. Aun así no queríamos dejar pasar la oportunidad de contarte nuestras impresiones sobre la segunda jornada.
Al organizar el fin de semana el metal pesó más en la balanza y el viernes ante la coincidencia del homenaje a Dio y el Magosta nos decidimos por la otra opción, lo que no impidió que en la segunda jornada nos pasasemos a hacer nuestra ritual visita a Castañeda para celebrar, como hacemos desde tiempos inmemoriales la llegada del verano y las vacaciones.
La primera jornada había estado protagonizada por Yacine & the Oriental Groove, La Kinki Beat y Muyayo Rif, que en palabras de Paco Quevedo dieron muy buenos conciertos, con escasa afluencia de público.
El sábado las previsiones no eran tampoco muy halagüeñas, el cielo amenazaba tormenta y aunque llegamos bastante apurados con la hora de inicio encontramos aparcamiento a la primera. Nos sorprendimos por el cambio urbanístico que ha dado Villabañez y por la poca / nula cantidad de tiendas en las inmediaciones del festi.
La apertura para este segundo dia era puramente rockera, lástima que en cuanto a público Los Perezosos perdiesen el partido contra la competición internacional de balompié que parecía tener a la afición ocupada con otras cosas. Así que ante un público escasísimo Los Perezosos derrocharon rock and roll para quien quiso escucharlo. Ya lo dice su canción “tu colgado del balón, yo colgado del rock and roll”. La verdad es que fue altamente emocionante especialmente ese dia, que veníamos de grabar el programa catorce aniversario de NDR recordar todo el tiempo que ha pasado desde aquellos primeros conciertos y entrevistas con Los Perezosos, desde las primeras veces que les pinchamos cuando aun no tenían el primer disco editado hasta que nos enteramos de su pausa indefinida y su posterior “reunión”. Nos alegramos de tenerles de vuelta, y sobre todo de escuchar sus planes de editar un disco en directo que esperamos que pronto vea la luz, porque demostraron que están más en forma que nunca.
Para el concierto de Juan Perro se había reunido ya un pequeño grupo de incondicionales que aunque no llenaron el recinto de conciertos por lo menos hicieron que la imagen no fuese tan desoladora como en el inicio de la jornada. Santiago Auserón estuvo simplemente impecable. No es un músico al que yo siga habitualmente, pero si es alguien a quien tengo profundo respeto. Simplemente el hecho de no jugar la carta de vivir de rentas por sus logros de los ochentas y reinventarse con música de calidad en cada disco merece que nos quitemos el sombrero en estos tiempos en los que nadie arriesga nada. El repertorio avanzó sin problemas entre las influencias latinas y del jazz de Nueva Orleans que Juan Perro ha ido incorporando a su música en los últimos años. Santiago además de defender sus temas con soltura, solvencia y simpatía en un íntimo contacto con el público, supo sacar arriba casi la mitad del repertorio con temas inéditos que fueron especialmente celebrados. La banda que le acompaña es increible y su compenetración es tal que incluso nos deleitaron con una improvisación final que nos dejó a todos patidifusos.
El gran lapso de tiempo entre el final del concierto de Juan Perro y Color Humano pudo con nosotros y nos quedamos a verle completo, pero si que vimos un buen trozo de la actuación de esta banda multicultural. La verdad es que tenía muchas ganas de ver como se lo hacían porque fueron una de las primeras bandas en hacernos llegar su música a mediados de los noventa cuando empezamos con NDR. El disco suyo que aun conservo es Lágrimas de Sangre y viene fechado en 1997. Recuperaron en el inicio del concierto Corazón de Piedra y Lágrima de Sangre que me llevaron sin darme cuenta más de diez años atrás sin tener si quiera que cerrar los ojos. Al parecer han estado separados desde 2003 y esta es su gira de reunión. Como digo no nos quedamos hasta el final, pero lo que vimos nos basta para afirmar que sonaron muy bien y que montaron una buena fiesta.
Nos marchamos con una sensación un tanto agridulce por saber que la respuesta al Magosta de este año ha sido bastante escasa. El Magosta es un festival que lleva diecinueve años luchando con uñas y dientes por ofertar un espectáculo independiente de calidad, por desgracia, y pese a todos los años de trabajo el público aun está lejos de merecer tanto esfuerzo. Espero que pese a la poca respuesta aun les queden ganas para volverlo a intentar. Allí estaremos siempre que la situación nos lo permita.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.