Medussa es un proyecto de música instrumental con influencias basadas en los estilos de los se han nutrido y se nutren sus miembros, en el que confluyen el southern rock, stoner, black, death, heavy metal, crust, post-metal, post-rock. Aunque, inicialmente (2012) el proyecto intenta acercarse a sonidos ambientales donde guitarras acústicas se mezclan con texturas electrónicas, y siempre bajo la premisa de ser instrumentales, tras un tiempo como un dúo (Juan Gutiérrez e Ivan Mena), el grupo se mueve a otro tipo de estructuras más próximas al post-rock al entrar Javi Arias a la batería, esto se materializa en la grabación de su primer disco llamado Ocho (2014). Tras abandonar Ivan Mena la formación y con la entrada de Fernando Navarro (Guitarra) y Pablo Vazquez (Bajo), la parte eléctrica cobra mucho más peso y se consolidará un sonido más puramente post-rock que dará como resultado la grabación de su segundo disco 100 Millones de Años (2016). Es también durante esta etapa donde la banda empieza a dar sus primeros directos. Para el grupo, los directos son espacios donde dar rienda a la creatividad usando la unión con otras artes escénicas como la danza o el videoarte para acompañar la propuesta musical. Será durante esta etapa en la que de la mano de la compañía de danza Mymmader, colaboran en Allende. Un proyecto en el que la música de Medussa tocada en directo sirve de soporte para un espectáculo de danza contemporánea. Poco después, Pablo Vazquez deja la banda y se incorpora Alfonso Borbolla al bajo, dando lugar a la formación que compone Medussa actualmente. Con la entrada de Fon, el sonido del grupo se dirige más hacia el post-metal y es entonces cuando se graba La Palabra Ha Muerto (2018). Muchos ensayos después, unos cuantos directos y una pandemia, el grupo graba y edita su último LP hasta la fecha, Xibalbá (2022), un disco donde ya no quedan casi las partes limpias y acústicas que abundaban en los primeros discos y la distorsión de las guitarras lo impregna todo. Es el de Medussa un viaje musical que va desde sonidos más melancólicos y cristalinos de la primera etapa a la rabia y la distorsión de esta última, aunque seguramente esta no será su última parada.