Terminamos octubre por todo lo alto asistiendo a una de las grades citas festivaleras del año en la vecina Euskadi, como es el METAL NORTE, que llegaría en esta ocasión a la X edición. Como principal novedad sería el cambio de sede, trasladándose de la Tunk! de Irún al Centro Cultural Larratxo de Donosti. Con un cartel de lujo encabezado por Dünedain presentando nuevo disco y la horda sanguinaria Vhäldemar como grandes protagonistas, junto a OBÚS y Mandrágora Negra.
Los encargados de abrir el festival serían MANDRÁGORA NEGRA, desde Irún, formados en 2004, banda que cuenta en sus filas con el alma máter del festival Maxi Fructuoso al bajo, y que la verdad tengo que reconocer que no la tenía controlada y sólo me sonaba de la edición anterior al documentarme sobre sus creadores. Una vez más tengo que dar las gracias a festivales como este por acercarnos y darnos a conocer a bandazas como estas. Tienen publicados tres discos: «Sueños de Realidad» (2012); «Imparable» (2015) y «El baúl del metal» (2019), este último es un disco de versiones, un homenaje a varias bandas del rock de este país, que merecían un reconocimiento especial. Son: Moises Montero “Moi” (voz); Maxi Fructuoso (Bajo); Iza (teclados); Garci (batería); David Lillo (guitarra) y Txus Vestergaard (ex Infamia) (guitarra).
En nuestro rollo y en la música en general, sin importar el estilo, al final hay muchas bandas que se simplemente siguen su patrón y puede que sean los mejores músicos del mundo, pero siempre hay un “algo más”, que no se puede describir con palabras, que hace que lo que estás escuchando haga un “click” en tu cabeza y le prestes toda tu atención, que te des cuenta que estás ante algo diferente. Ese sería el caso de Mandrágora Negra, fue escuchar un instante la voz de Moi, para decir -¡¡buff, vaya portento!!-, como transmite la melodía de los temas, hacía mucho tiempo que no era testigo de un sonido power como ese cantando en castellano, que nada tiene que envidiar a Leo Jimenez o Tete Novoa. En un área más próxima su voz me trae a la cabeza la grandísimo Mikel Bizar (ex-Idi Bihotz), una de las mejores voces del metal en Euskera o al propio Leo Jiménez. Comenzarían su concierto sobre las 19 hrs., principalmente recorriendo sus dos discos de temas propios, incluyendo alguna de las versiones que componen su último trabajo. Entre los propios destacaría temazos como “Fue tu pasión” de su segundo larga duración, un cañonazo con una fuerza power tremenda, que en el disco contó con la colaboración de Tete Novoa a las voces, uno de esos temas que te invita a alzar los puños. De ese mismo disco, sobresalió el tema que le da nombre “Imparable” , todo un auténtico himno con un gran vídeo con imágenes de la edición de 2015 del Metal Norte, donde nuevamente la fuerza vocal de Moi es impresionante, acompañada de grandes guitarrazos.
Desde sus comienzos han tenido guiños con grandes bandas, como sería el tema “El Mundo de los sueños”, que comenzaría con todos agachados en el suelo, para luego explotar, incluido en el segundo disco, cover de la banda pamplonica de los 80s Sátira, una formación con una tremenda calidad, que por desgracia no tuvo el reconocimiento que se merecían. También saben remover las emociones con temas como “Gritaré” de su primer disco «Sueños de Realidad», describiendo un trasfondo de rotura sentimental, que termina con una pequeña luz de esperanza al final del túnel. El tema incluye buenos solos de las guitarras, con los teclados de Iza siempre sobresaliendo en el plano melódico.
Ese primer larga duración, también nos sorprendió con otras joyas con alta carga emocional, como sería “Pensando en tí”, todo un homenaje a los que ya no están entre nosotros, con una tremenda línea de bajo y batería. «(…) Cierro los ojos y te veo ahí; sonriendo sólo para mí; porque sabe que estaré a su lado. Por eso te recordaré así; porque fuiste todo para mí; donde quiera que tu estés, no te olvido. Hoy nació una estrella en mi corazón; me da fuerzas y calor en mi vida. No lloréis, quiero veros sonreír por mí; porque solamente así sigo vivo. (…)».
Uno de los grandes himnos que tiene su primer disco, sería el tema que le da nombre “Sueños de Realidad”, dedicada a todas esas bandas que cada día se lo curran en el local de ensayo, muchas veces condenados al ostracismo y más en una época como la actual, por ellos existimos medios como este, para poner el foco en esas joyas ocultas en toda esta maraña de información, en la que se premia normalmente lo efímero y sin calidad musical. Durante la interpretación del tema lanzaron algunos CDs entre el público, como es habitual en el festival, en su campaña de agradecimiento a los asistentes. Como comentaba al principio, el último trabajo es un disco de versiones dedicado a las mejores bandas de rock, que les han marcado de alguna manera, algunos de los temas que interpretarían serían “Abre Fuego” de Sangre Azul, con el que abrieron el concierto, en el que Mois, dejó su sello desde el principio, con este temazo, con unos espectaculares tonos altos que inundaron la sala y a cada uno de los que estábamos allí. Las guitarras tampoco se quedarían cortas, con grandes desarrollos.
Otro de los temas versionados sería “A Toda esa gente” de los Medina Azahara. Concluirían el concierto con otro temazo titulado “Tocando el cielo” , que abre su primer disco y que comentaron que hacía tiempo que no tocaban. Puro power de altos quilates que me encantó poniendo el broche de oro, a su gran actuación. Sin duda para mí, el descubrimiento del festival. Una pena no haberlos conocido antes, con semejante voz, podrían llegar a donde quisieran, si vivieran fuera de España claro, porque ya sabemos que hoy en día lo que prima, no es precisamente la calidad. La espera entre banda y banda, sería amenizada, como en la edición anterior por Rafa Basa, que también aprovecharía para lanzar algunas camisetas y CDs entre los asistentes, además de anunciar el sorteo de una chupa de cuero.
Tras el cambio de bártulos, llegaría el turno de uno de los platos fuertes de la noche y por mi parte, el mayor incentivo, como son DÜNEDAIN, que venían a presentar su nuevo disco «Momento Mori». Dünedain es la culminación del proyecto personal de Tony Delgado, que comienza su germen en 1996, con algunas maquetas por medio, la banda lanza su primer LP titulado «La luz de mi oscuridad» en 2007, por aquel entonces Tony tomé el rol de voz principal y guitarra solista, con los años ha alternado ese rol con una 2ª voz, asentando ese modo desde 2015 con la presencia de Carlos Sanz “Nano” en las voces, dando el fruto de conseguir uno de los sonidos más característicos y espectaculares del heavy metal melódico en castellano, convirtiendo cada uno de sus conciertos en momentos épicos, indescriptibles e inolvidables.
Comenzarían su concierto sobre las 20:10 hrs. con una intro que daría paso directamente a su último disco, con el tema “A un paso del cielo”, un tema que tiene un componente de electrónica que le da un toque bailongo a lo Hasswut, al que enseguida se le unen las guitarras poniéndonos a todos en modo fiesta. Tras darnos las buenas noches, continuarían con uno de sus temas más grandes del exitoso disco anterior «Pandemonium», titulado “Legado” , uno de esos temas que te suben en una nube espectacular, con las dos voces de Tony y Nano mano a mano, demostrando una vez más que están en plena forma y que son ahora mismo el mejor combo de power metal del país, por su puesto el tema nos puso a todos a seguir su estribillo: «(…) Volverse a levantar; Hay tanto que decir; No hay nada que callar; Cuando se alzan las armas es momento de luchar; La fuerza y el valor; La gloria y el honor; Morir en pie es mi orgullo; Rodeado de cobardes; De mentira y de traición; Volverse a levantar (…)».
Cuando ya estábamos en la nube, aun volaríamos más alto con el temazo “Vuela”, tal vez uno de sus mejores himnos y para mi uno de mis favoritos. Uno de esos temas, que en los momentos más bajos, cuando todo está mal, te sube la moral hasta el infinito: «(…) ¡Hoy quiero verte volar!; Hoy te vi pasar, fingías ser feliz; Pero algo me habló en tu mirada; Quieres encontrar a quien te hizo sentir; Algo nuevo en tu corazón; (…) Hoy quiero verte volar; Sin dolor, rabia ni miedo; Hoy quiero oírte gritar; Sin control, hasta el final; Hoy quiero verte volar (…)».
Con ese espectacular inicio, nos tenían a todos atrapados, -aplausos para todos-, nos decían, para dar paso al tema que da nombre al último trabajo “Momento Mori”, un tema con un aire cercano al folk metal de Mägo de Oz, al que se unen las voces de Tony y Nano con una fuerza espectacular, junto a unos contundentes solos de guitarra. La base rítmica también es muy contundente. El tema tiene un llamativo vídeo , con La Catrina mexicana, como protagonista, con esa manera de enfrentarse a la muerte tan positiva que tienen en ese país, también utilizado por Depedro o sus mentores Caléxico, en alguno de sus temas. -¿Qué tal ahí cabrones?-, nos preguntarían, para proseguir con el tema que abre el último disco “Unidos”, sin duda, uno de los mejores, con toda la esencia de Dünedain condensada en un solo tema. Comienza apretando el puño, con dudas ante la batalla que nos espera, pero sacaremos fuerzas desde lo más profundo de nuestro ser para vencer a todos nuestro enemigos. El tema se lanzó como single adelanto, con un video lyric publicado, siendo además, el más extenso del disco, con más de 8 minutos de puro power metal.
Las guitarras suenan muy potentes junto a la línea de bajo y batería. Seguirían repasando su último disco, con un emotivo tema titulado “Eterno”, que nos acompaña en la pérdida: «(…) Cuando ya no queda nada por vivir; Cuando el tiempo dice adiós a un porvenir; Es momento de afrontar mi realidad; Y siento que todo da igual si no estás. Si es tu estrella quien me guía a ese lugar; Yo camino sin dolor ni oscuridad; Y si caigo y es momento de partir; Solo te pido que estés junto a mí; Tu aliento quiero sentir (…)». Pero que no os confunda la emotividad, porque nuevamente cuando el tema explota, arrasa con todo alrededor, a fuerza de guitarrazos y las tremendos mano a mano de Tony y Nano. Sumergidos en plena batalla, no podía faltar otro de sus himnos clásicos “1000 golpes”, a lomos de nuestro caballo, seguiremos el camino de nuestro destino. Vaya potencia vocal, tremendos. Nadie podía parar de botar, agitando el puño en lo alto. El tema tiene un vídeo publicado en 2013, que en la actualidad, no sé si habría pasado los filtros de la censura , una especie de metáfora de la vida, donde la violencia campa a sus anchas con varios niños zurrándose de lo lindo, mientras una pareja de adultos puja para ver quién gana. Por desgracia, tengo muy claro que cada vez más, el cerebro reptil está ganando la batalla.
Entraríamos en la recta final del concierto, primero mirando al pasado con el tema “Fiel a mi libertad” , incluido en el segundo volumen de «Buscando el Norte» de 2013, tras agradecernos la asistencia e invitarnos a su puesto de merchan, llegaría otro de los temazos “Por los siglos”, de su disco «La Luz de Mi Oscuridad», que originariamente contaba con Tony en las voces, siendo posteriormente regrabado en 2015, con Nano como cantante principal, para presentarle al incorporarse a la banda. El tema es una explosión de power metal espectacular, que te sumerge en el fervor de la batalla. Terminarían el concierto con “Corazón de Invierno” incluido en su LP «Mágica» de 2012, todo un despliegue de fe en uno mismo, de levantarse ante los mazazos del destino, enfatizado por su gran grito de guerra: «(…) Olvidado en una esquina y derrotado; Encontré a aquel que siempre quise ser; Pero el cielo un mensaje me ha enviado; ¡Levántate! (…)».
Terminarían así aproximadamente una hora de concierto, unos Dünedain que nunca defraudan en el escenario, desde la última vez que les vi en el Atalaya de 2018, son de esos conciertos que no te sacas de la cabeza, que te permiten disfrutar del mejor power metal y además en castellano. Para mí sin dudarlo, la mejor banda que tenemos de su género en este país, Su disco anterior «Pandemomium», fue todo un discazo que les hizo recorrer todo el mundo, durante casi tres años. Su nueva entrega, nos trae otro puñado de buenas canciones, que pronto se integrarán en el ADN de la banda, de lo mejor del año 2019. Todo un privilegio poder disfrutar de uno de sus conciertos. Si aún no los has visto, no sé a qué esperas.
La espera sería amenizada de nuevo por Rafa Basa, lanzando algunos CDs, también nos anunciaría que en contra de lo que estaba previsto, cuando terminaran todos los conciertos, se acabaría la fiesta, ya que en un principio, se prolongaría con él pinchando temas hasta altas horas de la madrugada, como se hizo en la sala Tunk de Irún, la pasada edición. Pero el cambio de sala a Donosti, implicaba que el ayuntamiento fuera más estricto con los horarios, al estar en una zona rodeada de vecinos.
Si la actuación de Dünedain nos había dejado a todos en la nube, desde el infierno del metal, tenían preparada una réplica que tardaríamos en olvidar mucho tiempo. Desde las profundidades del averno, como un volcán en erupción aparecieron en el escenario VHÄLDEMAR desde Barakaldo, encabezados por su voz Carlos Escudero, tras unas gafas oscuras y una chupa de cuero a lo Mad Max. Banda que lleva sin parar desde finales de los 90s, tras 5 discos, son sin duda una de nuestra bandas más internacionales, con su heavy ochentero lleno de rabia, que te golpea sin piedad en cada nota, como así sería el tema con el que comenzarían su concierto “Metalizer”, que también abre su último disco «Against All Kings» de 2017, cuenta también con un vídeo espectacular , que supondría todo un puñetazo encima de la mesa, con nuestra música como bandera: «(…) This song is Metalizer; This song is for Metal; This song is Metalizer; Heavy Metal is the law (…)».
Muy coreada por los asistentes. Con unos desarrollos muy buenos de las guitarras que nos metieron de lleno en el universo único Vhäldemar. Sin dejar el último disco, las radiales en forma de guitarras, volverían a rugir con el tema “1366 (Old king’s Visions Pt.5)”, subtítulo que llevan usando desde el primer disco, contándonos las historias y conquistas del viejo rey Vhäldemar. Guitarras ásperas y enérgicas, con una potente línea de bajo de Raúl Serrano (hermano de Alfonso Serrano, guitarra de Bifrost) y batería, con un Carlos a las voces espectacular. Nos saludaría y comenzaría el espectáculo de provocaciones que sólo Carlos puede organizar. Llegaría el tema que da título al último disco “Against All Kings”, un temazo con aires de himno, con cosas del Stargazer de Rainbow o toques de Manowar. Los guitarrazos son una pasada, el cielo y el infierno caen sobre nuestras manos, sin duda uno de los mejores temas del disco.
Continuarían así con un repertorio de unas 13 canciones, no dejando una cabeza sobre su cuello, con un Carlos provocador, como suele ser habitual, increpando al personal mientras se rociaba con la cerveza por encima, siempre con su grito de guerra presente: -¡¡A muerteee!!- Tampoco perdería la ocasión para dar varios paseos entre el público, que haría las delicias de los allí presentes, alzando en lo alto el micro, como si estuviera invocando al mismísimo Odín. Temazos clásicos como “Old man” del «Shadows of Combat» (2013), sería muy coreados por los incondicionales y el resto de la sala «(…) The stars are shining in the night; Dream’s just a dream one empty heart; We fight to stay alive tonight, everyday! (…) ». Continuarían así temazo tras temazo, ya que es casi imposible descartar uno. “Dusty Road”, el himno “Rivers Of Blood”, “Bastards” del album «Metal of The World» original de 2010, que ha sido reeditado en noviembre de este año por Fighter Records. Concluirían con grandes joyas como “Lost World” y “Energy” del «Fight to the End» (2002), con una fuerza power impresionante, que nada tienen que envidiar a Gamma Ray, Primal Fear o bandas similares forasteras. Una vez más Vhäldemar arrasó un escenario, como Galactus devora planetas, Carlos y sus huestes hacen lo propio en cada concierto, nadie sale indiferente, cada poro de tu cuerpo tendrá restos de los efectos de semejante tormenta. Banda compacta, con grandes músicos, sin duda, la banda más internacional de su estilo que tenemos en España. Una gozada asistir a cualquiera de sus conciertos, y gritar por todo lo alto: ¡¡¡ A muertee !!!.
Durante el siguiente receso, nuevamente haría su aparición en el escenario Rafa Basa con más regalos, entre ellos había un sorteo de entradas para ver a Jorn Lande en sala Totem de Pamplona, lo que generó, el momento más bizarro de la noche, ya que tras numerosos intentos de sacar números, nadie daba respuesta al premio, así que al final Basa, propuso, que el primero que subiera al escenario y se bajara los pantalones y la ropa interior, se llevaría las entradas. Ante tal surrealista llamamiento, si que hubo un valiente que acudió al escenario, llevándose las preciadas entradas, tras mostrar su lado oscuro a todos los presentes.
Tras ello y el último cambio de bártulos en el escenario, llegaría el turno de OBÚS. Hablar de Obús y de Fortu, es hacerlo de uno de las grandes formaciones clásicas del heavy ochentero español, junto a Barón Rojo. La banda se forma en Madrid en 1981, tras ganar el Festival de Rock Villa de Madrid teloneando a Barón rojo, al poco tiempo graban: «Prepárate» (1981) producido por el mítico Tino Casal, llegando a encabezar la lista de Los 40p. Le seguiría «Poderoso como el trueno» (1982), también con la producción de Tino Casal y «El que más» (1984), grabado con Mark Dodson (productor de Judas Priest), que sería su impulso definitivo. Estarían en activo en esta primera etapa hasta 1991 con 6 discos. En ese intermedio Fortu crea Saratoga, del que se despide en el segundo disco. La siguiente etapa irá desde 1996 hasta la actualidad con unos 3 discos, pendientes, en los próximos días, de la publicación de un nuevo trabajo.
Fuera del mundo del metal, Fortu y más en los últimos años, es más conocido por sus distintos escarceos en programas de TV, así como varios realities, algo que ha dividido a muchos de sus seguidores, algo que ya han hecho otras figuras de nuestro rollo como Ozzy o Gene Simmons, al final hay que verlo como una experiencia más, tal vez buscando llegar a un público más joven o por la simple necesidad de dinero, por desgracia ya sabemos cómo está el mundo de la música y en muchas ocasiones llegar a fin de mes puede ser complicado, y caer en la tentación de la telebasura está a la orden del día. En el caso de Fortu, creo que lo ha tomado como una experiencia más, ya que en ningún momento ha abandonado su faceta de cantante. Comenzarían su concierto sobre las 23:15H, precedidos por el tema “Man With The Harmonica” de la bso de la película «Once Upon a Time in the West» interpretada por el gran Ennio Morricone, para inmediatamente comenzar a rugir las guitarras con el tema “Juego Sucio” de su disco «El que más», un tema que viene al pelo, dedicada a los perros falderos, que se acoplan al poder para poder sobrevivir, si saber lo que hay que luchar. Con un Fortu en plena forma con una sudadera de cremallera abierta, bajo la que resaltaba un gran dedo medio en una camiseta.
Tras saludarnos, nos preguntaría -¿estáis cansados?-, continuarían con su potente propuesta, con temas como “Necesito Más”, “La raya”, “La Muerte”, “Que te jodan” , dando fe de que aún les queda cuerda para rato. Tras besar una camiseta de Lemmy, agradecerían nuestra presencia, gritando bien alto que nos son unos jubilados, que estaban con nosotros esa noche, en lugar de estar mezclando los temas del próximo e inminente nuevo disco, para a continuación, acelerar al máximo nuestra moto con el tema “Autopista”. Tampoco pudieron faltar clásicos como “Corre mamón” o su éxito por excelencia “Dinero dinero” muy coreado por todos los allí presentes. Hasta que nos estalló el obús, otro de los temas míticos.
Tras ausentarse unos instantes, terminarían con los bises con el tema “La Moto”, con el que aprovecharían para presentar a la banda y agradecer a la asociación que contaran con ellos para el festival, agradecería también a su mujer, que le acompañe en cada concierto, ocupándose del merchan. Enlazando con una curiosa secuencia en la que Fortu tomaba la batería y Carlos Mirat cambiaba su batería por una escalera, marcándose un solo espectacular. Terminarían el concierto con otro himno “Vamos muy bien” ( ), muy coreado por todos los allí presentes: «(…) Vamos muy bien; Borrachos como cubas y qué; Aún nos mantenemos en pie; Y ya no pararemos; Hasta no poder ver .(…)». Terminarían así aproximadamente hora y media de concierto, demostrando que son historia viva del rock de este país, y que su legado está más vivo que nunca, haciéndonos disfrutar de un gran concierto, dando la oportunidad a muchos jóvenes que no pudieron verles en el momento de más apogeo. A las puertas de la publicación de su nuevo disco el próximo 13 de diciembre, el que será el décimo de su carrera y que se titulará «Con Un Par», está claro que tenemos Fortu para rato.
Llegaría así a su fin una nueva edición del Metal Norte, una de esas citas ineludibles, dentro de la agenda de cualquier metalero que se precie. Destacaría la sorpresa de Mandrágora Negra, junto al golpe encima de la mesa de Dünedain con su nuevo disco, sin duda uno de los discos de este año, junto a unos impresionantes Vhäldemar, con una calidad internacional tremenda, que muestran una vez más que en este país se hace metal con mayúsculas y de gran calidad, rematado con la gran fiesta de rock que nos ofreció OBUS. El lugar elegido en esta edición el Centro Cultural Larratxo de Donosti, se está convirtiendo ya en mi segunda casa cada vez que voy a Euskadi, ajustándonos a las limitaciones horarias, es lo que hay últimamente en todas partes, es un lugar perfecto para disfrutar de los conciertos, además de tener un muy buen ambiente. Enhorabuena a Maxi Fructuoso y todo el equipo del Metal Norte, volveríamos a casa, contando las horas para conocer el cartel de la próxima edición.
Crónica y fotos: John Man.