Kill’em all se edita un 25 de julio de 1983 marca una fecha clave en la historia del metal.
Antes del mero análisis musical hay que dejar claro varios temas en torno a éste disco y la banda que lo compone. La grandeza del mismo, o mejor dicho, del inicio de la carrera que supone, es mucho más entendible si analizamos la situación rockambolesca que lo rodea.
Para empezar hay que dejar claro que NADA de esto, ni de su posterior éxito, sería posible sin el apoyo incondicional de Jon y Marsha Zazula, productores del album. Los Zazula eran (y son) una pareja devota del metal, los cuales desde su tienda de discos Rock’n Roll Heaven (New Jersey), empezaban a dar soporte a bandas locales. Tras escuchar una demo que llegó a todos los rincones de EEUU llamada “No Life ’til Leather”, decidieron poner toda la carne en el asador (quedándose con una mano delante y otra detrás) apostando por unos jóvenes imberbes, borrachos, malolientes y con cero recursos económicos que se hacían llamar Metallica, creando ad hoc un sello discográfico bajo el nombre de Megaforce records. Merecería un análisis aparte la forma en la que los Metallica rompieron relaciones con la familia Zazula… pero eso es otro tema.
En aquella época Metallica eran un grupo de chavales que rondaba la veintena de años, provenientes alguno de ellos de familias desestructuradas y que no tenían (literalmente) nada qué llevarse a la boca… Sin ir más lejos cuando lograron llegar a NY, bajo el reclamo de los Zazula, llegaron a dormir una buena temporada en el suelo del edificio de los locales de ensayo de Anthrax y con suerte se lograban alimentar a base de salchichas frias por no tener donde cocinarlas (cuesta imaginar esa precariedad viendo la abundancia que les rodea hoy en día) .
Volviendo a la demo “No Life ’til Leather”, hay que insistir en que fue la clave y modus operandi para que Metallica pasaran de ser básicamente un grupo de versiones de Diamond Head a principios del 82, al grupo que estaba en boca de todo el underground americano a principios del 83. Un Lars Urlich pegado a una doble pletina haciendo copias y enviado a cualquier punto del país copias de la misma, es otra de las claves en la popularidad de la banda.
Habitualmente cuando hablamos de música englobando por décadas cientos de discos y estilos musicales. La grandeza de esos años es la suprema rapidez con la que los hechos acontecen y más aún si hablamos de Metallica. Graban una demo, cambian de bajista y ciudad, se mudan a NY en busca de un contrato discográfico y Kirk Hammet entra apenas un mes antes para incorporar sus solos al disco… de ahí en adelante, gira tras gira sin parar.
La banda pretendía llamarlo “Metal up your ass”, ante lo cual, los Zazula no estaban muy satisfechos, ya que las puritanas distribuidoras americanas no participarían en la difusión de un álbum con semejante título. Ante esa reticiencia, el mal logrado Cliff Burton dijo algo así como que “deberíamos matarles a todos”, haciendo un alegato brabucón hacia la “industria” musical… y así se quedó.. Kill’em all.
Una vez centrados en el entorno de caos, alcohol y juventud que rodea a la banda, desglosemos la grabación.
Sin lugar a dudas la NWOBHM fue clave en el sonido de Metallica, sobretodo la banda Diamond Head (muchos incluso afirman que en este primer disco se fusilan algunos riff de los ingleses). Raven, Saxon, Black Sabbath, Savatage, Venom, UFO, Judas Priest, Angel Witch y alguna que otra banda son fuentes de las que maman, pero también las bandas punk que pululaban en aquella época tienen mucha influencia en la banda de San Francisco, convirtiéndose en una especie de Motorhead americanos: musicalmente metal pero con actitud y velocidad punk.
La grabación en los Music America Studios no resultó ser todo lo buena que una joven banda llena de expectativas requiere, pero gracias a esa crudeza los temas del disco tienen un aura de autenticidad difícilmente igualable, aunque si prescindimos de sentimientos podemos afirmar que hasta la llegada del productor Fleming Rasmussen, el sonido y potencia thrash metal de la banda no afloró por completo.
Las letras del disco pecan de esa juventud rabiosa y precísamente, pese a ser himnos hoy en día, no son muy profundas que digamos, basándose en el macarreo y algún tópico metálico.
“Hit the lights” es una patada en la boca. La perfecta apertura para éste disco. El primer tema compuesto por Metallica y uno de los más cañeros de Kill ’em all. De hecho es el tema que apareció en la primera grabación de Metallica, el recopilatorio “Metal Masacre”. Un tema pensado por y para el directo.
The Four Horsemen es la revisión de “The Mechanix”, compuesto por Mustaine pero al que Hammet y Hetfield cambiaron para la grabación (Mustaine también incluyó este tema en su disco debut Killing Is My Business… and Business Is Good). Hoy por hoy todo un himno para los fans de metallica y uno de los temas màs puramente Thrash metal.
Motorbreath es el punk hecho metal, rapidez, batería desbocada y otro de los pilares del álbum.
Jump In The Fire es mucho más accesible, con un riff machacón y un estribillo un tanto “infantil”. Sobretodo en temas como éste apreciamos (por suerte) la evolución de James Hetfield como cantante respecto a la demo, dejando a un lado sus chillidos y gallos intentando ser un cantante de heavy metal al uso.
Para muchos, Anesthesia es el auténtico bombazo del album. Es evolución final del solo que maravilló a Hetfield y Urlich cuando vieron por primera vez al pelirojo bajista con su banda anterior Trauma. Tocar el bajo con esa habilidad, distorsión y actitud es lo que diferenciaba a Cliff Burton del resto.
Whiplash, otro de los temas que despuntan por velocidad y caña. Tema bandera de Metallica, incluyendo su propio nombre y una afirmación de principios en la letra.
No Remorse es un tema que incluye algunos de los mejores riff del álbum, añadiendole un estribillo pegadizo y algunas estructuras en la composición similares a las incluidas en el álbum “Ride the lightning”.
Seek And Destroy – Machacón, grandilocuente, pegadizo… Personalmente es un tema al que pienso que le sobra minutaje, pero no se puede negar el peso de este tema dentro del repertorio de la banda.
Metal Militia – final apoteósico para un disco con diferentes colores. Cambios de ritmo frenéticos y apología de “unión de metalheads”… pura caña macarra.
Desde mi punto de vista no es que Metallica consiguieran con Kill’em all el disco más rápido, original, crudo y directo de la historia… sino que la interpretación de los temas en directo era lo más fresco y energético que se había visto hasta la fecha. Pensemos que en USA estamos en plena época del glam rock/metal, rodeados de bandas con aspecto afeminado y en cuyas letras se repetía hasta la saciedad “love”, “baby” etc etc… así que estos jóvenes borrachuzos vestidos con vaqueros y camiseta eran la pura antítesis de lo comercial, la antítesis del rock star… y por eso mismo eran tan atrayentes. Eran el espejo en el que se identificaban miles de jóvenes.
TEXTO: Joaquín Fernández Campuzano
1. Hit The Lights
2. The Four Horsemen
3. Motorbreath
4. Jump In The Fire
5. Anesthesia/Pulling Teeth
6. Whiplash
7. Phantomlord
8. No Remorse
9. Seek And Destroy
10. Metal Militia
James Hetfield: Guitarras y voz
Cliff Burton: Bajo
Lars Ulrich: Batería
Kirk Hammet: Guitarra