Desde hace ya una década, cuando nuestro amigo Oscar de Nexus nos contó que un nuevo gran festival de ocio alternativo estaba surgiendo en Gijón un paseo por Metrópoli es una tradición y han sido pocos los años que hemos faltado a la cita. En Metrópoli coincide una Comicon que nos permite tener cerca a algunos de los nombres más relevantes del comic nacional e internacional con puestos de venta de camisetas, merchandising, y literatura especializada.
Para nuestro viaje relámpago los objetivos principales eran dos; ver de cerca a Anthony Daniels / C3PO (pero no muy de cerca, porque una foto con él costaba la friolera de 60 pavos), y asistir a la charla en la que John Romita Jr. iba a repasar gran parte de su carrera, con momentos muy emocionantes recordando el reciente fallecimiento de su padre, y sus historias de infancia e inicio en el mundo del comic.
Además tuvimos la oportunidad de fotografiarnos en escenarios de algunas de nuestras películas y series favoritas. También estuvimos viendo pintar a Shaun Elaine (a quien conocimos en el Feak Festival de Torrelavega) y saludando a nuestros amigos de La Orden de Revan. Por allí andaba también Enrique Vicente Vegas, presentando su último libro Takashi.
Vimos un par de expos, sobre Disney y de coches de juguete antiguos, nos hicimos fotos con todos los Cosplayers que pudimos parar y también pasamos un buen rato observando con detenimiento los originales de Romita Jr. Además estuvimos un rato en otro par de conferencias, sobre el mundo del Cosplay y sobre el uso de armas en esgrima antigua.
Lo único que se puede reprochar al Metrópoli es que los precios de la bebida y comida son desorbitados, y además te cobran un euro y medio no reembolsable por el vaso / recuerdo. En su defensa hay que decir que el acceso a recinto sólo cuesta tres euros, incluyendo conciertos, y que permiten pasar con una porción de comida y medio litro de bebida comprado en el exterior.
Como íbamos en familia no pudimos aguantar hasta el concierto de MClan, aunque si que vimos su prueba de sonido y sonaba espectacular. Como aperitivo estaba tocando en una de las carpas un grupo tributo con sus temas, que nos pusieron los dientes aun más largos, pero todo no se puede.
De cualquier manera, la experiencia Metrópoli siempre es positiva y se vuelve con la mochila cargada de buenos recuerdos, y algunas compras. Seguro que el próximo año nos volvemos a dar un salto por allí.