Para mejorar su relación, Dani y Christian se toman unos días de descanso y viajan a Suecia. Allí, en una aldea pequeña y alejada de la ciudad, participan de un festival de verano que se celebra cada noventa años. A pesar de que el lugar es paradisíaco y todo parece marchar a la perfección, pronto sufrirán los perturbadores rituales paganos que los pobladores practican con sus huéspedes.
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