Se hace extraño el tener que elegir discos clásicos de géneros relativamente jóvenes como es el Death Metal, pero no puede ser de otra manera, y si miramos hacia atrás han pasado más de 20 años desde que Morbid Angel editaran “Covenant”, una pretenciosa apuesta que por cosas de la brujería (su portada seguro que ayudo), tuvo unos resultados realmente increíbles para ser una banda de metal extremo.
Tirando de curiosidades digamos que fue el primer álbum de Death Metal editado por una multinacional y que tras los mandos estuvo Flemming Rasmussen, conocido por sus trabajos con Metallica y Blind Guardian entre otros, además es uno de los discos más vendidos del genero superando las 500000 unidades, algo inimaginable por aquel entonces.
Musicalmente “Covenant” es un cañonazo desde el primer segundo, guitarras con unos riffs rápidos a cargo de Trey Azagthoth que cortan como cuchillos, el incansable baqueteo de Pete Sandoval y la voz de David Vincent escupiendo conjuros, lograron una atmosfera única que consigue envolver en pura maldad al oyente, digamos que también el gran momento compositivo del grupo y la trabajada producción ayudaron a que se convierta en una obra de imprescindible escucha para los amantes de las emociones fuertes, “Rapture”, “Pain Divine”, “World Of Shit”, “Vengeance Is Mine”, “Lions Den”, y “Blood In My Hands” en ese orden se pasan como un tiro, temas rápidos y sin concesiones, llega “Angel Of Disease” y esto se convierte en algo casi punk, un tema que desentona pero que tiene su aquel y nos da un momento de respiro antes de que “Sworn To The Black” nos devuelva a la velocidad que desemboca en “Nar Mattaru” intro de teclado que da paso a la final “God Of Emptiness” un tema lento que casi nos mete de lleno en el Doom Metal, ideal para cerrar.
Comentario por Cold