TARDE O TEMPRANO, SÉ QUE VAIS A VOLVER
Fito y Fitipaldis se han hecho mucho de rogar, llevábamos cerca de tres años sin poder verlos en tierras Cántabras y las cosas como son: les echábamos muy mucho de menos.
Ésta vez, el motivo de la gira era su 20 aniversario como Fitipaldis empezando dicha gira en “La ballena” de Santander, cosa que alegró a viejos y nuevos fans, y si ver a los Fitis siempre es una gozada, siendo un aniversario ya es un evento por todo lo alto que no se quisieron perder niños, adultos, adolescentes, ancianos, etc.
Un montón de gente no quiso perderse ni siquiera al telonero de los Fitis (Sobre el 70 % del Palacio de Deportes estaba lleno a las 21:00 hrs.), Muchachito Bombo Infierno, el cual fue sin banda a lo niño orquesta como en sus inicios, siendo el responsable él solito de bombo, platos, voz y guitarra. Sin menospreciar ni muchísimo menos a los músicos con los que contó en anteriores ocasiones, decir que éste hombre es un maquinón (aunque en algún que otro medio, se les haya “pasado” que también tocaba ese día) que se basta y se sobra él solo para hacernos bailar con su funk rumbero style y reír a papo lleno con su grandísimo carisma y sus “!!Eeeeyyyyyy!!” que cada vez levantaba más manos y sonrisas del público. Desde luego, fue un gran acierto contar con Muchachito para telonerar a los Fitipaldis, ya que la gente que lo conocía se lo pasó bomba y los que no sabían de su existencia, estaban a tope para disfrutar de los cumpleañeros.
Se encendieron las luces (ambos conciertos muy puntuales), con las míticas proyecciones de dibujos animados Fitipescas que tanto nos molan, y con un juego de luces con su nombre acorde al evento: ENORME. Nada más sonar los acordes y las primeras palabras de “Siempre estoy soñando”, el público se vino arriba, como si llevase horas esperando el momento de comenzar el concierto, siguiendo con temas tan conocidos como “Por la boca vive el pez” y “Me equivocaría otra vez”, temas que personalmente molan mucho porque son unos musicazos como la copa de un pino, pero me aburren un poco, no sé si por la abrasión de dichos temas en los medios o por la similitud entre ellos (sí, molan pero parecen la misma canción).
Personalmente, empecé a disfrutar de lo lindo con la siguiente “Quiero beber hasta perder el control” con un Fito más blusero y “gamberro” que incluso soltó algúna bromilla con el tema de las anchoas. Y de ahí para arriba, un Fito cada más animado, el cuál no ha perdido ni una pizca de su carismática voz (Me pasé medio concierto repitiendo “¡¡Pero cómo canta el tío ¡!”). Otra cosa que me gustó mucho es cómo Carlos Raya ha conseguido no ser nunca “El guitarra de Fito” si no, Carlos Raya, compartiendo carisma y carreras por el escenario con Mr. Cabrales.
Después de ver a los Fitipaldis seis, siete, ocho…ni recuerdo la cantidad de veces que los he visto en directo, tengo que decir que en lo que a repertorio se refiere, creo que ha sido el concierto más completo, ha dado por el gusto a la “vieja escuela” a los que nos molan temazos como “Yo no soy Bo diddley” con Muchachito, o la versión de “Entre dos mares” de Platero y tú (me hicieron muy, muy feliz) como los admiradores de sus temas más “recientes” como “La casa por el tejado”. Y como estábamos de cumpleaños, se vino un colega suyo a celebrarlo como mejor saben que es tocando una canción, Fito se trajo a Ariel Rot lo cual nos dejó con la boca abierta durante los dos temas que se tocaron, uno de Ariel Rot (“baile de ilusiones”) y otro de Tequila (“Me vuelvo loco”).
Después de dos horas, los f&f (como se podía ver en las pantallas del escenario) se despedían, pero no se creyeron ni los del merchan que aquello había acabado. Y como he dicho anteriormente, Fito nos da por el gusto a todos, ya que se marcó en acústico un “Rojitas las orejas” que nos hizo suspirar cual quinceañeras, nos hizo bailar con la mítica “Soldadito marinero” haciéndonos corear con las luces de los móviles durante minutos con el “Después de un invierno malo, una mala primavera” que aunque es un tema que me satura un poco, me parece un momentazo. Hacía rato que mucha de la gente que estaba sentada en las gradas, había decidido bajar todo lo posible para poder disfrutar del concierto de pie, y lo hicieron mientras bailaban y cantaban los últimos temas del concierto, “Entre la espada y la pared” y “Acabo de llegar”.
Desde luego, un concierto de Fito y Fitipaldis es mejor que cualquier terapia, te guste la época de Fito que te guste, después de cada bolo sales con una sonrisa en la cara que te dura días. Fito y Fitipaldis a la vez que cada vez son más grandes, siguen siendo de casa y por ésta zona se les quiere un huevo y parte del otro.
Crónica by Álex Kennedy.
Fotos by Juanma Pinto.