MUSEOLOGÍA: Una larga expedición de los habituales en la web estuvo el pasado viernes viendo a Muse en Madrid. Entre ellos David que nos ha enviado esta reseña de lo acontecido en el Palacio de los Deportes.
El sábado 28 en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid vivimos la que es una de experiencias con música en directo más grandes que se pueden tener hoy en día, un concierto de Muse.
La banda de Devon es considerada la principal heredera de los grandes grupos de estadio tipo U2, Pink Floyd y los Stones. Bellamy y compañía siempre han entendido su música como un espectáculo, y han considerado que sus directos tienen que ser experiencias audiovisuales globales, cuidando mucho todo el aspecto visual, escenografía, proyecciones, etc. En esta gira de presentación de su nuevo trabajo, The Resistance, han tirado la casa por la ventana con un montaje francamente impresionante. Tres enormes torres de proyección que simulan ser rascacielos presiden el escenario y emiten por las tres fachadas de cada edificio (un bonito detalle para los que están en las gradas o laterales del lugar). A cada miembro de la banda le corresponde una de las torres, que también hacen de plataformas elevadoras, y todo acompañado de un sinfín de luces, incluídos un montón de lasers. La intención parece ser crear un escenario futurista de ciencia-ficción decadente o de distopía
Pero es que además, musicalmente Muse son un espectáculo en si mismo. Sus apabullantes composiciones en directo lo son más si cabe, con las exhibiciones de los tres músicos, especialmente Matthew Bellamy. Todos conocemos sus gorgoritos de ópera y sus habilidades de “shredder”, pero en directo se puede comprobar además su exquisita técnica de micro, algo que no se suele ver en cantantes de grupos, para controlar la dinámica de su voz. Además es un frontman efectivo y llamativo. La relación con el público cuando no hay música es escasa, fría incluso, pero en cuanto empieza la música todo eso da igual. Los 16000 asistentes estaban enloquecidos.
El repertorio tal vez sea lo único mejorable. Al tratarse de una gira de presentación, incluye muchos temas de The Resistance, y dado que es algo flojo en comparación con los anteriores, hace que a veces se resienta. Temas como Guiding Light o MK Ultra no aguantan comparación posible con otros que se tuvieron que quedar fuera, como Citizen Erased, Sunburn, Butterflies & Hurricanes o Bliss. Aún así, sólo por ver New Born y su descarga de lasers, la épica United States Of Eurasia o la descarga metalero-romántica de Stockholm Syndrome, valía la pena. Y el final con Knights Of Cydonia es algo difícil de olvidar.
Crónica por Absento, fotos por Absento.