Es inevitable empezar una reseña más hablando de la enfermedad que lo ha cambiado todo. La música se abre paso siempre, pero aun no le cogemos el ritmo a los nuevos usos y costumbres. Mascarilla, gel, dos puntos de acceso, para amigos y público general, que dan al mismo sitio, sillas a metro y medio, aunque hayas venido en el mismo coche, larga distancia insalvable hasta el escenario. Tras la valla el resto de la gente, en terrazas y prau, con mucha mayor naturalidad, como si fuese el propio concierto el foco de riesgo. Un ambiente tan Thx 1138 que parecía complicado zambullirse en la música. Por suerte nos queda la bahía, el cielo encapotado, el aire fresco en la cara y las canciones de Lazy.
La presentación de Señales estaba prevista para Abril, no insisto más en el tema de marras. Todo se detiene y te encuentras con un disco en las manos sin saber muy bien que hacer con él. Las canciones se sueltan una a una a través de internet. La mayoría de la gente tiene la cabeza en otro lado. ¿Luego qué?. Todo el plan diseñado ya no vale, el papel se rasga y no se escribe un plan nuevo, porque hacer planes ya no sirve.
A las oportunidades se las agarra según pasan. Tras más de tres años sin tocar y sin previsión clara de cuando va a repetirse esta es una presentación inmejorable. Algunas sillas vacías en el aforo, con tanta norma rara y situación cambiante, varias personas reservaron sitio y luego no vinieron, pero no importa, porque la bahía siempre está llena de viandantes y muchos se acercan curiosos atraidos ante el gancho de sus canciones.
Estamos en Cantabria y las cosas son como son, la mayoría no llega a valorar la posibilidad de hacer de esto un oficio, pero, estas realidades aparte, Lazy hace tiempo que juegan entre los más grandes. Aun desentrenados y en una situación tan adversa siguen teniendo calidad para regalar. Las referencias al rock clásico van ganando posiciones, y por momentos suenan muy contundentes, la suave y melódica voz de Isaias amansa a la fiera, pero Lazy se desboca.
Nos regalaron un repertorio con canciones de todas sus épocas, mezclando inglés y castellano, algunas de ellas hacía tiempo que no se las oía tocar. Clara línea ascendente. Público contenido que aplaude con cierta timidez.
Nos vamos con sensación de irrealidad. Cuando termina, la gente no sabe si se puede o no gritar para pedir otra, como si al ponernos la mascarilla nos hubiesen cosido la boca. Se pone a llover.
Lazy han grabado un EP oscuro y algo apocalíptico, como si hubiesen presentido la que estaba a punto de caernos encima. Tal vez, en realidad, el entorno no pueda ser más adecuado. Para mal o para bien, los conciertos de este año no les olvidaremos nunca.