Estaba hace un rato contando las mujeres que aparecen en la portada de Noche de Rock y ya hace tiempo que me doy cuenta de como el número crece de manera exponencial y natural. Durante algún tiempo utilizamos la etiqueta Female Fronted para destacar a aquellas que tenían a una mujer al frente, y ahora, paulatinamente, cada vez nos parece más sensato sencillamente decir Heavy Metal, Gothic Metal, Death Metal, Metalcore o lo que sea, sin tener que atender a quién forma la banda. Mujeres siempre hubo, ojo, ahí tenéis el “Ellas son Eléctricas” para aprender un montón de cosas sobre el tema, pero esta carretada de grupos góticos con tía al frente ayudó a ponerlas un poco más en el punto de mira en una época muy concreta en la que de repente parecía haber bandas lideradas por mujeres en cada rincón. La historia sucede, aunque a veces hay que empujarla un poco. Por eso además de a un discazo como la copa de un pino, queremos rendir hoy homenaje a una banda que fue uno de los mascarones de proa del rompehielos que a finales de los noventa renovó la escena convirtiéndola en un espacio más amable para todo el mundo, fuese cual fuese su sexo.
En 1997 se edita Angels Fall First, a la vez del Enter de Within Temptation, dos años antes de In A Reverie de Lacuna Coil, dos más tarde del Mandylion de The Gathering y del homónimo de Theater of Tragedy, si queremos poner del todo las cosas en su sitio. De cualquier manera en cosa de cinco años teníamos un interesantísimo plantel de increibles front woman; Liv Kristine, Anneke Van Giersbergen, Cristina Scabia, Sharon den Adel y Tarja Turunen que serían las principales responsables de abrir la puerta a otras bandas vinieron después y a las que estaban trabajando a la par y ganaron a rebufo mucha visibilidad… After Forever, Evanescense, Tristania, Stream of Passion, Angtoria, Amaranthe, Ambeon, The 3rd and the Mortal… otro día nos meteremos con cómo gracias a otras bandas como Walls of Jericho o Arch Enemy se rompió el estereotipo de cantante femenina de voz dulce y vestidos vaporosos… y otro día más adelante tendremos que volver a mirar con otras perspectivas (Doro, Janis, Tarrie B, Sabina Classen, Wendy O. Williams, Girlschool, Vixen) pero hoy nos quedamos con Tarja y Wishmaster, su consolidación como reina de esta escena de “Gothic Female Fronted Metal” a veces pareciera que muy a su pesar.
Tras un éxito más centrado en el público finlandes, Oceanborn les llevo a su primer contacto con la fama mundial, que alcanzarían de forma sólida y definitiva con Wishmaster, comenzando una carrera que parecía imparable hasta la salida de Tarja tras la gira de Once, debido a sus conocidos desencuentros con Tuomas Holopainen y el resto de la banda, y a su proyección de futuro como cantante lírica alejada del mundo del Metal (cosa que nunca llegó a suceder, por cierto). Nightwish han conseguido manteniendo su estatus primero junto a Annete Olzon y finalmente con Flor Jansen (After Forever), pero está claro que su etapa dorada son los cuatro discos entre el 98 y el 04, a la que nos estamos remitiendo.
Una curiosidad que no todo el mundo sabe es que después del primer pequeño éxito internacional con la reedición de Oceanborn en Europa, Nightwish participaron en las semifinales de Eurovisión y les pasó parecido que a las Tanxugueiras. El premio del jurado se lo llevo Nina Åström pero la gente estaba tan a fuego con Nightwish que cuando se publicó Wishmaster lo lanzaron al número uno en cuanto salió consiguiendo el disco de oro en sólo dos semanas.
El disco no es para menos. Un equilibrio perfecto entre guitarras melódicas pero bien powermetaleras, colchones de teclado que parecían orquestaciones de una banda sonora épica, voces operísticas, coros inolvidables, desarrollos variados y estribillos implacables.
Aunque durante algún tiempo la saturación del mercado de bandas clones nos hizo pensar que estos discos envejecerían fatal, lo cierto es que ya han pasado décadas y sigue siendo un trabajo enorme, con preciosas canciones que se hicieron un hueco en la memoria colectiva. Nightwish es hoy por hoy una banda clásica, han sabido sobreponerse a diversos cambios de vocalista y aun así mantener su legado vivo ofreciendo siempre buenos directos e interesante material fresco, incluyendo renovados enfoques e influencias, adaptando sus canciones de siempre a los diferentes registros. Wishmaster no es sólo el disco más representativo de Nightwish si no que posiblemente es el más representativo de toda una corriente. Un álbum que ha marcado a centenares de grupos posteriores que no siempre han conseguido alcanzar la excelencia de los originales.