Mi amigo Gabo me envió el cartel de esta gira por Whats. No me había planteado ir, porque un concierto en lunes y en Bilbao se me hacía muy cuesta arriba. Al fin y al cabo a Paradise Lost ya les había visto tres veces y… empecé a juguetear con la idea. Bueno, empieza pronto, al final tampoco está tan lejos… venga que sí, me apunto. ¡Compra las entradas! Cuando me dijo que le había surgido no se qué y que al final no podía ir, estuve a punto de abandonar también, pero a su vez había calentado a Jiménez y a Elena… Justo en ese momento vi una publicación de Obsidian Kingdom diciendo que se hacían la gira con ellos, y entonces ya no hubo ninguna duda. Deben ser cosas del destino, porque Paradise Lost venían a presentar Obsidiana, ¿Lo habías pensado?
Tras casi una década desde mi determinación de tenerles en Cantabria lo habíamos conseguido para celebrar el 25 Aniversario de Noche de Rock y vive DIO que fue intenso. Justo esta semana se publica el primer disco de Criaturä, que les acompañaron aquel día y les hemos tenido en la radio ¿son todo señales? reencontrarnos, revivir y rememorar. Claro que son señales.
Tras el concierto del ES, Edgar me confesó que no estaba seguro del futuro de la banda. El tormentoso Meat Machine les partió en dos de tal manera que a día de hoy, dos años después de su publicación, la banda está completamente renovada, habiendo sustituido una por una todas las piezas de la máquina. Asumí sus palabras con tristeza, pero también con algo de esperanza. Mira, si tiene que terminar hoy, al menos me he sacado la espina, lo hemos celebrado a lo grande. Si tiene que terminar, seguro que otras historias nacerán.
No es tan fácil de matar el bicho. Joder si están vivos. Nuevo bajista, un año sin tocar, paternidad recién estrenada… ¿Cómo coño lo hacen? Les he visto con todas las formaciones, conciertos más y menos rotundos, pero siempre con la intención apuntando al cielo. Abriendo para unos gigantes y ante un público que evidentemente les desconocía en la mayoría de los casos, no se vinieron abajo y estuvieron firmes como una muralla en todas las partes más potentes, tal vez a un 90% en alguno de los interludios más ambientales. Evidentemente esta nueva maquinaria tiene que ajustarse y ojalá arranquen a tocar más de continuo para engrasar, pero no me cabe ninguna duda de que si hay nuevo álbum volverá a ser enorme.
A Paradise Lost les llevo siguiendo treinta años. Para mi en su discografía hay alguna obra maestra, muchos discos muy buenos, y un par de ellos entre el bien y el suficiente. Nunca han pinchado. Me gustan todas sus épocas. Me flipa que tengan cuatro miembros inmutables desde el inicio, y que sean una banda a la vieja usanza, cuatro amigos que siguen viviendo su sueño de adolescentes hasta que la energía no les deje hacerlo.
Dicho esto, creo que soy suficientemente objetivo con sus directos si digo que es una banda a la que nunca he visto dar un concierto de los de enmarcar. Creo que el tema tiene más que ver con el sonido que con como tocan las canciones. Me pasa con algunos otros de mis favoritos, con Katatonia, por ejemplo. Son un grupo muy correcto en la ejecución, algo frio escénicamente pero en su estilo eso no tiene por que ser malo. Aunque Nick Holmes no tiene problemas de afinación siempre anda un pelín corto de potencia en comparación con los discos. No abusa de los coros pregrabados, y ninguno de sus compañeros le arropa con segundas voces. Tal vez un teclista / corista les vendría guay en ese sentido. En todos los conciertos que les he visto conjunto ha ganado nitidez de forma progresiva de una manera muy patente, pero en ninguno de los cuatro el primer guitarrazo me ha partido la cara. Siendo el mejor de largo el que les vi en la gira de The Plague Within, también en Bilbao. Tengo todos sus DVD’s en directo, y me parece que son bastante sinceros, el mismo Live at the Mill te puede dar una idea de lo que hablo. Todo bien, pero no me dejan ojiplático como en los discos, ya sabéis que no soy un purista del sonido y rara vez comento este aspecto, pero es que me llama mucho la atención. Tal vez tengo que asumir que componiendo y grabado discos son magistrales la mayor parte del tiempo, pero sobre las tabla una sincera banda de metal, con sus virtudes y sus defectos.
Dicho esto, la parte buena, muy buena, es que todos sus conciertos y este de especial manera son una fiesta de enormes canciones. Se decantaron por darle fuerte todo el rato, single tras single, como un recopilatorio de temazos de todas las épocas. A lo mejor las guitarras y el bajo estaban haciendo algo de bola, pero a quién cojones le importa si tienes delante a los putos Paradise Lost tocando una tras otra las canciones de tu vida. Hay por ahí una playlist en Spotify con el repertorio de esta gira, así a primer vistazo bastante parecida a lo que vimos a noche. No pienso sacar la libreta, bastante tengo con tirar alguna foto, y a veces me jode por perderme segundos que almacenar en la retina. He visto tantos conciertos en mi vida que no muchas veces me quedo con la sensación de no haber tenido suficiente; ayer sí. Cuando dijeron Goodbye me indigné, hubiese estado otra hora con ellos.
Al final es de lo que se trata, creo. Dormir menos, pero dormir mejor. Sentirse algo menos viejo, y sonreir recordando el camino recorrido.
Gracias Paradise Lost, gracias Obsidian Kingdom. Ojalá sigámonos encontrando muchos años más en la carretera.