Después de una larga travesía por el desierto musical cerrando un viaje de 15 meses en los que la actividad en directo se había eliminado, poco a poco van asomando la cabeza diversas propuestas que permiten a las bandas y al público reencontrarse aunque sea con cierta distancia y con las correspondientes medidas de seguridad.
De este modo se planteaban una serie de conciertos enmarcados en el denominado ROCK DEL IREGUA (para el que no lo sepa, el río Iregua atraviesa la localidad donde se celebraba) en la que predominan bandas de la escena riojana con Zenobia a la cabeza y que servirán como piedra de toque para comprobar la salud de la escena en la región después de tanto tiempo de obligado parón.
La velada la abrieron la banda Zenobia, un grupo con componentes riojanos con el vocalista Jorge Berceo y el guitarrista Mario Suárez (anteriormente vocalista de Red Wine). Venían presentando su último trabajo “VI” con una renovada formación en la que sólo quedaban su cantante y el batería respecto a sus anteriores trabajos.
Después de muchos años, volvía a reencontrarme con su directo y he de decir que ya no son la banda de power metal que fueron en sus orígenes y que ahora apuestan por un toque más moderno y hardrockero en sus composiciones. Los años de giras por España y Latinoamérica han convertido a Jorge Berceo en un gran frontman que maneja el escenario y es el auténtico maestro de ceremonias jugando con registros vocales melódicos que convirtieron el concierto en una gran carta de presentación para aquellos que acudieran por primera vez a su descarga
Acertaron en su repertorio al incluir muchos temas de su último trabajo como “Jamás”, “El último bastión”, “Sin perder la pasión” o “Tu Amistad”, esta última dedicada al promotor mexicano Adan Moreno fallecido en fechas recientes y con el que la banda había trabajado en sus giras al otro lado del charco.
La banda sonó potente, compacta, aunque sí se echó de menos la presencia de un segundo guitarra (según comentó Jorge al ser positivo por COVID) aunque eso no empañó el disfrute de los asistentes con temas como “La fiebre del oro”, “Vuelve” o su ya clásico “Lo llevo en la sangre” con la que cerraron.
Con poco tiempo de descanso, salieron a ponernos a mover los pies y a dar palmas una banda como Obús, liderada por el carismático Fortu Sánchez y por su inseparable guitarrista ya desde hace 50 años, Paco Laguna.
El concierto de Obús estuvo centrado en sus clásicos, no dieron opción a su muy buen último trabajo “Con un par” del que al menos esperaba algún tema del mismo así que comenzando con “Necesito más”, sonaron entre otras “Pesadilla Nuclear”, “Dinero, dinero”, “La Raya”, “El que más”, “Autopista” y la traca final con “Prepárate” y la etílica “Vamos muy bien” (paradójica en un concierto en el que no se vendía alcohol).
Para llegar a ese final, todo lo que uno se puede esperar en un concierto de Obús, bailes y charlas de Fortu, actitud rockera en sus componentes (mención especial a la base rítmica de los no tan nuevos Carlos Mirat y Luisma Sánchez) , solos de sus componentes y buen rollo que al fin y al cabo es lo que estamos necesitando todos en estos tiempos tan oscuros en los que ya poquito a poco vamos vislumbrando la luz.
Texto y fotos: Rafa Pascual.