CRÓNICAS CLANDESTINAS: Orion Saiph y Reality Check hicieron ondear la bandera del progresivo en la antigua taberna la Tina, ahora Clandestino Rock Bar de Pontejos. Dos buenos conciertos que animaron la noche del sábado.
El pasado sábado 8 de marzo nos acercamos hasta Pontejos para asistir al concierto de rock progresivo con el que las bandas Orion Saiph y Reality Check nos iban a deleitar en el Clandestino Rock Bar, situado en un polígono industrial a la salida de dicho pueblo, en dirección Pedreña.
Nunca había estado en el Clandestino (Antigua Taberna La Tina) y pensaba que la afluencia de público iba a ser mínima, por ser un sitio un poco apartado, pero al final entre la gente que iba a ver el concierto y los habituales del bar nos reunimos unas 50 personas.
En el Clandestino llama la atención la ubicación del escenario, situado al fondo del mismo sobre una tarima de madera a casi dos metros de altura. Parecía que la acústica del local no iba a ser la idónea, pero el techo del local está acondicionado con telas que mejoran la acústica y el concierto se pudo escuchar francamente bien.
Comenzaron tocando Orion Saiph, grupo de metal progresivo que ensaya en Revilla de Camargo. Después de su estreno en enero compartiendo escenario con Dulcamara en el Black Bird de Santander, se podría decir que este era su concierto de confirmación. Se puede afirmar que ha sido un buen rodaje de prueba para ellos, ya que se les noto más tranquilos y confiados que en el primero. Tocaron 4 canciones propias y una versión ‘metalera’ del Frozen de Madonna, algo más de treinta minutos en total. A la espera de que aumenten su repertorio con más canciones propias y alguna versión nueva, este concierto del Clandestino les ha valido para rodarse e ir puliendo esas aristas que todo grupo tiene en sus inicios.
Les siguió Reality Check, grupo desconocido para mí, de sonido más rockero y que me dejo muy impresionado. Se nota la experiencia de sus componentes, poseen unas tablas sobre el escenario que nos hacer ver que estamos ante unos grandes profesionales. Vamos, que estos tíos suenan que te cagas. Las guitarras están muy trabajadas y compenetradas. Los solos de guitarra, que no son de correr, si poseen mucha melodía y arreglos y adornos con mucho gusto. El batería y el bajista dan un apoyo rítmico muy solvente y la voz me recordó a los mejores tiempos de LaBrie.
Resumiendo, estos dos grupos deben ser tenidos en cuenta si se quiere estar al día del rock progresivo que se realiza en Cantabria y esperamos volver a verlos prontos sobre el escenario.
Crónica por Mauricio Castaño, fotos por Mauricio Castaño y Oskar Sánchez.