Veinte Años no es Nada: Comenzaba la década de los noventa y unos chavales en Santander comenzaban a respirar el aire nuevo proviniente de Seattle. Patente nunca llegó a ser un grupo muy conocido, pero es la fotografía del espiritu que movió a miles de chavales en esa década.
Comienzan los noventa. En España, aun poca gente tiene acceso a discos como Bleach o Ten, no hablemos de Mudhoney, Mother Love Bone y compañía, aunque algunos avispados si que consiguen acceso a este material, normalmente gracias a algún contacto en los U.S.A. Si encontrais a Pier alguna noche y le tirais de la lengua seguro que os contará la historia de la cinta que recorrió su instituto… No olvideis que aun faltaban unos seis años para el comienzo del uso masivo de internet y la onda expansiva musical aun tardaba en llegar a España.
Supongo que Patente se formaría sin el rumbo tan claro, y se iría impregnando poco a poco de ese espíritu, a base de pasarse las tardes de los sábados pegados al transistor, atentos a las historias que Paco Perez Bryan nos traia desde el otro lado. Los ochenta morían poco a poco y el Grunge imponía su ley. Patente, como tantos otros grupos en España, iban acercando su música hacia ese sonido.
De repente alguien se paró a pensarlo y se dio cuenta de que hace ya dos décadas de todo esto. Pensó que sería una buena idea celebrarlo. Fueron algunos años de buenos conciertos, un par de maquetas y alguna actuación importante, gracias a algún concurso que no llegaron a ganar.
Reunida gran parte de la gente que pasó por la banda, y tras unos meses de ensayos discontinuos, anoche ofrecieron en el Blackbird un viaje al pasado, que nos trajo muy buenos recuerdos. La actuación se estructuró en dos partes con descanso en el medio en el que cambiaron de guitarra y bajista. Un experimento curioso, ya que siempre hablamos de como cambia sutilmente el sonido de una banda cuando se altera uno de los elementos que la componen, y ayer tuvimos la oportunidad de verlo in situ.
Quien sabe si esta reunión nostálgica dará lugar a algo más y veamos de nuevo a Patente sobre el escenario defendiendo material nuevo. A veces uno echa la vista atrás y se encuentra conque en el espíritu y la raiz de las cosas se encuentra la esencia que le ha motivado en años posteriores, y a veces resulta que por muchas vueltas que se dan, todo estaba allí desde el principio.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.