THE GIANT PINKY: Uno de los mejores guitarristas del mundo, el mítico guitarrista de Mr. Big y Racer X, participante del G3 junto a Joe Satriani y John Petrucci, el mismísimo Paul Gilbert, aterriza en Escenario Santander acompañado de su gran banda.
La gira europea de su último álbum en solitario “Vibrato” acaba de comenzar y Santander no suele ser una parada habitual en conciertos de este nivel. El evento se convirtió en cita ineludible para guitarristas y otros amantes de la buena música de al menos 200 km a la redonda. Y no defraudaron. Ofrecieron un magnífico concierto, de esos que te hacen sentir la música con todo el cuerpo y que sabes que recordarás siempre.
Al llegar coincidí con el autobús de una veintena de guitarristas asturianos. Estaba organizado por AGM, la academia de guitarra de Pablo García en Oviedo y tras una foto de grupo y saludar a viejos conocidos, entramos en la sala. Aún quedaban 45 minutos de margen para coger buen sitio.
A las 21.43, delante de unas trescientas personas, salió la banda y empezaron con la canción que abre el disco “Enemies (in Jail)”. El sonidazo era abrumador. Todos los instrumentos empastados a la perfección. Aunque vista la plantilla era de esperar. A la batería estaba Thomas Lang, uno de los mejores baterías del mundo. Como curiosidad, participante del ‘casting’ de Dream Theater cuando se fue Portnoy. Al bajo Kelly LeMieux, reconocido bajista de sesión y a los teclados su mujer, Emi Gilbert, con una gran formación clásica.
Para sorpresa de muchos, Gilbert se muestra en este disco muy alejado de su anterior estilo shred rock y se mueve cómodamente entre estilos como el blues, el funk y el rock progresivo setentero con toques de jazz e incluso soul. Nos presentó sus nuevas composiciones al completo pero intercaló las obligadas “Scarified” y “Technical Difficulties”. También se marcó un medley acústico, pudimos escuchar “Green –Tinted Sixties Mind ” de Mr. Big y alguna de sus anteriores discos en solitario como “Down to Mexico” (como curiosidad, cambiada de 4/4 a 7/8).
No se fueron para los bises. Como él dijo, “en el tiempo que nos vamos os tocamos otra”. Y siguieron con versiones como “Man on the Silver Mountain” (Rainbow), el aclamado “Still got the Blues” de Gary Moore o “Sin City” de AC/DC en la que se cambiaron los instrumentos. Gilbert se puso a la batería, Kelly LeMieux se colgó la guitarra, Thomas Lang se puso al bajo y Emi Gilbert dejó los teclados y se puso a cantar. Y se quedaron tan anchos tocando increíblemente bien sus nuevos instrumentos.
A lo largo del concierto el meñique gigante de Paul Gilbert (“the giant pinky” como decía una de las camisetas del merch) llegó a hacer bendings de tono y medio y amplios vibratos, y sumado a lo que hacían al resto de sus dedos, era magia. Me quedo con la musicalidad del concierto, más allá de virtuosismos, Paul Gilbert puso la técnica al servicio de la expresividad, lo cual muchas veces no ocurre. Nos dejó impresionados con el dominio absoluto de su instrumento, con la técnica y con el fraseo, como si lo que pensase en su cabeza lo “hablara” a través de su guitarra. Impresionante. Ojalá eventos de este tipo se dejen caer por Santander más a menudo.
Crónica por Paula González, fotos por Jaime Gonzalez.