Crónica de fan: Esta reseña llega con carambola. Nos la envia DJ. Kingpin que a su vez la ha recibido de Raúl Campos. Una reseña subjetiva y pasional. Por cierto, nadie se ha animado a contarnos el Azkena al completo, así que si te atreves ya sabes lo que hay que hacer.
Increíble, impresionante, inigualable, irrepetible, inexplicable.
Son las únicas palabras que se me ocurren para describir lo indescriptible.
Dios, un concierto de Pearl Jam que rompe con Go no podía —como imaginé al oír los primeros acordes de este temazo prohibido (que me hicieron soltar de golpe la cerveza que tenía entre las manos)— sino convertirse en una apabullante y destructiva apisonadora sónica.
Alrededor de 20.000 personas se habían juntado ante el escenario principal del Azkena Rock Festival la noche del segundo de septiembre de 2006 para ser privilegiados testigos de una actuación salvaje y descarnada que seguramente destacará en el largo itinerario de la gira europea este año. Recién pasada la medianoche, las luces se van apagando y también las dos pantallas gigantes que a ambos lados del escenario anuncian en tres idiomas la prohibición de «practicar el moshing y el surfing», en vano. Como atraídos por el bramido clamoroso de un público ávido, van apareciendo en el escenario los miembros del quinteto de oro: en primer lugar, Matt Cameron, que saluda al público con jovialidad antes de parapetarse tras su descomunal batería, y seguidamente el resto, Mike McCready, Stone Gossard, Jeff Ament y un Eddie Vedder pletórico y poseído por una energía que tal vez no lo sacudía como anoche desde los inicios de la banda. Un dios del escenario.
Una vez que todos los componentes han ocupado sus posiciones, la marea humana se va calmando, como guardando un silencio reverencial, a la vez que tenso de ansia por que el infierno se desate. Deseo cumplido. Como ya he dicho, las notas que desgarran la negrura de una noche que nunca volverá son las de Go, uno de los temas mas enajenantes de su repertorio y escasas veces tocado en vivo. El público entra en un súbito éxtasis del que no saldrá hasta pasadas dos horas y media.
A partir de ahí, sólo hay que repasar el setlist para imaginar el ambiente que se respiró (en mi caso a escasos metros del escenario, entre una opresiva, sudorosa, anhelante y entregada multitud), más extraordinario a cada tema con que nos iban bendiciendo. Vedder encaramándose a los enormes bafles de los laterales y dirigiéndose al público en un imperfecto castellano entre canción y canción, los alargados finales de muchos de los temas, un perfectamente insertado y enardecedor tributo a los Ramones y una entrega absoluta por parte de toda la banda, incluido Boom Gaspar, que se incorporó a los teclados a mitad del show, hicieron que la sobredosis emocional que nos suministraron nos volviera aun más adictos a nuestra querida banda favorita.
Set-List
Go
Last Exit
Corduroy
World Wide Suicide
Severed Hand
Do The Evolution
Even Flow
Marker In The Sand
MFC
Daughter
Green Disease
Grievance
Gone
Why Go
Down
Elderly Woman Behind The Counter In A Small Town
Spin The Black Circle
Encore 1
I Believe In Miracles
Black
Given To Fly
Save You
Alive
Encore 2
Better Man
Rearviewmirror
Blood
Rockin’ In The Free World
Yellow Ledbetter
Y antes de lo que a cualquiera de los presentes nos hubiera gustado, el cielo se nos arrebata, una vez más, con los últimos acordes de una de las noches del año y de nuestras vidas.
En su día, dijo Luís Cernuda:
[…]si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Hoy, yo puedo decir:
Quien muere sin haber visto tocar anoche a Pearl Jam, no muere, porque no ha vivido.
Crónica por Raul Cámpos, fotos por LuzBellaKa.