Con frescas pinceladas de humor y una sinceridad nada autocomplaciente, Frederik Peeters se adentra en una historia que, con aparente sencillez y una lucidez desarmante, aborda temas tan universales como el amor o la muerte. Trece años después su creación, Frederik Peeters ha dibujado ocho nuevas páginas de cómic que ponen luz acerca de dónde están en la actualidad los protagonistas de Píldoras azules, y se añaden a esta nueva edición junto con un post scríptum de dos páginas que el autor suizo nunca incluyó anteriormente en una edición en papel.
Dotado ya de una soltura gráfica y capacidad narrativa impecables, Peeters habla de su historia con Cati, del VIH, que va a condicionar su relación y de todas esas emociones contradictorias que él, ellos, van a tener que superar: ¿compasión, piedad, lástima, sentimiento de culpa o amor puro e inalterable? Más fresco y positivo que oscuro y fatalista, ofrece sin atisbo alguno de sensacionalismo o victimismo fácil la posibilidad de un acercamiento al día a día de la enfermedad al tiempo que sorprende la madurez de un creador con 27 años a la hora de gestarla.