RAGE AGAINST THE MACHINE – Rage Against the Machine
Ahora más que nunca, cuando nos dormimos en los laureles de la comodidad, cuando tanta gente piensa que protestar no sirve de nada y que por mucho que uno haga el mundo nunca cambia, conviene recuperar este disco, lleno de rabia, de iniciativa y de ideas revolucionarias que tuvo la virtud de encender a toda una generación que parece estarse apagando paulatinamente.
Rage Against the Machine entraron por la puerta grande y con ganas de poner la casa patas arriba en todos los sentidos. No sólo su mensaje era revolucionario, si no que su música también sonaba muy distinta de todo lo que habíamos escuchado hasta entonces. Tirando de enciclopedia algunos señalarán al combo Aerosmith+Run Dmc y a Anthrax+Public Enemy como verdaderos pioneros. Es cierto, siempre hay un precedente. Pero también es cierto que RATM llevaron la mezcla entre el rap y el rock mucho más allá de lo que nadie había hecho hasta el momento. El bajo y la batería alcanzaban un protagonismo insospechado y la guitarra actuaba en la mayoría de los casos adornando con ruidos imposibles la base sobre la que Zack de la Rocha disparaba ideas a tanta velocidad que incluso los nativos tenían problemas para seguirle.
Rage Against the Machine quisieron ser un altavoz para proclamar otra manera de entender el mundo. Pensaban que de nada valía seguir cantando a los que ya estaban convencidos y llevaron su mensaje revolucionario al mismo centro del Mainstream. Algunos piensan que eso les restó autenticidad, pero lo cierto es que han sido bastante consecuentes con el mensaje que proclamaban (teniendo en cuenta que hablamos de un grupo de ventas multimillonarias) y seguro que incendiaron alguna cabeza que sigue pensando en como hacer algo para cambiar este sistema tan enfermo.
We don’t need the key, we’ll break in.
Comentario por Oskar Sánchez