REALITY CHECK es un grupo de Rock / Metal progresivo integrado por seis músicos que han formado parte de reconocidas bandas cántabras como Bifrost, Oz, Banshee o Mordor, entre otras. Tras siete años de trabajo, y pese a las dificultades de compaginar la música con sus trabajos y sus once hijos, por fin el pasado julio han lanzado su disco debut “Fears, Hope and Eternity”. Se nota que han cuidado hasta el mínimo detalle, el resultado es impecable. El disco refleja influencias de bandas prog como Dream Theater, Porcupine Tree, Opeth o Flower Kings y bandas más Hard Rockeras o Heavies como Journey, Toto, Whitesnake o Iron Maiden. Las letras en inglés de Ovidio Abascal abarcan temáticas introspectivas (soledad, desamor, angustia vital…) desde un sentido figurado. En general evolucionan hacia la esperanza tal y como refleja el título y el artwork del disco que ha sido realizado por Kini Fernández desde su estudio de diseño gráfico Hard as Iron.
El álbum ha sido grabado, mezclado y producido en Blue Room Studio por su propio guitarrista Javier Prieto, a excepción de las baterías que se grabaron en Cubex Studios donde también se han encargado de la masterización las expertas manos de J. F. Escudero.
La incorporación de Chema Labrada (teclado) una vez iniciada la grabación del disco, hizo que se replantearan la composición de los temas. El teclado aportó nuevas atmósferas muy sugerentes, y una nueva visión en general que, si bien alargó el proceso, hizo que los temas crecieran aún más. Ventajas de la autoproducción.
El disco abre con Heaven and Hell (8:39), primer tema que compusieron al iniciar la banda y que cuenta con la colaboración del cantante Mark Basile (DGM) que aporta mucha potencia y energía. Es un temazo metalero con ambientes oscuros, pero que tiene unas transiciones brillantes, súper fluidas a partes más acústicas y a una última parte bluesera / soul que es simplemente brutal. Hace que te preguntes ¿cómo hemos llegado hasta aquí? No te enteras porque el tema fluye. Tónica general del disco. Hay muchos cambios de ambientes, propios del estilo, pero en ningún momento suenan bruscos, lo que es realmente difícil de conseguir y refleja la madurez musical de la banda.
El segundo corte y más largo del disco es “Everything is ruined” (13:05). Una intro delicada nos lleva a un elegante shuffle reposado sobre el que se escriben estrofa y estribillo. Sigue una nueva atmósfera sugerente y oscura, con riffs de guitarra y teclado y una enrevesada parte instrumental al más puro estilo Dream Theater o Symphony X. A continuación la voz tiene un efecto “megáfono” y una línea muy rítmica y agresiva para reflejar la parte más angustiosa de la letra que habla de la soledad. Después hay una parte que me recuerda mucho al Acid Rain de Angra. Bajan las pulsaciones para un fragmento más positivo en el que la letra habla de la esperanza. Mención especial a un solazo de guitarra que suena muy Steve Vai. Por último nos regalan una sección más vintage con sonido de Hammond. Tema redondísimo. Probablemente mi favorito del disco.
El tercer corte es “Fragile no more” (8:12), tema directo muy hard rockero y pesado, de estribillo pegadizo de los buenos. En contraste intercala una parte acústica muy positiva en consonancia con la letra que habla de vencer el miedo.
Seguimos con “Starting again” (9:38), cuya letra habla de empezar de nuevo tras una ruptura. Empieza con una intro compleja, armónica y rítmicamente. Sigue con una estrofa cañera y un estribillo de melodía vocal exigente. En esta ocasión nos llevan a una parte instrumental con un aire latino que desemboca en otro ambiente delicado con una interpretación y expresividad vocal sobresalientes. De nuevo, todos los cambios fluyen. Otro temazo.
El quinto corte es “Behind these feelings” (7:02). Comienza con una parte acústica con muchos detalles, algunos me recuerdan a Opeth, otros a Steven Wilson. Después pasa a un estribillo de armonía y melodía jazzeras muy elegantes. Sigue con una parte muy de prog clásico, a lo Yes, que suena súper auténtica. Se suceden melodías de guitarra sobre una base acústica. Seguimos sin echar de menos la distorsión. Si prestas atención, los arreglos de voces y coros de la parte final son increíbles. Para terminar, una atmósfera misteriosa y sugerente. Cuanto más lo escucho más me gusta.
Llegamos al sexto corte “Faith” (8:31), el más metalero y oscuro con diferencia. Arranca con una intro con una voz femenina que te mete en situación. Empieza un riff solitario rápido sobre una nota pedal de los de gastar púa. Enseguida acompaña la batería con caja a negras. Aquí vas a poder hacer head banging a gusto. Entra la estrofa con dos partes a cuál más cañera y se intercala con un estribillo más abierto. Le sigue una parte instrumental con solazo de teclado. Se las arreglan de nuevo para cambiar de ambiente sin que te enteres. Estás en una parte acústica. Armonía sofisticada. Va subiendo poco a poco la agresividad para volver al inicio. Muy redondo. La letra es una crítica a la religión. Hay un lyric vídeo en youtube hecho por Israel Losada (guitarra).
El último tema “End of youth” (3:34) es un baladón acústico de tremenda sensibilidad. Tiene una armonía compleja y unas partes de teclado que acompañan a la perfección. De nuevo gran interpretación y expresividad de Ovidio Abascal. Acostumbrados ya a los largos minutajes, este te deja con ganas de más.
Desde luego estamos ante un disco ENORME. La interpretación de todos los componentes es excelente, sin embargo, lejos de virtuosismos individuales, todos contribuyen con su parte al que el sonido global del tema se enriquezca. A cada nueva escucha vas descubriendo cada vez más detalles. Sin duda el minucioso trabajo de grabación, mezcla y producción de Javi Prieto (guitarra) para hacer que todas las piezas encajen y brillen es magistral. El álbum tiene un nivel y un sonido más que profesional.
Paula Gonzalez
REALITY CHECK son: ‘Ovi’ Abascal (voz); Jose C. Gómez (bajo); Chema Labrada (Teclado); Israel Losada (guitarra); Javier Prieto (guitarra) y Marcos Regato (batería).