Que no amanezca: Un año más el Rebujas pone fin al verano. Ya son trece las ediciones del festival, pero no parece que eso les haya traído muy mala suerte, porque, pese a la lluvia todo salió genial.
Llegó septiembre y con él, el que para muchos es el último festival del verano, el Rebujas Rock. Este año, en su decimotercera edición, y tras haber sido declarado el Mejor Festival de Cantabria en los Premios Estelarock, ha podido ver recompensados tantos esfuerzos con una canción que conmemora ese trabajo realizado a lo largo de estos años, Que no amanezca, un tema grabado por Desastre con la colaboración de Fernando Madina (Reincidentes), “El Drogas” (Barricada), Kutxi Romero (Marea), Carlos Mohamed (Mago de Oz) y Rulo (La Fuga).
La noche comenzó pasada por agua. Esto no impidió que algunos aguerridos (como nosotras) asentaran sus tiendas en la campa junto al escenario. Un refugio para capear el temporal cenando algo mientras comenzaban los conciertos y podíamos escuchar a Rosendo probando.
Los truenos y la lluvia no nos echaron de allí, ni tampoco impidieron que alguna gente se acercara a ver al primero de los grupos participantes, King Size Co., recién llegados de su gira por Serbia y Bosnia. Cargadísimos de energía y rezumando rock´n´roll tuvieron que hacer frente a la difícil tarea de abrir el festival y hacer que los que permanecían bajo la carpa del bar se fueran aproximando al escenario. Mezclando temas de su nuevo álbum “Destination The Moon” como What mama said con clásicos de la banda como Not a rnr star o Let it go disfrutamos a tope de los torrelaveguenses, que si bien estaban dándolo todo en escena, no dudo que tuvieran cierto temor al ver caer chorretones de agua desde el techo del escenario mientras algunos miembros de la organización achicaban agua.
El segundo concierto vino a cargo de los madrileños Desastre, grupo fetiche del Rebujas y compositores del himno del festival con el cual cerraron su actuación. Llevan ya veinte años tocando un rock urbano alegre y juerguista, y han contado con la colaboración de muchos grandes de la música española en la grabación de sus temas. Tanto han calado en el corazón de la gente de San Mateo, que una de las calles del pueblo lleva su nombre.
Y parece que mostrando respeto al sr. Rosendo Mercado, las nubes se escondieron, así que pudimos disfrutar sin excusas del rock carabanchelero de este dinosaurio. Tenía una sensación un tanto agridulce de los conciertos de Rosendo a los que había asistido hasta el momento, y me llevé una grata sorpresa porque le vi más entregado al público que en otras ocasiones. Siempre me había dado la sensación de frialdad en el escenario, y sin embargo en San Mateo estuvo más cercano que nunca. La ejecución y el resultado, como siempre, excelente, y si bien yo le tenía bastante abandonado últimamente, no faltaron temas míticos como Borrachuzos, Pan de Higo, y por supuesto, Agradecido. En estos momentos, la campa del festival estaba repleta de gente, y se le ponían a una los pelos de punta escucharlos a todos corear los estribillos de las canciones.
A pesar de no haber publicado un álbum con nuevos temas desde el 2007, Rosendo no ha parado en los últimos tiempos ya que el año pasado se embarcó en una gira por España con sus amigos de Barricada y Aurora Beltrán, fruto de la cual editaron un CD y doble DVD que ningún amante del rock nacional debería perderse.
El broche final de la noche lo pusieron Fe de Ratas, con nueva formación. Junto a Maxi y Julio ahora encontramos a El Poyo a la batería y Ulises en la guitarra. Conocimos su nuevo disco “Antiimperialista”, repleto de temas que una vez más hacen referencia a la política, la monarquía, la policía y la denuncia social. La Reina y Yo, Un Corte de Manga o su divertida versión del himno universitario Gaudeamus Fe de Ratus y Olé hicieron gala de la mala leche que Maxi lleva acumulando año tras año.
Se llenó el Rebujas en esos momentos de banderas asturianas, lábaros cántabros y por supuesto algo que no falta en un concierto de los de Avilés: banderas republicanas. Mezclando los temas contundentes y rabiosos con discursos reivindicativos, consiguieron un fin de fiesta muy animado, bajo las luces de los fuegos artificiales y el deseo de los asistentes de “que no amanezca”.
Crónica por Elena Cifrián, fotos por Patricia San Martín y Cantabria Foto.