Llega la época estival y con ella la saturación de fechas de los festivales. Creo que si tienes tiempo y dinero, como el caso del motero anónimo que conocí, puedes pasar tres meses sin estar en tu casa un sólo sábado. Y los hay de todo tipo, grandes, inmensos o pequeños como es el que voy a relatar.
Rock Arena no es un festival que quiere luchar con los grandes, ni con los pequeños, ni con ningún otro. Juegan en una liga alternativa para entretener a su público sin esperar mucho a cambio. Con esta edición ya son once las veces que se han atrevido a montar un evento en un pequeño pueblo al sur de Alicante donde más de la mitad de la población es extranjera, donde predominan los ingleses que disfrutan de su retiro, y que en su mayoría está formado por agrupación de urbanizaciones.
El festival se ha basado en dos pilares que, salvo contada excepción, han mantenido éstos años: apostar por grupos estatales y que la entrada sea gratuita. Hablo de memoria y creo que sólo se cobró entrada una vez, que se alargó a dos días de forma excepcional y con un precio por el que normalmente no ves ni un grupo local. Otra característica que lo ha definido es que casi siempre ha habido un zona de acampada gratuita, opción que según comunicaron no pudieron conseguir éste año y que mi amigo el motero anónimo echó en falta. El recinto cambió éste año con respecto a los anteriores, bien organizado, con dos barras, taquilla doble para tokens en la que rara vez había cola, un par de sitios donde comer un bocata, pizza, patatas…. y todo a un precio contenido para como está la cosa. Un sólo escenario para los siete grupos y quince minutos para cambio de uno a otro.
ELIZABELTZ
A poca gente le viene bien empezar tan pronto y con tanta luz, pero hacer subir a tocar a las cinco de la tarde a unos vascos en una zona semidesértica en plena ola de calor debería estar tipificado como delito. Casi cuarenta grados marcaba el móvil antes de que se me apagase por seguridad. Como decía no les favoreció nada la hora, su espectáculo está preparado para una hora donde sólo quedan en pié almas en pena. Tengo que reconocer que fue uno de los motores para que yo asistiera al festival y no me decepcionaron, en directo tienen poco de lo que he leído por ahí que se parecen a Ghost, y mucho de “¿qué coño acabo de ver?”.
DHALIAX
Una pena que todavía se podían hacer unos torreznos en el suelo cuando salieron a tocar, porque le echaron muchas ganas después de ganar el Forjando Leyendas, pero estábamos todos buscando una sombra que apenas daban la torre de monitores o el toldo de la mesa del técnico de sonido. Después del show anterior también es verdad que bajan un poco el listón al ir sólo caracterizado el cantante. Por cierto, gracias Kuido por bajar a remojarnos con las pistolas de agua.
DAERIA
Quisieron integrarse con el calor, y salieron en bermudas y camisas Hawaianas, con una palmera a cada lado de la batería y tirando balones de playa al público, muy integrados con la temática del cartel del festival. Power Metal desde la costa éste de España para ir calentando el ambiente y que alcanzó su punto álgido con su Reina De Corazones.
ÓPERA MAGNA
Aquí fue cuando ya el público empezó a duplicarse de forma exponencial, supongo que a parte de la expectación que pueda crear la banda, ayudó que ya nos acercábamos a las nueve de la noche. Sonaron muy bien y no les costó nada calentar al público, que se fusionó con cada uno sus temas. El sol empezaba a darnos una tregua y las criaturas de la noche empezaban a aparecer por el recinto. Mención especial a todos los padres y madres que llevaron a sus peques al hombro durante el show.
O’FUNK’ILLO
La banda sevillana era uno de los platos fuertes, ya que junto con los siguientes eran los únicos que tenían más de una hora de show. De ellos poco puedo comentar, ya que en algún momento hay que comer y reponer fuerzas.
OBÚS
Aquí fue cuando se llenó el recinto, y es que aunque seas de los que estás esperando el último lanzamiento de cualquier banda de Death Metal estoy seguro que sale el Fortu, y antes de que empiece a cantar ya le estás haciendo los coros. Dieron un show bastante más que correcto que dejó a más de uno afónico, y aunque lleven cuarenta años dando el callo, no están exentos de problemas, tanto con la furgona en el viaje, como problemas técnicos con el bajo de Luisma que nos tuvieron parados unos minutos.
ANKHARA
Mala suerte para la banda de Pacho y compañía, lo primero que me di cuenta fue la desbandada de gente nada más terminar Obús, y lo segundo el gran retraso sufrido por problemas técnicos varios. Afortunadamente todo se olvida rápido cuando le dieron una vuelta a su repertorio de “Dueño Del Tiempo” que cumple ya 25 años. Quedamos pocos hasta el final, pero fue muy emocionante escuchar canciones que tenemos tan pegadas a recuerdos.
Hasta el Rock Arena 2025, si no morimos por deshidratación antes de llegar.
Fotos, video y Texto: AnhellDePolop