El Rock in Hinojedo es un clásico ineludible del inicio de verano, un modelo de festi que ya sabéis que nos flipa, tres bandas cercanas, la barra de la comisión de fiestas, y a disfrutar. No se puede pedir más a la vida. Bueno, una carpa por si llueve, y también tenían.
El camión escenario que también sirve para alojar a la orquesta del día siguiente lo estrenaron Bluestown, una banda de la que ya tenía noticia, pero que no había tenido oportunidad de ver en directo. Como su nombre indica tiran para el blues, y se nutren del repertorio clásico incluyendo standards, pero también algunas sorpresas que llevan a su terreno. Así te encuentras con el mítico I don’t Need no Doctor, pero de un par de saltos te han llevado de Hendrix a los Doors pasando por Muse. Sergio González se pasa estas cosas por debajo de la pata, lo de la base rítmica de Fernando Segura y Chus Gancedo es para hacerse cruces (de admiración), pero la guinda la pone Carol Martín con un vozarrón y una actitud sobre el escenario que sólo se permiten los muy grandes. No todo el mundo puede librar un dueto con Raúl Galván y salir ileso.
Emboque llevan 30 años sobre los escenarios. TREINTA! Cuando empezó Noche de Rock ya llevaban un par por ahí. Por mucho que nos duelan estos bofetones de realidad, no podemos hacer otra cosa que celebrar con ellos haber vivido este tiempo juntos. Sus conciertos son como una proyección de filminas con recuerdos de nuestra propia vida, y eso es lo que hace más grandes a las canciones, dejarlas unidas a la médula de la gente.
Como comenzaron tirando del repertorio de Salvaje e inmediatamente saltaron a Contra el Tiempo, por unos momentos pensé que se iban a cascar un Eras Tour, con un par de temas de cada disco, en orden cronológico. Sin embargo enseguida comenzaron a brincar adelante y atrás por el repertorio de sus seis álbumes de estudio. Como llevo todos estos años hablando de ellos, no creo que a estas alturas pueda añadir mucho más que lo dicho tantas veces, son Súper Clase, no pinchan jamás y es una suerte tenerles tan cerca y una injusticia que el resto del mundo no se haya puesto a sus pies.
El inicio de Aquella Canción de su último disco ya deja claro por donde van los tiros con Budasam, una vieja radio que salta de Kiss a Ozzy, Europe o Bon Jovi, los viejos tiempos de los vinilos, los casettes y los posters en la pared, ese Hard Rock que marcó los últimos ochentas y con el que tantos crecimos casi sin querer. A la banda la conocemos de sobra en Cantabria porque hemos tenido a un par de nuestros ilustres en sus filas, y ese puente ha servido para que nos visiten con cierta frecuencia. Sin embargo, no les había visto aun y el Rock in Hinojedo me sirvió para sacarme en parte la espina, aunque no me pude quedar hasta el final porque los niños estaban ya doblando. El punto más fuerte de Budasam son precisamente esos estribillos coreables que tanto definieron los años que reivindican, además a nivel instrumental está todo en su sitio y te transportan años atrás de manera muy fidedigna al espíritu y las maneras, pero con temas propios. Me pareció un acierto meterles en el cartel.
Se de buena tinta que tras la pandemia ha habido momentos de flaqueza y el Rock en Hinojedo ha estado en entredicho, al final es un esfuerzo grande sacar algo así adelante y no siempre existe la sangre joven que debería empujar estas cosas con energía, pero el nutrido grupo de voluntarios que se hizo cargo de la barra y el buen hacer de todas las bandas consiguieron otra jornada memorable, ojalá no nos falten nunca las fiestas de pueblo.