Rock en la Feria se ha asemejado este año a un festival incluido dentro de la programación oficial de las fiestas de la patrona de Torrelavega. Esperamos que la iniciativa siga adelante y crezca en próximas ocasiones.
Vuelve La Patrona, y estos últimos años la esperamos con un poco más de ilusión porque parece que poco a poco va habiendo un poco más de espacio para cosas que nos resultan más afines. Las programaciones alternativas crecen en El Rincón Cubano, en Argumosa y en Octubre. Parece que desde el ayuntamiento se van dando cuenta de que la mejor forma de programar a gusto de todos es dejar a la gente hacer las cosas a su modo: surgen conciertos en La Casa Encantada, en El Leyendas, en La Caverna, en El Petaka… y además, ya dentro de programa tenemos los macro conciertos de Rock en La Feria, con caras de sobra conocidas del panorama rockero español y también un buen hueco para algunas bandas locales.
El Rock en la Feria tuvo su primera edición el año pasado con el aniversario de Rulo, que congregó a más de 10.000 personas. Ante el éxito este año han triplicar la apuesta, y todo apunta a que las cosas han salido tal y como se esperaba.
La primera de las tres jornadas estuvo protagonizada por Macaco, bien acompañado Cuatro de Copas, que presentaban su nuevo disco “El Cuento se Acabó” y de Papa Shango que presentaban nuevo repertorio, incluyendo los temas incluidos en en el single que acaban de publicar. Nosotros no pudimos pasarnos, este primer día, pero el comentario general ha sido muy positivo, parece que la lluvia no pudo con las ganas de pasarlo bien y se congrego una buena cantidad de público.
Me apetecía mucho acercarme a ver el ambiente de la segunda jornada, pero no queríamos dejar a los niños dos días seguidos y tenía bastante capricho de ver a M Clan. Al final encontramos una solución parcial, porque resulta que la casa de los padres de un colega está pegada al escenario y nos invitó a una barbacoa. Fue un plan familiar curioso, nos juntamos un buen puñado de amigos a escuchar y ver los conciertos desde el otro lado de la valla mientras comíamos costilla, no por no pagar, si no por poder dar las frutas y cambiar a los bebés si se cagaban. Dentro del recinto estaba Lilian de colaboradora nuestra tirando fotos y, mientras, con una mano paseábamos el carrito y con la otra íbamos comentando vía Twitter lo que sonaba. Puede que no sea muy profesional, pero siempre hemos preferido ser honestos que profesionales. Nadie nos paga por mentiros. Para ver conciertos con hijos a veces hay que hacer malabares imposibles.
ADN cumplían 17 años desde que comenzaron como Aurora del Norte. Defendieron muy bien los temas de “Nada que Perder”, como ya harían el año pasado por estas fechas en La Plaza Roja, y adelantaron un par de ellos del nuevo disco que publicarán el próximo mes de septiembre. Longo se mostró muy satisfecho de poder acompañar a dos históricos de la música de este país, “Ellos nos enseñaron que no se puede dejar el rock, porque es una manera de vivir”. Me pareció un resumen muy acertado de la relevancia de la influencia que Los Suaves y Rosendo han tenido en tantísima gente.
Rosendo nunca me ha puesto la piel de gallina, pero siempre le he tenido mucho respeto. Hizo un concierto sobrio y elegante, como siempre que le he visto. Él nos enseño en esté país que el Rock and Roll no se te pasa con la edad, porque a pesar de que cuenta ya seis décadas no cuesta nada imaginar unos cuantos álbumes por llegar. La gente siempre responde mejor a los clásicos, claro; “Flojos del Pantalón”, “El Tren”, “Navegando a Muerte”, pero desde aquí proponemos una escucha profunda y serena de “Vergüenza Torera”, porque tiene muy buen material donde rascar.
Luego llegaron Los Suaves. Hay muchas formas de comentar y juzgar un concierto, pero por aquí siempre hemos preferido escuchar al corazón que a la cabeza. Hace veinte años mentí a mi familia para marcharme al concierto de Los Suaves en Santoña junto a mi ex-compañero en NdR, Palacios y otros cuantos amigos de los que ayer cuidaban a sus hijos junto a mi. Salimos juntos en la contraportada del disco en directo que se grabó esa noche.
Yosi hizo mención del concierto de la fiesta del PCE de Torrelavega del año 1996. La recordamos perfectamente, claro, porque Noche de Rock tenía una semana y ellos eran el primer grupo al que entrevistábamos. (Bueno, el segundo, porque antes de llegar al sitio en el que estábamos citados nos encontramos a Mordor y les pusimos la grabadora en los morros).
Durante mucho tiempo he esquivado a Los Suaves en directo. Me les encontré en un festival hace una década y no me gustó lo que vi. Nunca he sido fan pero siempre les he tenido cariño y con la imagen fija en la retina de lo que sucedió en Santoña el año aquel, no me gusta ver como sus directos han ido a menos. Aun así, no comparto la opinión de los que se sienten con autoridad moral de decirle a nadie cuando es el momento de bajar del escenario. Mientras la gente pida una más seguirán siendo una leyenda. Esta es la gira de despedida, y con 67 años, si tuviese otra vez un rato para charlar con Yosi como aquel día en los noventa, simplemente le diría gracias por dedicar su vida a darnos música como la que sonó anoche, aunque se le escape el tono y la letra.
Nuria de la Vega, que estaba a pie de escenario nos mandó estas palabras que creo que explican mejor lo que quiero decir.
“Anoche, casi al final del concierto de la gira de despedida de Los Suaves, reparé en un chica que había cerca de mi. La veía de vez en cuando, ocultándose tras su melena de rizos, secarse alguna que otra lágrima.
Yosi sacó una bandera que rezaba “Adios, adios”… Entonces ella no pudo reprimirse y volvió a llorar. La bandera fue arrojada hacia el público, así como baquetas y puas. No pudo cazar ninguno de esos tesoros al vuelo.
Pero ella le lanzó un dulce beso al aire, de despedida.
¿Cuántos momentos de la vida de esa chica habrá acompañado con la música de Los Suaves? Posiblemente momentos buenos, menos buenos, desengaños, rupturas, celebraciones…
Y es que a veces olvidamos lo importante que es la música en nuestras vidas, cómo volvemos a ese confortable reducto que son los recuerdos de antaño, amenizados siempre por esa canción especial.
Y esa, esa es la música que forma parte ya de la banda sonora de nuestras vidas.”
Con la excusa del concierto le he dado unas cuantas vueltas a “Adiós, Adiós”, al que no había prestado toda la atención debida hasta el momento. Vale que está muy por encima del estado de forma vocal que Yosi demuestra en directo, pero musicalmente y en cuanto a letras, tiene algunos momentos muy interesantes, como “Se Alza el Trueno”, que ha ido a parar directamente a mi colección de favoritos de la banda. Podría haber formado parte de San Francisco Express sin ningún problema.
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Puede que en las ciudades grandes la gente vaya sólo a los conciertos o estilos que le gustan mucho. Aquí no es así, la escasez nos obliga a ser eclécticos. Cuando hay algo de este tamaño que está medianamente interesante, te encuentras a todo el mundo. Supongo que a los bares de la zona les dio un buen empujón porque se respiraba ambiente de concierto grande.
Esta vez entrada en mano, nos arrimamos una vez más a La Lechera. La encargada de abrir el concierto era Viky Gastelo. Las primeras veces que la pinchamos en Noche de Rock aun se llamaba Viky Sánchez, y sus temas aparecían en un recopilatorio de Cadena 100 junto a gente como Milton o El Bareto del Vino. De ayer te hablo. Después de aquello ha vivido en Barcelona y Madrid, y ahora un poco a medias entre Madrid y Cantabria ha grabado su cuarto disco que lleva por título “Con el Viento de Cara”. La base sigue siendo la canción de autor, pero va bien arregladita por su banda. Un buen ejemplo para que te hagas a la idea es “La Calle es un Ring” que sirve como single y es un tema con un toque de americana muy interesante y una letra que refleja la situación de decadencia a todos los niveles que vive Torrelavega. Hizo un buen papel para abrir boca, y además se notó que hacía tiempo que no tocaba por aquí, porque tenía a las primeras filas entregadísimas.
Me acerqué a la barra a por una copa y el camarero se fijó en mi camiseta de Katatonia. Me preguntó si me gustaban Los Secretos; Claro. ¿Cómo no? Soy un niño de finales de los setenta con hermanos mayores, de cuando no había dinero para discos y la gente se ponía la radio. De cuando estan de moda canciones que decían cosas. Me gustan Los Secretos, y La Guardia, y El Norte, y Los Rebeldes y La Frontera. Si me apuras me gustan Hombres G. Mecano y Los Inhumanos. Esa es la música que primero escuché, mucho antes de la siempre cito cuando me preguntan.
Por un cumpleaños de mi hermana, en el año 96, me bajé a Discogram y le regalé un recopilatorio de Grandes Éxitos de Los Secretos. Cuando me mudé de casa el recopilatorio se vino conmigo porque ella ya no le hacía caso. Algunos días cuando estoy demasiado triste como para escuchar a My Dying Bride, me lo pongo.
Se que tienen cuatro discos posteriores a la muerte de Enrique, pero la verdad es que nunca he hecho mucho caso a esta nueva etapa. Lo que ayer nos mostraron en directo fue en gran medida catálogo clásico. Era lo que la gente quería y es lo que ofrecieron. El sonido fue impecable, la dinámica del concierto bastante pausada, con momentos álgidos cuando tiraron de las cartas maestras: “Ojos de Gata”, “Por El Boulevard de los Sueños Rotos”, “La Calle del Olvido”, “Agárrate a mi María” o “Déjame”. Eché muy en falta “Quiero Beber Hasta Perder el Control”, no entiendo muy bien como la dejaron fuera.
Al entrar al recinto estuve hablando un rato con Jhonny Gonzalez, que ya ha regresado de su periplo venezolano. Me decía que esta noche iba a romper una larga maldición con M Clan ya aunque siempre les había seguido nunca les había visto en directo. Mi historia es bastante similar: Les vi en el Molinón junto a Gun y Bon Jovi en la gira del These Days. Siempre me gustaron, me disgusté como todos los fans cuando se marchó Campillo, pero nunca me enfadé lo suficiente como dejar de escucharles. Me desenganché un poco con lo de La Sopa Fria, pero luego me fueron volviendo a ganar de manera paulatina. Acabo de contarlos y tengo seis discos suyos originales en la estantería… y sin embargo, en todo este tiempo nunca había vuelto a verles en directo. Han venido en algunas ocasiones, pero por unos motivos u otros nunca había podido ser. Han ido pasando los años, casi veinte, joder, y ayer nos reencontramos, cara a cara Tarque y yo.
Aquel concierto del 96 fue cojonudo. M Clan eran adrenalina pura sobre el escenario. Un torbellino de Rock and Roll como nunca había visto. Este de 2015 también lo ha sido, una banda sobria y madura, que controla a la perfección las dinámicas del rock y el soul, que sube y baja el ánimo del público a su merced. Que tiene un repertorio tan amplio que puede desechar éxitos a paladas y seguir construyendo una velada memorable. Que puede hacer equilibrios entre un tema propio y una versión de los Who dejándonos a todxs ojipláticos.
La sensación general es que estas tres noches han sentado un precedente en Torrelavega y todo el mundo espera que se pueda repetir en años venideros. Con algún evento masivo de este tipo, y la libertad que se está dando últimamente a los garitos pequeños para programar cosas más independientes creo que es más que suficiente para que las fiestas se conviertan en unos años en algo mucho más interesante de lo que venían siendo en el pasado.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por El Rey Lagartón, Rock en la Feria, Lilian, Oskar Sánchez.