Los festivales de este año están siendo muy especiales, porque al entusiasmo que siempre provoca la música en directo se le está sumando la indescriptible alegría de recuperar lo tuyo, tu forma de vida, las relaciones reales de quienes nos vemos las caras y sudamos juntos en los conciertos. Más aun cuando las citas son ya clásicas y sabes que están sacadas a empujones por gente de verdad, que lucha por hacer de sus pueblos algo más que un dormitorio para turistas. Con todas las trabas y dificultades Rockablanca levanta la cabeza una vez más y demuestra que con empeño se puede.
El auditorio del Espadañal es un lugar espectacular, y muy bien acondicionado para recibir eventos de aforo medio. Como todos los que tenemos en Cantabria está muy infrautilizado, así que desde nuestro punto de vista el ayunta de Suances debería hacer reverencias a los valientes que se animan a darle uso por su cuenta y riesgo. A lo mejor Suances puede vivir sólo de sus playas, pero sin duda se convierte en un lugar mucho mejor cuando hay música sobre las tablas.
Primera oportunidad para ver a AMIA sobre el escenario, la banda era debutante aunque sus músicos no. De un lado Cesar y Raúl, guitarra y batería, viejos conocidos y perfectamente engresados por sus años juntos en Marlenne, del otro lado Nacho, que ha estado principalmente como bajista en Coverage y aquí también se encarga de las voces. El resultado es un rock metal muy potente, con riffs panterianos (como la camiseta de Raúl dejaba claro) y cierto aire noventero. En algunas partes muy directos y en otras algo más enrevesados. Nos dejaron con la primera píldora para despertar curiosidad y seguirles la pista. Están grabando un primer disco con Chus Gancedo, así que pronto podremos saciarla y tener más claras sus canciones para disfrutar mejor de su directo. ¡Buen primer paso!.
A SEZ NAUS la pandemia les dio una buena hostia. Con su retales Zero recién presentado y en un momento en el que tenían buena fibra musculosa de directo. Tras el obligatorio parón están volviendo a reiniciar la maquinaria. Es una banda que lleva mucho recorrido juntos y se les nota la complicidad que sólo se alcanza con los años. También han conseguido lo más difícil, tener un buen puñado de temas reconocibles que la gente que les conoce corea, como Lima, Porno Nuclear, El Mismo Error, Sandy Hook, Marionetas o Sol… Como jugaban en casa y tenían ganas de fiesta fueron a por todas utilizando buenas dosis de pirotecnia y fuego en el escenario. No es secreto que Hamlet se cuentan entre sus mayores influencias, así que supongo que volver a compartir escenario con ellos era también una ocasión muy especial para la banda.
Con la cerveza comenzando a hacer su labor, ya más oscuro y más deshinibidos comenzamos nuestro viaje al pasado con un concierto directamente dirigido al sistema límbico. Tras unos cuantos acústicos forzados por la situación sanitaria, se sacaron de la manga este Revolu-Insomnio que celebra el cuarto de siglo de los álbumes que les convirtieron en inmortales, discos que coinciden precisamente con el inicio de este programa de radio y canciones que llevamos tatuadas una a una en nuestra médula espinal. Me decía un amigo que parecía increíble poderlas cantar enteras cuando hacía años que no se las pinchaba en casa. Ahí están, unidas a lo que somos. HAMLET tienen un directo absolutamente implacable, han pasado por mil etapas y nunca han hecho prisioneros. Sólo puedo decir que llegamos a tener lágrimas en los ojos ante el peso de los años y los recuerdos. Memorable, otra vez… y no se ni cuantas van, creo que cerca de diez.
Si Hamlet nos dejaron en la pista de despegue el concierto de EMBOQUE ya fue pleno vuelo en el momento de exaltación de la amistad. Emboque nos han vuelto a golpear con un disco tremendo y sin que nos hayamos dado cuenta ya tenemos cinco o seis de los nuevos temas en la lista de clásicos impepinables. Emboque no fallan y aunque la premura de la absurda restricción de última hora que hizo que todo tuviese que terminar de manera apresurada a la una de la mañana, nos dejó sin algunos de los temas, la ración fue más que suficiente para que nos fuésemos felices, contentos y exultantes a la pinchada que Victor Propaganda y Link nos tenían preparada en el Boss. Metal dosmilero hasta altas horas de la madrugada en un ambiente tan chulo como hacía años que no vivíamos, el broche perfecto para una noche memorable.
Gracias Rockablanca.
Texto y vídeos: Óskar Sánchez.
Fotos: Sonia Toledano.