THE LAST WALL: Paula Gonzalez nos hace de corresponsal en París y nos cuenta el final de gira del muro de Roger Waters. Un concierto histórico que traemos, por supuesto a la portada del Daily Bugle de Noche de Rock.
Las 100.000 personas reunidas el 21 de septiembre de 2013 en el Stade de France nunca podremos olvidar el espectacular concierto que puso punto y final a The Wall. 30 años después Roger Waters nos cuenta de nuevo la historia del pequeño Pink, cuyo mensaje sigue plenamente vigente, con los últimos medios audiovisuales.
Nos perdimos la gira del 2011 cuando Roger Waters vino a España, de manera que cuando vimos que repetía gira europea en 2013 no lo dudamos. Aunque no viniese a España. Debido a la alta demanda de entradas para esta nueva gira, allá por noviembre rogerwaters.com abrió una preselección de ciudades, un sorteo ‘preventa’ para posteriormente, en caso de ser seleccionado, pasar a la compra. Nuestras opciones fueron Londres y París. Fue París. Lo que no sabíamos era que iba a ser el último concierto de la última gira. Un lujazo.
Larga fue la espera para poder entrar en el gigantesco Stade de France. El concierto empezaba a las 20.00 y llegamos a las 16.00 lo que nos permitió entrar de los primeros y coger un buen sitio en el ‘pit’.
Un impresionante muro blanco de unos 10 metros de alto, que sólo dejaba al descubierto el escenario, nos esperaba imponente. El concierto arrancó con unos 45 minutos de retraso, pero la salida apoteósica de In The Flesh? bien mereció la espera. Un avión ‘Stuka’ atravesó el estadio en picado para estrellarse en el muro.
El muro hacía las veces de una gran pantalla de cine sobre la que se proyectaban las increíbles animaciones de la película de Alan Parker del ’82-originalmente creadas por Gerald Scarfe-, otras más modernas y algunos montajes fotográficos, algunos de ellos muy impactantes con imágenes de conflictos bélicos. En Another brick in the Wall pudimos ver al muñeco hinchable, sátira del profesor, y a un coro infantil entonando el himno WE DON’T NEED NO EDUCATION.
A continuación añadieron, con respecto al setlist original, una balada dedicada a Jean Charles de Menezes, electricista brasileño asesinado en 2005 por la policía en Londres al ser confundido con un terrorista islamista. Mientras, podíamos ver su foto en el muro. Un momento muy emotivo.
Los ladrillos que representaban los traumas de Pink se acumulaban tapando poco a poco el escenario. Con Goodbye Cruel World se cerraba por completo dando lugar al descanso. Durante este tiempo se proyectaron fotos y fichas de personas fallecidas en guerras enviadas por sus seres queridos a modo de homenaje. Una petición que se realizó desde su web y que se puede ver en la sección ‘Fallen loved ones’.
La segunda parte empezaba con todos los músicos tocando detrás de un muro completamente cerrado. Roger y algún otro músico iban saliendo de vez en cuando abriendo y cerrando de nuevo pequeños fragmentos del muro. De esta forma, las proyecciones sobre el muro ganaban aún más protagonismo. En Comfortably Numb, el guitarrista Dave Kilminster, que clavaba a Gilmour, tocaba los solos en lo alto del muro. Para mí uno de los mejores momentos del concierto.
También fue impactante In The Flesh que recreó a la perfección una atmósfera fascista, con los míticos martillos como insignia, incluso el público se animó a hacer su saludo particular, cruzando los brazos en alto, al igual que en la película.
Tras The Trial la mole del muro se derrumbaba y todos los músicos en hilera nos tocaron la última Outside The Wall.
La calidad del sonido fue inmejorable, el volumen era perfecto, sin molestar en ningún momento. En ocasiones abrumaba pero a la vez permitía apreciar todos los detalles. La ejecución de los músicos fue simplemente perfecta. La banda, que fue la misma que acompañó a Waters desde el comienzo de la gira, contó entre otros con Robbie Wyckoff haciendo las voces de Gilmour, Dave Kilminster como guitarra principal, el guitarrista Snowy White, el multiinstrumentista Jon Carin, el hijo de Roger Waters, Harry Waters como teclista, y por supuesto el propio Waters, que pese a sus 70 años, sigue estando en plena forma tanto vocalmente como al bajo.
Antes de irse un Roger Waters visiblemente emocionado se despedía del público junto al resto de su banda diciendo que este había sido el último concierto de esta gira y el último concierto de The Wall que haría. THE LAST WALL.
Crónica por Paula Gonzalez, fotos por Paula Gonzalez.