El pasado 29 de noviembre, los fans del rock de corte setentero teníamos una cita ineludible en el Rock Beer the New. Desde Barcelona, llegaban Saturna para iniciar el ritual. Admito que yo iba totalmente en blanco, sin haber escuchado nada de ellos. La sorpresa fue tremenda en todos los sentidos.
No solo las canciones son sobresalientes a nivel compositivo, si no que en vivo la performance está tan bien ejecutada que te transporta a esa época de finales de los 70 cuando el rock progresivo había alcanzado su plenitud. Los tintes blueseros de la voz de James Vieco armonizaban a la perfección con los coros del recientemente incorporado guitarrista Max Eriksson. Destacable también la actuación del resto de la banda, con un bajo Rickenbacker que enamoraba.
El resultado fue un bolo impecable, potente y que, a juzgar por las caras y vítores de los allí presentes, dejó al público encandilado. Ojalá podamos verles más veces por el norte.
Llegaba el turno de los hechiceros bilbaínos, que ya son unos viejos conocidos por estas tierras. De hecho, era mi sexta vez viéndoles. Como siempre, The Wizards supieron crear un ambiente tan oscuro como mágico, con un Ian Mason totalmente entregado con el público. Hicieron hincapié en su último disco, “The Exit Garden”, lanzado este mismo año, aunque también repasaron temas del “Full Moon In Scorpio” (2017) como ” “Who are you, Mr. Gurdjieff”, “Calliope”, o la mítica “Stardust”, durante la cuál los asistentes nos volvimos locos a corear, dirigidos por Sir Mason, que además nos hizo sentar en el suelo como si fuésemos los discípulos de algún extraño culto. The Wizards en estado puro.
Como contrapunto, me dio la sensación al inicio del concierto que el nivel de energía era más bajo respecto a sus conciertos de hace años. Pero esto es solo una apreciación personal, tal vez debido a que el último disco lo tenía escuchado muy por encima y me costó enganchar con las nuevas canciones. Pero, repasando de nuevo el álbum en casa, me parecieron unos temazos increíbles muy bien trabajados. En cualquier caso, The Wizards jamás defraudan, y de nuevo nos dieron una auténtica lección de heavy/doom setentero, onírico y oscuro a partes iguales.
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Texto: Lía Sánchez
Fotografías: Maya C. Cañestro