En tierra de Cántabros, cercano a Portus Victoriae, existe un lugar de culto, una pequeña ermita llamada La Tribu, donde una ferviente devoción se adueña de aquellos que allí se reúnen. Tienen todos una fé común en una forma de comunicación con los dioses a través de la música. Gracias a la entrega y dedicación del líder espiritual; (el maestro pastor Fran) y algunos otros miembros que suman su esfuerzo a la misión; como los inmortalizadores pictóricos; (el testigo Txen y la atalaya Maya) entre otros, ese lugar se ha convertido en parada voluntaria y demandada por un gran número de peregrinos de todas las partes del mundo, para compartir su testimonio musical, sobre su particular forma de vivir esta fe.
Regocijo para almas errantes, sin templos donde manifestar su devoción, es descubrir este lugar, como regocijo fue para mí, el acudir unas lunas atrás, a dar la bienvenida a hermanos de tierras al norte de Hispania, del reino de Burdeos, Side Winder se hacen llamar. Agradecidos por el trato de las gentes de esta tierra para con ellos, realizaron una ofrenda de un gran número de composiciones propias, fruto de sus vivencias e inquietudes particulares, más la influencia de los padres espirituales, tanto suyos como nuestros, predominando la de las iglesias germánica y anglosajona.
Pudimos saber que todos individualmente sintieron la llamada desde muy temprana edad, pero que fue a principios de los años 90 cuando comenzó la estirpe de los Side Winder. También pudimos recoger por sus palabras, sobre la satisfacción que habían experimentado en ese día, al sentir la plena conexión en la ejecución de sus composiciones musicales, con el más recientemente incorporado, el hermano percusionista Chris. Y ya por cuenta mía, pues su humildad omitió hacer alarde de ello, quiero hacer mención a unos hechos que hablan de su talla como mensajeros de la hermandad del rock. Es el hecho de haber compartido altares con importantes predicadores como Blaspheme, que ya por los años 80 lideraban la iglesia franca… O con el profeta UDO el germano, o con los apóstoles Primal Fear. Y seguramente algo que habrá marcado sus vidas, es el haber tenido el honor y privilegio, de haber sido invitados a orar con el sumo sacerdote Uli Jon Roth en templos franceses e hispanos .
La celebración se desarrollo al más puro estilo nuestro, arrancando fuerte y ortodoxo, para poco a poco ir incrementando la intensidad y conexión tanto entre ellos como con sus atentos oyentes, hasta llegar a una especie de trance por parte de nuestro líder Fran, que le llevo a subir al altar y guitarra sagrada en mano, quemar su incienso sonoro en ofrenda a los dioses, alzado como el líder que es, a hombros de otros fieles, hecho este que nosotros comprendemos, pero otros verían como sacrílego o demencial. Terminada la celebración, dejaron como recuerdo algunas prendas con grabados hechos por los artesanos de su reino y unas estelas mágicas, que guardan misteriosamente la música en su interior y que de romper el pacto sagrado, permanecerán eternamente en su interior, según me contó un anciano mago. Se puede deducir pues por lo visto y escuchado, que teniendo una buena conexión espiritual entre ellos, más unas ricas y elaboradas composiciones musicales, unido a la notable ejecución de las mismas, Side Winder reúne los dones necesarios para ser dignos mensajeros de la doctrina del Rock.
Que los dioses sigan favoreciendo el tránsito de músicos y melómanos peregrinos por nuestros templos, y que sigan aportándonos la sabiduría, la fuerza y el tesón para mantener vivo el espíritu que nos une.
Crónica: J. J. Rock.
Fotos: T&M Fotografía .