“Salvados por la música”, es la frase o eslogan con la que podríamos resumir el Sonorama Day 2024, un festival organizado por la gente de Sonorama Ribera, donde el indie, el pop, rock, y la música alternativa llenan las calles y escenarios de Aranda de Duero durante cuatro días. Y este año nos han regalado un día más, esta vez en Santander.
Un escenario en principio idílico como es la Virgen del Mar (una campa junto a un acantilado de roca con unas vistas increíbles, una playa cerca, el atardecer de fondo mientras tocan tus grupos favoritos…) puede convertirse en un caos si las condiciones meteorológicas no acompañan. Y en Cantabria eso es algo probable, por muy Agosto que sea. Y cuando hay viento y llueve, estar sobre un acantilado junto al mar no es la mejor idea, eso lo tenemos más que comprobado por estas tierras del norte. Pero ahí estaba la música, dispuesta a rescatarnos una vez más.
Abría el festival Álex Tyché. Se suele decir que los cabezas de cartel del futuro, son los grupos locales del presente. Todo un acierto de la organización incluir no uno, sino dos artistas de la casa en el cartel, ya que luego le tocaría el turno a Leona.
Tardó en comenzar la actuación de Alex Tyché debido a problemas técnicos provocados por la lluvia y el viento por seguridad, lo que trastocaría un poco el set-list de todos los grupos. Una faena, pero ahí salió el artista santanderino a mostrarnos sus composiciones, que van desde el R&B y el funk hasta el indie rock, bien arropado por sus músicos de sesión donde me hizo especial ilusión reconocer a Carlos, el bajista, miembro de Soulbane, uno de mis grupos regionales favoritos y que habíamos visto unos días antes echar abajo el Rincón Cubano durante las fiestas de Torrelavega. Buen acierto de la organización la elección.
Como también lo fueron Leona, un grupo que cada vez se va haciendo más hueco entre los escenarios cántabros, y que pronto seguro entre los de más allá. Indie-rock enérgico y pegadizo, donde Esther volvía a cargarse el escenario a sus espaldas para hacernos terminar de calentar. Una pena la lluvia, que hizo que mucha gente esperase a la hora de los “platos fuertes” para entrar y se perdiese a estas dos apuestas locales.
Eso es lo que provocó que a las 20:00, hora programada para la actuación de Kasabian, las colas para entrar al reciento fuesen considerables, y muchos se perdiesen la salida al escenario de los de Leicestershire. Con una lona de fondo, con la portada de su último disco “Happenings” salían los de Sergio Pizzorno a presentarlo y a hacer un repaso de su set-list más clásico con temazos como “L.S.F”, “Club Foot” o “Shoot the Runner”. Si a un cántabro no le asusta la lluvia, a un británico tampoco, y a Pizzorno no le importó cerrar el concierto bajando entre el público a cantar, saltar y bailar como uno más justo cuando más llovía, cerrando así la actuación de los ingleses.
Aroma británico tendría también el siguiente grupo, los míticos Placebo. Pocas presentaciones hacen falta. Si a mi yo adolescente, pegado a la MTV y absorbiendo rock/metal alternativo todas las tardes, le dices que va a ver a Placebo al cabo de veinte años al lado de casa alucinaría en colores. Y así fue como nos quedamos absortos con su actuación. Obviamente el tiempo ha pasado, y esas guitarras sucias y esa distorsión han ido dando paso a sintetizadores y ritmos más poperos, pero siguen siendo Placebo, y teniendo uno de los sonidos más personales del mundo.
Un mensaje antes del concierto nos pedía por favor no grabar el concierto, no por temas de copyright ni nada por el estilo, sino por crear un ambiente más intimo y de conexión entre grupo y fans, y no romperla haciendo que veas más la pantalla del teléfono del de delante que el escenario. Y salvo alguna foto rápida de recuerdo, la gente lo respetó bastante bien, haciendo su actuación más old-school si cabe. Gracias Placebo.
Me faltaron muchos de sus temas más clásicos, pero entre que siguen tirando de presentación de su último disco “Never let me go” y que tuvieron que recortar el set-list por el retraso acumulado del festival, así de corto se nos hizo. Habrá que volver a verles cuando toquen cerca.
Y para cerrar el festival, uno de los grupos que más está dando que hablar últimamente: Arde Bogotá. Y es que no hay festival este año donde no estén los cartageneros. La progresión de este grupo ha sido abismal, y el tiempo dirá si es sólo fruto de una moda o consiguen mantenerse entre los grupos de letras grandes de los carteles.
La última vez que los vi fue en el Torrelavega Soundcity hace dos años, y el crecimiento en popularidad ha ido de la mano con el crecimiento del grupo sobre el escenario, donde cada vez se les ve más sueltos. Rock directo, pegadizo y de fácil absorción es su fórmula, con temas como “Que vida tan dura”, “Cowboys de la A3” o “Escorpio y sagitario” fueron saliendo de la garganta de Antonio, y dejando momentos más intimistas con “La salvación” o “Exoplaneta” hasta cerrar con “Perros”. Te pueden gustar o no, pero seguro que no te vas a aburrir en sus conciertos.
Para los más valientes, la actuación de DJ Nano ponía el fin de fiesta de esta primera edición de un festival que ya tiene confirmada fecha para justo dentro de un año.
Una primera edición donde como dijimos, los artistas salvaron un festival, donde aparte de las condiciones meteorológicas (en las que obviamente la organización no tiene elección) multiplicadas por la ubicación del festival (aquí quizá sí), las críticas fueron la tónica habitual entre los asistentes por las largas colas, los pocos baños (en especial los de chicas), el precio de las bebidas y comida, la escasez tanto de parking como de transporte público (inexistente a la conclusión del festival) y el pobre sonido para un cartel de este calibre. Las de todos los festivales vamos… pero ahí seguimos, tragando e inflando la burbuja, aunque como todas las burbujas acaban pinchando y explotando, y cada vez más gente se está dando cuenta de eso, y el tratar a la gente como ganado, quizá tenga un fin más próximo del que parece. El libro “Macrofestivales” de Nando Cruz te lo cuenta muy bien explicado.
Texto: Dave
Fotos: El Rey Lagartón