Desde que volvieron los conciertos en el mes de Junio del año pasado hemos acudido a un par de decenas, (sí, lo llevo apuntado) de hecho y paradójicamente 2021 es de largo el año en el que Noche de Rock ha organizado más cosas. Así que desde un lado u otro de la barrera, en las salas de conciertos, en la calle, o en los teatros hemos aprendido a seguir viviendo a pesar de las restricciones. Alguna gente sigue sorprendida con el cortarrollos de las mascarillas y no poder moverte del sitio, el truco, como siempre es no parar a pensarlo, de hecho, os puedo decir que en lo vivido este fin de semana se han visto algunos síntomas de reapertura y vuelta a la normalidad que nos han dado muchas esperanzas. O esto se acaba, o no se acaba, pero parece que la gente se está decidiendo a no sacrificar la música en directo, mientras tanto.
Segundo día: la Solera y las Mms nos recuerdan el tiempo prepandemia, la calle está animada, se respira concierto. Dr. Farfisa nos parecen ideales para abrir boca, su música descriptiva nos invita a viajar, nos lleva al espacio, a una película de espías, a un funeral. Un amigo me preguntó antes de que rollo iban y se me ocurrió decirle que tenían un poco de surf, un poco de Mastretta, un poco de Morricone, un poco de Pekenikes y otro poco de cuando Manta Ray se ponían instrumentales. No se si le aclaré algo, pero a mi me evocan todas esas cosas y más.
El teclado es protagonista, pero los ambientes conseguidos a base de guitarras limpias y la musicalidad de las baterías elevan la música de Farfisa muy por encima de las composiciones en solitario (que tuvimos la suerte de escuchar en maqueta en su momento). Su último y primer EP me parece una joya, y son un grupo que funcionaría igual en una sala de exposiciones que en un bar cargado de humo, por desgracia aun no he podido verles en esta segunda situación (y además está prohibido fumar dentro), pero no dejo de imaginármelo.
Llevo más de 25 años escuchando a Sex Museum, tengo unos cinco o seis discos suyos en casa. Les he ido haciendo caso de manera discontinua durante este tiempo, me enganché bastante a la altura del Speedkings, les retomé con insistencia cuando sacaron el recopilatorio aquel de 15 canciones que no fueron un éxito, me moló mucho el Big City Lies, el resto a ratos… Si me preguntasen cual es mi canción favorita de Sex Museum probablemente no sabría contestar, me les pongo en casa y me parece que están muy guay, pero no lo hago con mucha frecuencia… y sin embargo, cada vez que les veo en directo FLI-PO.
Es una sensación que va increscendo con el paso de los años, y ha pasado de “Joder, pues están muy bien”, al hype de días antes sabiendo que vas a ver algo muy gordo. En el último Vidiago nos pasaron por encima y su vuelta ayer a los escenarios fue como cerrar el círculo. Un año sin tocar es mucho tiempo, se les notaba algo nerviosos pero exultantes, sorprendentemente charlatanes (siempre que les he visto visto han sido tema tras tema y poca conversación, sin embargo ayer parecían tener necesidad de contarnos lo contentos que estaban). Poco a poco se fueron reacomodando al escenario, y el bolo fue creciendo y creciendo hasta convertirse en un gigante. Hubo momentos de tanta intensidad que por primera vez en muchos meses estuvimos absolutamente fuera de la pandemia, de pies a cabeza dentro de un concierto de Rock and Roll.
Su sonido parece a primer vistazo heredero de los setenta, pero en la coctelera hay muchos más elementos que se van definiendo según vas adentrándote en el universo de la banda. Hay momentos en los que mandan las secuencias, tienen una influencia de la onda siniestra que en ocasiones destapan, hay rock a mansalva, brutalidad de globo de teclados y fuzz, amartillante base rítmica, senderos psicotrópicos con destino explosivo. No se, nos ha estallado la puta cabeza, os diría que es uno de esos conciertos en los que entras siendo un curioso y sales siendo un fan, pero tampoco es cierto, en realidad ha sido un empujón más en nuestro paulatino enamoramiento con esta banda, a la que me he levantado prometiendo que escucharé con más insistencia. Llevo años sabiendo que son de lo mejor que tenemos en el estado, y como ellos mismos dicen, no hace falta un éxito masivo para ser feliz, si no poder continuar en la carretera.
Texto y vídeos: Óskar Sánchez.
Fotos: T&M Photo.