SOLO PARA ADICTOS: Vai ha vuelto a visitarnos. Nuestro forero Miki ha estado allí para contaroslo, hemos cogido también una foto de la web Salamanca fiesta, si quieres ver más podrás encontrarlas visitando su web en el link que tienes en la parte inferior de esta crónica.
La Riviera, en Madrid, ha sido el local elegido por Steve Vai y los suyos para ofrecer su show en la capital española, el pasado Sábado 5 de Noviembre.
Con mucha puntualidad salió al escenario Eric Sardinas, un guitarrista hasta ese momento desconocido para mi. La formación era de trío, y su estilo puro y duro blues-rock, bastante cañero.
Sardinas es un guitarrista muy expresivo, de estos que no suele mirar al mástil y se dedica a disfrutar (a juzgar por sus gestos y espasmos) de sus propios solos.
Utilizó durante todo el concierto un resonador, tocado con slide y varias púas (como en un banjo). Su estilo, agresivo y muy curioso, una mezcla de country, Jimi Hendrix en lo “ruidoso y sucio” y Stevie Ray Vaughan en algunas frases.
Había leído de él que ofrece buenos shows pero que tal vez se haga repetitivo. Tal vez es cierto, con cuatro temas creo que vimos todo lo que el guitarrista tiene que ofrecer, que es bastante, pero los ruidos continuos de la distorsión con slide y su peculiar forma de atacar la guitarra fueron bastante similares en todos los temas.
Su banda me pareció bastante floja, por cierto. Especialmente el baterista, que hizo un solo que particularmente yo no hubiera hecho de estar en su pellejo.
Tras él, el ansiado momento. Steve Vai sale a escena acompañado de Billy Sheehan al bajo, y Tony Macalpine a la guitarra. Además de estos, un excepcional baterista Jeremy Colson y otro guitarra de apoyo, un apadrinado por Vai: Dave Weiner .
La formación ofreció un show de tres horas en el que hubo de todo:
Se presentaron algunos temas del último trabajo de Vai, “Real Illusions”, un tanto extraños para mi gusto.
Todos y cada uno de los miembros de la banda , tuvieron su momento para su solo:
-Tony Macalpine: a parte de algunas concesiones por parte de Vai a la guitarra durante el concierto, se quedó solo para hacer un IMPRESIONANTE alarde de dominio de los teclados. Empezó con un tema clásico de estos de poner la piel de gallina, derrochando notas y melancolía, para pasar a hacer una auténtica demo en plan Vitalij Kuprij.
-Billy Sheehan: demasiado. Nunca he visto a un bajista dar tantas pulsaciones. En su sólo, hizo auténtico shred de bajo, una auténtica locura. Sencillamente cuesta imaginar como se puede tocar así de rápido este instrumento.
-Dave Weiner: tras un pasaje acústico bonito, sin más, el jefe le dejó ser el solista de un tema durante aproximadamente minuto y medio. Mucho gusto, buena técnica, pero limitado, que es pupilo de su maestro y no se le puede dejar en mal lugar (tampoco lo hubiese hecho de todos modos…).
-Jeremy Colson (baterista): el tatuado baterista mercenario nos deleitó contínuamente. No sólo durante su espectacular solo, sino durante todo el concierto, incluídos un par de temas donde tomó los mandos de un set de percusión y nos dejó a todos con la boca abierta.
Pero el concierto no fueron ni mucho menos los solos. Los temazos como “The audience is listening”, “Liberty”, “The crying machine?” etc, etc si iban sucediendo.
Vai como siempre, es un auténtico showman. Muy divertido en sus comentarios (se escucharon muchos chistes y bromas), excéntrico en su vestimenta (llevó un casco con luces entre otros complementos) y sobre todo SOBRENATURAL en su forma de tocar.
Tras muchos minutos de concierto, llegó una nueva parte del concierto: la acústica. Particularmente me pareció que el concierto se empezaba a hacer largo introduciendo esta etapa. Por muy Vai que fueran, algunas baladas que sonaron, y otros temas extraños acompañados de sitar, que en cualquier otro momento hubiesen hecho mis delicias, le restaban dinamismo al concierto y bienestar a mi espalda.
Pero aún quedaba más, más canciones de Vai, una jam final con Eric Sardinas interpretando “My guitar wants to kill your mamma” y para el final….”FOR THE LOVE OF GOD”, el auténtico temazo por los siglos de los siglos.
Siendo sinceros, este concierto está más bien pensado para auténticos adictos a las 6 (ó 7) cuerdas. Yo recomendé a un par de amigos que me acompañaron a Madrid que entrasen, porque “te gustase o no” merecía la pena. Pero supongo que 4 horas de alardes de poder virtuoso no las aguanta cualquiera.
A mi siendo sincero se me hizo largo, me sacié por completo, y hubiese preferido una hora menos de concierto, o quizá otro concepto o tal vez no llevar telonero si vas a tocar tres horas.
En cualquier caso lo que allí se presenció lógicamente no se ve todos los días. Los músicos se ganaron bien el dinero de la entrada, por saber lo que saben, tocar como tocan, y trabajar como lo hicieron.
Por cierto, VAI ES DIOS.
Crónica por Miki, fotos por Salamanca Fiesta.