Noche Retro: El pasado Viernes 1 de Junio Santanta 27 acogió un mini-festival interesante y variopinto, al que se acercaron muchos de los visitantes de esta página. Miki y Cuca Rachita hicieron las veces de corresponsales para todos vosotros.
Una noche de hardcore, metal y punk combinado de distintas maneras estaba a punto de comenzar…
Para quien no haya estado, comentar que el recinto está bastante bien. Tiene casi todos los elementos deseables: un gran tamaño, un escenario potente y un sonido (al menos este día) correcto, si bien me da la sensación de que la Jam “suena” mejor…
Los primeros de la noche fueron GOLERS. La verdad, no pude escuchar más que tres temas desde el exterior de la sala, porque aún no tenía mi entrada. No soy experto en tralla, así que no les puedo etiquetar. Parecían bastante duros y al menos desde fuera, sonó técnico. Pero no puedo decir mucho más. Me hubiese gustado poder verlos porque tenían buena pinta.
Tras ellos aparecieron DAIGLO ABORTIONS, un cuarteto de Punk bastante clásico. No me llamaron mucho la atención por el estilo que practican, aunque supongo que los aficionados al género disfrutaron de la labor del vocalista (un auténtico frontman punk con sus bailoteos, sifonazos de cerveza, etc).
THE ACCUSED es una banda mítica que data de 1.983 aproximadamente. A mi me sonaron a una mezcla peculiar de punk, crust y otros elementos oscuros.
Su directo fue bastante enérgico, con un cantante reforzado por “vaya usted a saber qué aditivos”. Nuevamente el estilo tampoco me hizo disfrutar del todo, aunque reconozco que tuvieron momentos bastante brillantes, especialmente a cargo del baterista.
Tras ellos salieron a escena ILL NIÑO. Para mi era la cuarta vez, y he de confesar que siempre los he visto ir a más. Su anterior directo en la Jam de Bergara (con un sonido practicamente perfecto al menos desde mi posición) había dejado el listón muy alto y…
…esta vez no pudieron superarlo. Ellos lo hicieron como siempre, pero el sonido no les acompañó. Sin embargo su show quizá fue algo más movido que otras veces, por lo que visualmente fue un buen espectáculo.
Sonaron muchos temas clásicos de la banda (“I am loco”, “If you still hate me”, “God save us”, “How Can I live”…), así como alguno de su tercer disco (“This is war”) y presentaron un tema nuevo que estará incluído en su cuarto trabajo, ya fuera del sello Roadrunner.
Cuatro veces los he visto en el País Vasco, y cuatro veces su vocaslita Christian Castro se ha atrevido a hablar de temas políticos sin tener la más remota idea de lo que supone para el 99,99% de los españoles, por eso no lo tendré en cuenta, pero es como para mosquearse…
Acabada su actuación, el plato fuerte de la noche estaba por llegar. Con mucho, mucho retraso (a excepción de la batería tenían todo el equipo por montar), salieron a escena SUICIDAL TENDENCIES.
Con la introducción grabada de “You can’t bring me down” comenzó su concierto y, joder, desde los primeros segundos aquello fue un goce indescriptible. Fue pronunciar el “What the hell is going on around here” que antecede el comienzo cañero de la canción y ya se lio…
Comenzaron los moshes salvajes de la gente, el pit (respetuoso con los demás sin patadas al aire ni cosas raras de esas que se llevan ahora), las carreras de lado a lado del escenario a cargo de Mike Muir, etc, etc.
Nunca los había visto en directo y he de decir que no me imaginaba algo tan brutal. La combinación de “arquetipos de hardcore” con esa técnica instrumental, especialmente del bajista y guitarrista solista, es algo que nunca había visto en directo, y que creo tardaré mucho tiempo en ver (si coincide) en otro grupo.
Imagina a un “mini Marcus Miller” de 22 años tocando caña, pues algo asi. Siempre es grato ver a un tío técnico haciendo caña porque lo disfrutas el doble.
El concierto en general fue un tributo a los nostálgicos, tocando muchos desus temas bandera (“you can’t bring me down”, “War inside my head”, “Send me your money”, “lovely”, “I saw your mommy”, “possessed to skate”, “How Will I laugh tomorrow”…).
La actitud de los músicos en el escenario fue impecable. Estaban disfrutando tanto o más que su entregadísimo público. Se divirtieron, hablaron con el público, ofrecieron sus sonrisas constantemente, repartieron sus púas , e incluso se quedaron sin botellines de agua para satisfacer la demanda de líquido de las primeras flias.
Tema tras tema nos dejaron alucinados. Yo personalmente no he vivido esa época, pero disfruté también viendo a gente que lleva muchos años gozando con Suicidal, y supongo, que evocaron muchos momentos de sus vidas, cuando escuchaban aquellos temas en vinilo o en el mítico “caseto”, con los colegas en el barrio. En ese sentido, este concierto ha tenido ese componente adicional de “máquina del tiempo” que nos ha encantado a todos.
Por si nuestra diversión fuese poca, al final del concierto, antes de “Pledge your allegiance”, el grupo nos invitó a subir. La fiesta no pudo ser mayor. Los habitantes de la primera fila, entre los que nos encontrábamos una “amplia” representación santanderina, no lo pensamos dos veces.
Tras un fallido intento por ayudar a TT Boy a subir al escenario (por el par de gramos que pesa), me subí con el resto de la gente. Aquello fue un caos al principio, y los músicos tenían cierta cara de tensión viendo como peligraban sus amplis. Incluso Mike Muir casi cae encima de la batería cuando los fans intentaron levantarlo. Pero bueno, cantamos con ellos, bailamos con ellos y flipamos con ellos encima del escenario.
Un detalle más de la banda con su público, por su hubiesen sido pocos hasta el momento. Terminado su tremendo directo, tuvieron de nuevo otra deferencia con los asistentes, saliendo a charlar, firmar y hacerse fotos con los aficionados. Hay a quien esto le dice muy poco, pero a mi me parece un detalle por su parte, y un grato recuerdo. Resumiendo: uno de esos conciertos de los de UNO ENTRE UN MILLÓN.
El bajista le comentó a una de nuestras foreras que estarán de nuevo en el País Vasco (esta vez en la Jam) en Noviembre. Pide vacaciones, escápate del trabajo o deja a los niños con la suegra pero, TIENES QUE VERLO.
Crónica por Miki, fotos por Cuca Rachita.